Chapter twenty-three.

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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐕𝐄𝐈𝐍𝐓𝐈𝐓𝐑𝐄𝐒───────────────"Tú y yo, nadie más

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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐕𝐄𝐈𝐍𝐓𝐈𝐓𝐑𝐄𝐒
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"Tú y yo, nadie más."
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HARRY POTTER.

Sábado por la mañana, mi reloj marcó las seis en punto como todos los días y lo apagué, tanteando en la mesa de noche en busca de mis lentes.

Al ser fin de semana tenía en mente quedarme recostado un poco más, quizás leyendo.

Pero entonces recordé que hoy vería a Lola y me puse de pie de inmediato, saliendo de mi habitación para desviarme al baño.

Hoy tenía muchas cosas que hacer antes de verla, esperando que el plan que tenía formado hace unos días saliera a la perfección y sin ninguna sospecha.

Con agua fría empapé mi rostro para poder quitar cualquier rastro de cansancio, luego tomando mi cepillo de dientes y colocar un poco de pasta en la superficie.

Consideré que tardé aproximadamente veinte minutos en arreglarme, sin contar el tiempo en que me quedé en el sofá leyendo El Profeta.

Han pasado años y las mismas barbaridades seguían saliendo, mentira tras otra.

Y al momento de tomar mi varita y doblar el cuello de mi abrigo, sentí golpes en la puerta que me hicieron fruncir el ceño.

No estaba esperando a nadie que llegara tan temprano, ¿podía ser Lola otra vez?

Ante esa simple idea la abrí de inmediato, suspirando al encontrarme a Neville ya vestido con un traje azul marino.

—Neville, ¿qué te trae tan temprano por aquí?

—Oh, venía a buscarte. —se encogió de hombros— Me dijiste que te ayudara con las fresas detrás del invernadero.

—Pero pensé que eso sería más tarde.

Me miró. —Debes dejarlas remojando toda la tarde si quieres consumirlas, Harry. No es un arbusto cualquiera.

Rodé los ojos ante sus palabras, apagando las luces de la oficina para salir, procurando cerrar la puerta con ayuda de un hechizo.

—Bueno, tú eres el experto.

Dejé que él bajara primero las escalera, siguiendo cada uno de sus pasos hasta el exterior del salón, lugar que estaba vacío.

Siempre era así los fines de semana; el castillo no era transitado hasta después de la nueve de la mañana.

—Oye, y cuéntame. ¿Cómo van las cosas con Ginny?

La simple mención de su nombre me hizo esquivar la mirada hacia otro lado, escondiendo las manos en los bolsillos de mi abrigo.

Siempre fui honesto con Neville, no podía dejar de serlo ahora.

SUNFLOWER | Harry PotterWhere stories live. Discover now