Capítulo 7. Déjala ir.

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Pasamos la tarde en la casa de Naruto mirando películas, jugando a cartas con apuestas para mi sorpresa Sasuke no perdió ni una sola vez, nos quedamos hasta la medianoche tanto fue así que los padres de Naruto se unieron a unas cuantas partidas mientras comíamos pizza, bebíamos cocacola, nada de alcohol puesto que algunos, incluida yo, seguíamos con los estragos de la borrachera anterior.

A la hora de partir pedí a Sai que me viniera a buscar y ya de paso dejábamos a Ino en casa, en un principio ella se negó lo que me pareció bastante extraño pero al final acabó cediendo, Kiba, Shikamaru y Sasuke se quedaron a dormir en casa de Naruto puesto que casi al final de la noche se pusieron de nuevo con la consola. A la hora de despedirme Sasuke simplemente me hizo señas a que miré mi móvil luego, así que me despedí como siempre de los demás.

Cuando Sai nos recogió Ino no estaba como siempre, Sai estaba más tenso de lo normal lo que me hacía sospechar que algo había pasado entre ellos, interrogaría a Ino en otro momento. El camino fue tenso, dejamos a Ino en su casa y Sai me dejó en casa, según él iba a salir con Sasori y Deidara, sus amigos de la facultad.
Me adentré en casa y lo primero que hice fue meterme una ducha, estaba cansada pero feliz, dejando de lado Sasuke por fin me sentía que encajaba con un grupo en el cual no era juzgada en absoluto, me aceptaban tal cual sin tener ningún tipo de prejuicios hacia mi y me sentía segura, me sentía tranquila, feliz... Parecía que en mi vida las cosas iban mejorando en ese aspecto. Mis padres estaban completamente felices que por fin tuviera un grupo de amigos, les hablaba mucho de ellos, en menos de un mes los sentía cercanos y más sabiendo que Naruto y Sasuke eran aquellos dos niños de mi escuela...

Terminé mi ducha totalmente relajada, recogí mi móvil del bolsillo de una chaquetilla que tenía, allí me encontré con el mensaje de Sasuke.

'Te veo mañana, Chernobyl, podemos almorzar juntos en casa. Te veo a las 12 pm. Buenas noches''

Maldito sea, ese simple mensaje me había descolocado, los cosquilleos de mi estómago recorrieron de arriba abajo mi cuerpo, me llevé la mano a mi pecho sintiendo que en cualquier momento se iba a salir el corazón de su sitio, una sonrisa tonta se formó en mi boca, me metí en la cama, debajo de las mantas y decidí responderle... ¿Tan tonta me ponía Sasuke?

''¿Chernobyl? Puedes llamarme Hiroshima va mejor conmigo cuando me enfado... Bromeo, mejor no ver ese lado mío... ¿Seguís jugando? ¿Dónde nos encontramos? No sé donde es tu casa... Te veo mañana''

Sasuke me pasó la dirección de su casa, vivía en uno de los mejores barrios de la ciudad, a las afueras de la ciudad, según tenía entendido era unos de los barrios nuevos que sólo era para el alcance de familias adineradas. En nuestro grupo Naruto, Hinata y Sasuke eran los que mejor posición social tenían, seguidos por Ino y por mi, los demás bastante bien pero no tenían la libertad económica que los demás teníamos, aún así me di cuenta que no eran de aquellos que sacaban a relucir su riquezas, eran sencillos y eso era de mi agrado.

Amaneció y los rayos de sol se colaron por mi ventana, adormilada miré el reloj de mi habitación eran las 10 de la mañana tenía dos horas para prepararme así que decidí ir a darme una buena ducha. Mientras estaba en la ducha buscaba maneras de ir vestida, mi corazón empezó a latir... Sasuke me había invitado a su casa y me ponía nerviosa tan sólo de imaginar que iba a pisar su casa, su habitación y puede que incluso conocer a su familia.

Una vez salí del baño me preparé, me puse unos pantalones ajustados negros con terminado piel, un top blanco y un blazer color granate, estábamos a punto de entrar en Otoño por lo que refrescaba un poco, arreglé mi pelo dejando dos mechones sueltos en mi cara y poniendo dos pinzas de color dorado a ambos lado de lo cabellera, sujetando así lo demás, me despedí de mis padres y de Sai que me preguntó con quien iba, evadí la pregunta saliendo de casa corriendo, pedí un taxi para ir a casa de Sasuke. Era un manojo de nervios, no sabía como saludarlo, íbamos a estar completamente a solas, sin nadie más a nuestro alrededor, en su casa... Un cosquilleo llegó a mi estómago tan sólo de esos pensamientos.

Tropiezo con el amor // SasuSakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora