Capítulo 15

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Berlin y Katherine tomaban café sentadas a la mesa de la cocina, fingiendo que no estaban escuchando la conversación telefónica de Mihyun.

Será a finales de esta semana, estoy segura. Mientras tanto, necesito que me envíes por fax unas cuantas cosas. Te mandaré una lista desde el fax que hay en una de las tiendas de fotocopias de este pueblucho de mala muerte. Me parece que es lo único que hay —dijo, jugueteando con un lápiz y escuchando a su secretaria, mientras ésta recitaba para su ensimismada jefa una larga lista de tareas, citas y demás.

Mihyun no era la de siempre. Lo que había pasado con Karina estaba empezando a afectarla. Escuchó a Heejin sólo a medias y respondió mecánicamente, pues en realidad se estaba preguntando por dónde andaría Karina y qué estaría haciendo.

La había echado mucho de menos aquel verano. A pesar de haber tenido algún que otro ligue ocasional de media tarde, echaba de menos volver a casa y encontrar a Karina. Le resultaba extraño haberse acostumbrado a alguien que se preocupaba por ella, que le decía te quiero cuando ella necesitaba oírlo, alguien que la abrazaba... Estar con alguien que la quería era muy distinto a estar con alguien que la admiraba o a quien estimulaba intelectualmente, o con alguien que la encontraba sexy después de haber tomado unas cuantas copas de vino durante la cena y a quien no volvería a ver hasta la próxima conferencia..., cosa en la que ambas partes estaban de acuerdo. Eso quedaba claro desde el principio.

¿Por qué le había contado a Karina que había tenido aventurillas por ahí? Había sido una verdadera tontería. Mihyun no cometía muchas tonterías, pero aquella había sido una metedura de pata que iba a pagar muy cara. Sin embargo, había creído que serviría para ayudarla a recuperar a Karina, para hacerle entender que acostarse con otras personas no significaba que tuviera que dejarla.

Lo difícil era llegar hasta Karina. Hasta ese momento, Mihyun había sacado su orgullo y se había negado a presentarse en casa de Minjeong. Karina, por su parte, no tenía intención alguna de volver a casa o de llamarla... Al menos, eso parecía. ¿Debía mandarle flores, escribirle una nota o, sencillamente, secuestrar a su mujer y llevársela a alguna parte hasta que recuperara la cordura? Mihyun dio vueltas a todas las posibilidades y finalmente se fue a buscar un fax. A pesar de sus problemas personales, tenía mucho trabajo que hacer.

Estaba mirando por la ventana, esperando a que el fax se dignara a cumplir la misión que se le había encargado, cuando las vio. Karina y Minjeong estaban en el parque, charlando sentadas sobre una manta. Minjeong le acarició la mejilla a Karina y la besó despacio, cariñosamente. Karina la abrazó con fuerza.

El fax emitió un pitido, pero Mihyun dejó la mano inerte sobre la máquina. El dependiente de la tienda la observó y le preguntó si necesitaba algo más. Ella respondió que no y recogió sus papeles.

Pasó frente a ellas y entró en el edificio contiguo, la biblioteca. Intentó no mirar por las ventanas, que daban al parque, pero no pudo resistir la tentación y se descubrió a sí misma observándolas. ¿Qué podía hacer? ¿Podía permitirse seguir esperando hasta que a Karina se le pasara el encaprichamiento? ¿Debía retirarse, establecer una buena relación con ella, dejar la puerta entreabierta y esperar a que ella entrara otra vez en su vida? Al pensar en todo aquel vacío, sintió miedo.

«¿Cómo he podido permitir que se aleje tanto de mí? —dijo una vocecilla en alguna parte de su mente—. Estabas tan ocupada siendo tú misma que no veías nada más. Has dejado escapar algo maravilloso.»

Mihyun se pasó el resto del día en la biblioteca, tratando de encontrar consuelo en el trabajo. Cuando cerraron la biblioteca, volvió a casa, subió a su habitación y se metió en la cama sin hablar con nadie. Empezaba a comprenderlo todo y aquello resultaba doloroso. La dejaba en un estado demasiado vulnerable como para permitir que alguien la viera o la tocara. Al día siguiente iría a ver a Karina... Y aprendería a decirle adiós.

The Flight Of The Senses // Winrina //Where stories live. Discover now