Ciertamente no sabía cómo podía pasar mucho más tiempo con su hijo, parecía que cada vez tenía más y más trabajo.
Ahora, Sasuke tenía un año de estar con ellos y eso hizo que Boruto desarrollará un apego muy grande al azabache, eso como si pareciera una garrapata con él, siempre lo seguía a todas partes.
Le preocupaba de cierta forma que Boruto llegará a pensar que ya no lo quería, porque si lo hacía, lo quería demasiado.
Eran pasadas de las 11 de la noche cuando llegó a la casa, todos las luces de la casa estaban apagadas, solo sobresalía una pequeña y tenue luz amarilla, suponía que era de la cocina.
Pego la cabeza en el volante antes de salir y cerrar la cochera, entrando a la casa por la puerta de ahí, busco con la mirada una señal de vida, bueno, una señal solamente, escuchó débiles pisadas que se detuvieron a su lado, mientras estaba de espaldas quitándose los zapatos.
— Hola Sasuke ¿Qué haces despierto? — preguntó una vez que vio la sombra reflejada en la pared, era imposible confundir ese corte de pato que usaba el azabache.
— Hola...estaba haciendo de cenar — murmuró por lo bajo — Creí que llegarías antes — su tono de voz aunque era bajo, lograba diferenciar esa preocupación.
— Solo tuve mucho papeleo, la próxima semana tengo una junta directiva y me está matando tanto trabajo, pero dime porqué haces de cenar a esta hora — aflojó la corbata, para mirar de frente al Uchiha.
— Me quedé cuidando a los niños y no he cenado, quise esperar a que se durmieran, por cierto, en la escuela dijeron que va a haber junta de padres, y no sé si debo ir yo o tú — caminó de regreso a la cocina.
— Está bien si vas tú, tómalo como si fueras su tutor — siguió a Sasuke y se sentó en una de las sillas para ver todo lo que hacía.
Notaba como el azabache se había quedado quieto de un momento a otro después de revisar su celular como si se hubiera paralizado.
— ¿Sasuke? ¿Estás bien? — preguntó levantándose y caminando hasta él.
— Si, no es nada — dejó el celular sobre la barra de la cocina y siguió moviéndose terminando de cocinar.
— Oh, ya se lo que tienes — se acercó al azabache quedando frente a él, le daba curiosidad porque se quedó así, parecía un maniquí.
— No es cierto, el asunto es que decidí hablarle a mi padre, no quería verlo antes porque sabía que me regañaría por vivir en el departamento que casi se caía, y bueno, únicamente le mandé una foto de Sarada cuando nació y es todo, quiero que la conozca, no quiero que esté enojado conmigo.
— ¿Quieres hacer las pases con él? — señaló el Uzumaki apoyandose en la barra del comedor — Dile que venga y sales con él, la próxima semana salgo de vacaciones, también tu, solo pasa tiempo con tu padre — tomó las mejillas del azabache y las presionó.
— No soy un bebé.. dobe — dijo un poco exasperado ganándose una mirada confundida del rubio.— Eso dices tú teme — respondió al insulto, y aunque ambos se quedaron en silencio unos segundos, Naruto comenzó a reír como si su vida dependiera de ello.
— Tú eres el que parece un bebé — Sasuke decidió jalarle la oreja por el apretón de mejillas de hace un momento.
Quizá molestándose entre ellos, su relación más que jefe-niñero era una amistad, eso dejando de lado el hecho de que Naruto gustaba de Sasuke y viceversa aunque no lo hubieran dicho, estaba bastante explícito ese hecho..
A fin de cuentas no podían alzar la voz o despertarían a los niños, así que Naruto termino ayudando a Sasuke con la cena y se sentaron a comer.
— Eso estuvo delicioso — el Uzumaki agradeció y recogió los platos para fregarlos, escuchando una queja — No, tu ya cocinaste, esto me toca.
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El amor llegó a papá
FanfictionEstá historia se situa en una casa medianamente grande, dónde un niño de 5 años, llamado Boruto Uzumaki, vive únicamente con su padre, pues su madre los abandonó poco después de haber dado a luz al pequeño, por no mencionar que fue el mismo día en e...