Tropiezo con el amor // SasuSaku

Capitulo 10. Human connect to human.

Sakura se encontraba encima de mi, moviendo sus caderas contra mi pelvis mientras sus labios devoraban los míos con ganas, llevaba el control en absoluto y no me iba a oponer, normalmente me gustaba llevar el control pero ¿por qué no probar algo nuevo?
Nos habíamos quedado en ropa interior, sentía sus gemidos contra mi boca con tan sólo el roce de nuestros cuerpos, mis manos estaban estrujando sus caderas, siguiendo el vaivén de éstas, mi miembro se encontraba completamente duro, lubricando y queriendo entrar en ella. Sus mejillas estaban rojas, en el momento que despegó sus labios de los míos su cara de excitación me pareció realmente preciosa, lamió sus labios que estaban algo hinchados a causa de la fricción con los míos y de las mordidas.
La seguí con la mirada y se detuvo en mi abultada entrepierna, de un solo tirón quitó los calzoncillos.

- ¿Ansiosa? – Me incorporé un poco, apoyando los codos en la cama, quedando levemente recostado. – Sorpréndeme Sakura, adelante, todo tuyo.

- Cállate. – Ordenó.

Sakura se inclinó hacía mi entrepierna, envolvió mi miembro con su mano y acercó su boca a éste, sentí su aliento caliente chocar contra mi miembro erecto, clamando atención inmediatamente, ella sólo esbozo una pervertida sonrisa en su rostro. Cerré los ojos y como si una corriente eléctrica se tratara mi cuerpo tembló en el momento que su boca envolvió mi miembro, suspiré sintiendo su lengua moverse alrededor de mi pene, moviendo su cabeza de arriba hacia abajo y sus manos acariciaban mis testículos, provocándome más placer si cabía. Su saliva empezó a empapar mi miembro y con ello su barbilla también, entreabrí mis ojos y vi como sus ojos se mantenían cerrados y el hilo de saliva bajaba por su barbilla, mordí mi labio y empujé mi pelvis hacia arriba, de esta manera hice que todo mi miembro se introdujera en su boca, una pequeña arcada emergió de ella. Acerqué mi mano hacia su pelo, agarrándolo y empujando su cabeza hacia arriba y abajo, marcando yo el movimiento, sus uñas se clavaron en mis muslos pero poco me importó seguí con los movimientos, realmente me sentía bastante extasiado, abrió los ojos, mirándome y la muy sucia se las ingenió a sonreír.

No aguanté más así y aparté su rostro de mi miembro, limpié la saliva su labio con mi pulgar, presionando este, ella abrió la boca y mordió mi pulgar, chupándolo, imitando los mismos movimientos de antes.

- ¿No fue suficiente? Un poco más y llorabas.

- Imbécil, es normal cuando me lo metes hasta llegar la garganta.- Sakura se tumbó en la cama, abriendo ligeramente las piernas y dejándome ver la humedad en su ropa interior. Será divertido jugar con ella antes. Llevé dos de mis dedos y empecé a tocar su clítoris recostándome a su lado, besando su cuello y mordiendo su marcada clavícula.

Escuchaba los gemidos eróticos de Sakura, me estaba volviendo loco e iba a durar muy poco jugando con ella puesto que todos mis instintos me pedían hacerla mía ya. Ella se retorcía de placer en la cama, pequeñas gotas de sudor empezaron a bañar su frente mientras sus piernas se entrecerraban obligando así que mis movimientos sean más rápidos contra su clítoris, Sakura detuvo el movimiento de mi mano, agarrando mi muñeca, deteniéndome y evitando su orgasmo tan repentino. Sus pupilas estaban dilatadas, sus mejillas rojas, su cuerpo temblaba de la excitación.

- No aún no quiero llegar al orgasmo... Quiero que lleguemos juntos, entra ya.

Mi pelirosa habló, sus deseos ahora mismo eran órdenes puesto que deseaba estar dentro de ella, mi miembro erecto pedía entrar ya. Llevé mis manos a mi boca, escupí en ella y con la saliva de ésta acaricié mi glande, humectándolo con esta y así hacer más fácil la penetración. Me coloqué en medio de las piernas de Sakura, separándolas a cada uno de mi lado, guié mi pene hacia su vagina, que lubricaba sin necesidad que meter mis dedos en su interior, introduje mi miembro en ella y en ese momento una corriente azotó toda mi espalda, espasmos de placer recorrieron mi cuerpo al sentir lo apretada que aún estaba, moví mi pelvis con ligeros movimientos, creando así un breve vaivén, Sakura gemía más y más ruidosa, menos mal estábamos solos.