Capítulo 8

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Cuando Rachel llegó al estudio, encontró a Minjeong haciendo un bosquejo de Karina, pero se prometió a sí misma portarse bien.

-Quiero esculpir sus manos --dijo Minjeong, entusiasmada-. ¿Se las has visto bien? Son bellísimas.

-Dudo mucho que sea la única parte bellísima de Karina que despierta tu inspiración -dijo Rachel irónicamente.

Minjeong ladeó la cabeza y sonrió.

Rachel las observó. Su madre y Berlin estaban en lo cierto; ya no podía seguir negando la realidad.

-Mihyun me va a matar -se lamentó, tapándose la cara con las manos mientras se sentaba en la cama.

Karina se sentó detrás de ella y le acarició los hombros.

-¿Quieres tranquilizarte? Tú no tienes la culpa.

-No tendría que haberte traído aquí -dijo Rachel.

-Es lo mejor que jamás han hecho por mí.

Rachel se volvió para mirarla.

-¿Y qué pasa con Mihyun? ¿Cómo crees que se lo va a tomar?

-No me preocupa lo que pueda pasar. Mihyun es una auténtica superviviente. ¿O acaso has olvidado de quién estamos hablando? -dijo Karina.

-Entonces, es verdad -repuso Rachel, con la esperanza de que ellas lo negaran.

Karina miró a Minjeong.

-Quiero que sea verdad.

-¿Y tú qué dices? -preguntó Rachel.

-ídem -respondió Minjeong, mirando a Karina.

-Y todas estamos de acuerdo en qué es eso que quieren que sea verdad -dijo Rachel.

-Tácitamente, sí -contestó Minjeong.

Karina sonrió. Ella y Minjeong habían puesto el piloto automático del amor y se dirigían inexorablemente hacia su destino, sin poder hacer nada para detenerse. «Esto es lo curioso del amor -pensó Karina:- que una se olvida de ser prudente, se olvida del daño que le han hecho antes y recuerda sólo lo que se siente al contemplar los ojos de la persona amada y ver reflejado el amor en ellos.»

-Bueno, andando. Vamos a buscar a Lily. Te sentirás mucho mejor después de comer tortitas indias y de tomarte un par de cervezas bien frías -dijo Karina.

Rachel la miró con extrañeza.

-¿Por qué soy yo la única que se siente mal?

Karina la agarró del brazo y la condujo hacia la puerta.

-Porque en estos momentos las demás nos estamos comportando de forma amoral.

Minjeong le revolvió el pelo a Karina y las tres se dirigieron hacia el barullo de las calles céntricas.

* * *

Fue bastante obvio que Lily se alegraba de ver a Rachel. Minjeong le dio un codazo a Karina y ésta asintió. Lily era encantadora y hasta Rachel podría verlo, siempre y cuando dejara de estar enfadada con el mundo, ni que fuera un instante.

-Minjeong, ¿por qué no vendes tus obras en la feria de artesanía? -preguntó Lily, cuando se detuvieron frente a un puesto de objetos de bronce.

-Porque es una esnob -contestó Rachel.

-¡Eso no es verdad! -se indignó Minjeong.

--Sí que es verdad. No vendes tus obras aquí porque tú haces arte con mayúsculas, no artesanía, porque eres una artista de verdad y no una simple artesana -contra atacó Rachel.

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