Chapter thirty-eight.

3K 233 251
                                    

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐓𝐑𝐄𝐈𝐍𝐓𝐀 𝐘 𝐎𝐂𝐇𝐎───────────────Amortentia

Ops! Esta imagem não segue as nossas directrizes de conteúdo. Para continuares a publicar, por favor, remova-a ou carrega uma imagem diferente.

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐓𝐑𝐄𝐈𝐍𝐓𝐀 𝐘 𝐎𝐂𝐇𝐎
───────────────
Amortentia.

.

LOLA WINDSOR.

No era consciente de la hora que era cuando me había despertado, sólo me encontré con un lugar no tan oscuro y un ruido constante de fondo.

Yo estaba boca abajo, vestida únicamente con una camisa blanca y fue ahí cuando supe lo que había sucedido ayer.

Estaba en la cama de Harry... una vez más.

Solté un quejido a medida que me estiraba para colocarme en una posición cómoda, cubriendo mi boca cuando bostecé.

El ruido ya no se escuchaba cuando detuve todas mis acciones y sólo me quedé recostada, preguntándome por qué Harry no estaba junto a mí, pero suponiendo que se trataba de él.

Y así fue.

A los pocos minutos se apareció por la puerta de la habitación que anteriormente estaba cerrada, provocando que me atragantara gracias a lo que presenciaba.

Harry vestía sólo una toalla blanca que rodeaba sus caderas, dejando el resto del cuerpo al desnudo y revelando unas cuantas cicatrices.

Por sus hombros se deslizaban gotas que se estrellaban en el suelo; todo en él brillaba, y su pelo empapado bastó para hacer que volteara en la cama con el propósito de no verlo.

No podría observarlo un segundo más o mis mejillas en un rojo vivo delatarían mis pensamientos.

Pensamientos obscenos que a toda costa deseaba eliminar por si él lo adivinaba.

—Buenos días. —saludó en voz baja.

Tragué saliva, girando pocos centímetros mi cabeza para hablar por encima del hombro. —Buenos días.

—¿Dormiste bien, cariño?

Luego de su pregunta sus pasos comenzaron a resonar por la habitación, cajones y muebles se abrían, suponiendo que sólo buscaba ropa para ponerse. Respetaría aquella privacidad, aunque fuera un poco absurdo por todas las cosas que hemos hecho.

Me avergonzaba sentir vergüenza todavía, valga la redundancia, más cuando Harry ya me había dado la confianza suficiente.

—Sabes que siempre duermo bien contigo. —contesté con un suspiro, jugando con un mechón de cabello— ¿Y tú?

—Puedo decir lo mismo. —opinó— Se siente tan bien poder dormir abrazado a ti después de una larga noche de sexo.

Directamente me atraganté con mi saliva, impulsándome con ayuda de mis manos para poder posicionarme sobre mis rodillas en el colchón, todavía dándole la espalda. Mi mano en forma de puño golpeó el centro de mi pecho, pero unas ajenas detuvieron mis acciones.

SUNFLOWER | Harry PotterOnde as histórias ganham vida. Descobre agora