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Cuando la noche estaba llena de terrores
Y tus ojos se llenaron de lágrimas
Cuando aún no me habías tocado
Llévame de vuelta a la noche en que nos conocimos

— The Night We Met - Lord Huron

Los siguientes días fueron una maravilla.

No tenía donde volver a dormir, así que Jihyo me dijo que quería que estuviera con ella. Acepté porque tampoco quería separarme.

Una noche toqué sus hombros, estaba sentada detrás de ella en la bañera. El agua era tibia, habían burbujas. Su cabello estaba recogido, pero tenía la parte de su nuca y algunos mechones sueltos mojados.

Fue entonces cuando se lo conté.

— Mamá murió.

Ella volteó un poco, sorprendida. Sus manos, que antes jugaban con las burbujas, pasaron detrás suya hasta tocar mi nuca. Me acarició. Ella sabía que no quería darle detalles sobre su enfermedad. Ella sabía que a los 16 años me sacó de casa, sabe que me crié en un orfanato porque no tenía padre. Fue ahí cuando conocí a Momo, y ella me propuso escribir canciones para relajarme.

— Nayeon escribía en una cafetería todos los días, una vez peleamos. Pero quedó rencor entre nosotras por las palabras que dije.

— ¿Qué le has dicho?

— Primero critiqué sus escritos, luego le dije que salí con su hermana. Dije cosas obscenas. Obviamente no eran verdades, pero me ofendió tanto que criticara mi música. Es tonto, lo sé, pero el odio mutuo siguió hasta casi el final.— suspiré tratando de no llorar.— Fui al hospital antes de que partiera, nadie estaba ese día. Le prometí que guardaría sus libros, le prometí que amaría de verdad algún día. Ella dijo; sólo ama a Jihyo, porque tiene un gran corazón.

Ella lloró, besé sus mejillas saladas. Abracé su cuerpo desnudo al mío. Siempre me gustó el contacto de nuestra piel.

— ¿Sabes cuándo me enamoré de ti? — volví a hablar. — Cuando aún no me habías tocado.

— ¿Cómo es eso?

— Nos acostamos, Jihyo, pero no me habías tocado. La primera vez que te besé, fue cuando sentí tu verdadero tacto. Luego de eso, no sentía que estuvieras en mi piel, no hasta que fue tarde.— una caricia en sus brazos, otro beso en su mejilla.— Estuve por morir porque dolía tanto sentirme sola, dolía tanto amarte y el miedo me consumió.

Sentí presión en la garganta. Pero Jihyo tomó mi mano en el agua con jabón y la sentí ahí, conmigo. Sí Jihyo estaba, yo podría ser feliz. No existían los fantasmas del pasado, no existían las voces en mi cabeza, sólo la luz de su amor, su brillante alma. Tan contrario a mí, una simple mortal que se enamoró de sus alas.

— Mi hermano tampoco está.— hablé sintiendo las lágrimas bajar.— Pero no siento dolor ahora, es sólo un recuerdo.

— ¿Y tu hermana?

— No la tengo, estaba ahí por mamá. El café lo detesto, pero a ella le gusta. Incluso en sus últimos momentos, me pidió perdón por sacarme de casa, pidió perdón por todo. Yo sólo miré sus ojos vacíos siendo sinceros. El amor existe en tantas formas, Jihyo, pero no lo vemos.

Ella quedó en silencio, agradecí eso en mi mente. Estaba sanando, mis heridas no eran más que cicatrices. Todo por mi amor por la mujer en mis brazos. Sí, muchos dicen que las personas no deben cargar con pesos ajenos, pero lo que hacía con Jihyo era sólo recuperarme. Habían cosas que arreglar aún, pero nunca lo dije.

If you want love  Ꞝ  SahyoWhere stories live. Discover now