Capítulo 1

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Se oyó jaleo en la calle y dos ancianas chillaron casi al unísono. Rachel agarró a Karina por el brazo y la arrastró hacia la puerta de la verdulería. En ese momento, pasó zumbando una figura humana subida a unos patines en línea, saltó por encima de la boca de incendios, esquivó un tenderete y gritó « ¡Eh!» antes de pararse en seco y dar media vuelta para saludar a Rachel.

Era una mujer joven, vestida con una camiseta rota, unos pantalones cortos, bajo los cuales asomaban unos calzoncillos bóxer, y una gorra de béisbol con la visera hacia atrás. Permaneció inmóvil mientras sonreía a Rachel.

—Me alegra comprobar que sigues siendo una auténtica salvaje.

—¿No te gusta mi imagen masculina?

—No, lo que me aterroriza es tu forma de patinar. A tu lado, los patinadores de Nueva York parecen colegiales. ¿Has aumentado tu colección de multas?

—Sí, el sheriff Bedford me pilló la semana pasada. Doblé una esquina demasiado rápido y casi me llevo por delante un grupo de turistas de la tercera edad que estaban bajando de un autocar. No choqué con nadie, pero me cargué el Mercedes de la alcaldesa Lasbeer cuando me vi obligada a tomar un desvío por encima del capó del coche. Me llevé un poco de pintura.

Yu Karina soltó una carcajada y tanto Rachel como Minjeong se volvieron para mirarla.

—No quería reírme. Espero que no te hicieras daño —dijo Karina, mientras se secaba los ojos con una punta de la camisa.

—No le hagas mucho caso. Hace semanas que no se ríe. Me parece que has roto el hechizo —le explicó Rachel.

Minjeong ladeó la cabeza y miró a Karina por encima de sus gafas de sol.

—Bueno, ¿y cómo se llama tu amiguita? —preguntó.

—Yu Karina, te presento a Kim Minjeong —dijo Rachel.

Karina le tendió tímidamente una mano minúscula y Minjeong se la estrechó con delicadeza.

—Karina se queda a pasar el verano conmigo —dijo Rachel.

—¿Es tu novia? —preguntó Minjeong.

—No, en realidad está huyendo de su novia —explicó Rachel.

—¡Rachel! —exclamó Karina.

—¿Es verdad? —preguntó Minjeong.

Karina no estaba muy segura de estar hecha para la vida de pueblo. En Heroy no se respetaba nada: el decoro se divulgaba a los cuatro vientos y la sinceridad era el sabor del mes en el puesto de helados existenciales. A Karina le parecía un poco preocupante, pues ella era hija de una distinguida familia de Corea del Sur en la que no se comentaban las preocupaciones que corrían bajo el refinado aspecto exterior que lucía cada uno.

EI hecho de que hubiera abandonado a su novia porque estaba sufriendo un caso agudo de tensión nerviosa, que era un eufemismo para definir un ataque de nervios, era algo que no tenía intención de comentar con una completa desconocida. Cualquiera que hubiera pasado los tres últimos años con Kim Mihyun estaba condenada a sufrir unos cuantos males.

—Sí —confesó Karina de mala gana—, estoy descansando un poco de esa dinamo supe ambiciosa y de gran talento que es mi novia.

—¿Y a ella le parece bien? —preguntó Minjeong.

—Bueno, tampoco es que esté entusiasmada con la idea.

—Todos necesitamos un respiro de vez en cuando —dijo Rachel.

—¿Te quedas a pasar el verano? —preguntó Minjeong, que obviamente estaba considerando la posibilidad de que hubiera una chica nueva en el pueblo.

—Sí, se queda, y espero que me ayudes a distraerla un poco. De una forma adecuada, por supuesto —añadió Rachel, pensando de repente en el comportamiento no siempre ortodoxo de Minjeong.

The Flight Of The Senses // Winrina //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora