Capítulo 7

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Cuando el auto se detuvo, Kara se dio cuenta de que estaban en un parque enorme. Pudo notar juegos para niños a su alrededor, algunas personas andaban trotando y también se alcanzaba a ver una laguna a lo lejos, cosa que le causó gran emoción. En el lugar no habían muchas personas y la rubia supuso que era debido a la hora y también a que se trataba de un día de semana.

—¿Ves a esos niños jugando?—Preguntó Lena, señalando al grupito que se encontraba en los columpios y toboganes.

—Sí—Contestó una confundida Kara.

—También piensan que el jardín está sobrevalorado—Se burló para luego reír y bajar del auto—Abajo Lio, eres libre de elegir en qué jugar.

En cuanto Lionel vio la zona de juegos comenzó a dar saltitos, esa era su forma de dar a entender que se encontraba más que emocionado. Con una enorme sonrisa miró a su madre para pedir permiso, cosa que Kara entendió sin siquiera escuchar una palabra.

—Donde mis ojos te vean—Advirtió.

Luego de celebrar desvió su mirada hasta Lena, pidiendo permiso también a ella.

—Mami tía Lena, ¿puedo ir?—Preguntó rápidamente mientras jugaba con sus dedos.

—Por supuesto, pero donde los ojos de tu madre te vean.

Sin esperar nada más, emprendió rumbo hasta los juegos caminando con tranquilidad, puesto que si corría más de lo necesario comenzaría su dolor de espalda y eso era lo que menos quería.

—¿Nos sentamos?—Lena tenía una pequeña sonrisa que adornaba su rostro, al ser tomada en cuenta por el niño se había sentido más importante que en todas las juntas de su empresa.

—Por supuesto, ¿te parece si vamos a las bancas donde llega el sol?—Señaló hacia donde quería ir—Es que tengo un poco de frío.

—Por supuesto, vamos.

Ambas caminaron hasta una de las bancas que estaban cerca de los juegos y donde llegaba la luz y el calor del sol. Durante los primeros cinco minutos el silencio reinó entre ellas, sin embargo no era porque no tuvieran tema de conversación, sino porque estaban disfrutando del momento. En esos cinco minutos también se dedicaron a observar cada uno de los movimientos de Lionel, eso hasta que Kara decidió hablar.

—Tu familia es muy amable. Aunque no voy a negar que cuando llegamos a su casa pensé que me comerían viva—Confesó.

Lena no pudo evitar soltar una carcajada.

—Lillian puede parecer un poco intimidante, pero al final de cuentas es un amor de persona.

—Ahora lo puedo asegurar—Rio también.

—Espero que te hayas sentido cómoda—La pelinegra se acomodó en el asiento, quedando casi de frente a Kara.

—Te aseguro que me sentí como en casa. Tus padres se encargaron de tratarnos a mi y a Lionel como dos familiares más.

—Realmente me alegra saberlo.

—Y por supuesto, no hay que quitarle créditos a nuestro Uber—Bromeó tocando la mano de Lena—Gracias por todo lo que has hecho por nosotros en menos de una semana.

—Quien debe estar agradecida soy yo. Es la primera vez en meses que desayuno junto a mi familia—La ojiverde acarició la mano que Kara tenía sobre la suya—En serio, muchas gracias.

Aquello hizo sonrojar a la rubia, por lo tanto no le quedó más opción que quitar su mano y arreglarse el cabello para disimular.

—¿Puedo hacerte una pregunta?.

ENSÉÑAME A AMAR • (AU SUPERCORP)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant