Capitulo 4

1.7K 183 34
                                    

La estancia de Sasuke en la casa había sido la mejor decisión o propuesta que había hecho en toda su vida.

Aunque eso sí, notaba como Sasuke limpiaba la casa y luego lo negaba, no es como si fuera a regañarlo pero seguía sin hablar mucho, pero hablaba más que cuando llegó.

Y había un poco más de ruido en la casa cuando llegaba, ya no estaba ese ambiente solitario como cuando llegaba del trabajo y sobretodo si logró que el azabache le tuviera la suficiente confianza, ya se movía por la casa sin miedo.

A fin de cuentas, no se podía negar que Boruto estaba fascinado con Sasuke, según el pequeño tenía mucha compañía con el moreno, era muy agradable aunque fuera algo sereno.

Incluso le preguntaba que es lo que quería para su cumpleaños, a lo que el rubiecito no contestaba.

— Sasuke ¿Cuántos días faltan para mí cumpleaños? — preguntó el pequeño recargando se en la posadera del sofá.

— Tres días ¿Por qué? — dejó el libro que estaba leyendo para mirarlo con atención.

— Te vas a quedar aquí para la fiesta ¿verdad? nada más van a venir mis abuelos, unos niños de mi escuela y una amiga de mi papá, Sakura, es muy agradable — le mencionó con una sonrisa bastante tierna.

— Si, me voy a quedar, pero no me haz dado la invitación — apoyo su mentón sobre su mano.

Vio como el niño se iba corriendo y regresaba con un papel en la mano — Ten, para ti y para Sarada — le sonrió sentándose a su lado en el sofa.

—¿Cuándo cumples años? — se asomó en el libro que el uchiha leía.

— El 23 de Julio

— ¿Y Sarada?

— El 31 de Marzo

El Uzumaki abrió la boca por la respuesta— Cumple años después que yo — volteó a mirar a la niña que estaba coloreando.

— Si, ¿Ya quieresde comer? — preguntó cambiando el tema caminando a la cocina con el libro.

— Quiero hamburguesas — lo siguió como un pequeño pato hasta la cocina sentándose en uno de los taburetes de la barra.

— Déjame ver si hay para hacer — busco algo en el libro y después comenzó a buscar las cosas, consiguiendo la mayoría de ellas — Me falta el pan — puso las manos sobre u cadera mirando todo.

— Vamos a comprarlo — se bajó de un brinco yendo a buscar sus zapatos.

— Déjame preparo esto — gritó tratando que lo escuchara preparándose para comenzar a hacer la carne.

— Entonces te vas a tardar — formó un puchero corriendo de regreso.

— Un poco, ve con Sarada y jueguen o no sé vean televisión — sonrió levemente, no quería parecer un mandón.

— Está bien — se fue con la azabache, al menos desde la cocina se podía ver la estancia, aunque le lleno más la atención que se sentará en un lado de ella y sacara un videojuego — Y pensar que a su edad yo me la pasaba abrazado a un dinosaurio — mundo volviendo a lo suyo.

Cuando terminó de prepara la carne la dejo en la nevera y fue por los niños — Pónganse los zapatos, vamos al supermercado — fue a su habitación a buscar la billetera y regresó con los pequeños, no debía dejarlos solos mucho tiempo.

Tomó a los niños y fueron al supermercado, de hecho casi todo estaba cerca de la casa, era una ventaja, aún podía recordar cómo tardaba demasiado tiempo en ir a la despensa cuando estaba en el complejo de departamentos.

El amor llegó a papáDove le storie prendono vita. Scoprilo ora