Capitulo 24

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Tal como lo había prometido Naruto, se la pasó los dias libres pegado a Sasuke, prácticamente ya tenían todo el cuarto de los bebés.

Habían decidido dejar el sexo de ambos como sorpresa hasta el momento de nacer, así que absolutamente todo lo que había en el cuarto, eran colores neutrales.

Incluso se tomaron un día para visitar a Hinata, la cual se alegró, aunque diciendo que estaba bien, su decisión fue dejar a Boruto con su vida como estaba.

Sin querer hacer desorden y dejar que fuera feliz, estando mucho mejor sin ella, solo quería despedirse y dejar las cosas en buenos términos.

Tocó a la puerta de la casa, a lo que Sasuke caminó hacia ella, recibiendo a la Hyuga.

— Hola Sasuke, ¿Están Naruto y Boruto? — preguntó al no ver el auto del rubio.

— Hola, Boruto está en la sala jugando y Naruto salió al trabajo ¿Quieres pasar? — se hizo a un lado dejándola entrar.

— Gracias — pasó con una pequeña bolsa que le extendió al Uchiha — Vine a despedirme, es un regalo para tus bebés— sonrió y caminó hacia el rubiecito, notando una mirada curiosa por parte de Sarada que estaba sentada a su lado.

— Hola niños — se agachó frente al rubiecito — Boruto, ya me tengo que ir y vine a verte.

— ¿A dónde vas? — preguntó dejansl su juego a un lado.

— Un poco lejos, me voy a mudar, tengo que despedirme de ti.

— ¿Entonces ya no nos vamos a ver? — preguntó algo incrédulo.

— Así es, supongo que está es la última vez que nos veamos — dijo con la voz un poco temblorosa.

Le sorprendió el hecho de que Boruto se levantará para abrazarla, de hecho a todos los tomó por sorpresa.

— Te voy a extrañar — susurro contra el cuello de Hinata apretando el gesto.

— Yo también te voy a extrañar Boruto — correspondió el abrazo lo mejor que pudo, dándole un beso en la cabeza — Quizá un día nos vamos a volver a ver, pero ahora ya tienes mamá y hermanitos — susurró contra su cabello.

— Tu también eres mi mamá — respondió con una pequeña sonrisa — Espérame ahorita vengo ttebasa.

Se separó de ella y fue corriendo a su habitación, trajo consigo un pequeño juguete que le extendió a la ojiperla.

— Para que te acuerdes de mí — murmuró con una sonrisa.

— Boru... — sonrió enternecida por el gesto, quitndose el broche que tenía en el cabello — Para que tú también te acuerdes de mí.

Hinata limpió la pequeña lágrima que escurría por su mejilla haciendo una reverencia a todos — Espero que nos veamos en un futuro.

Se volteó para con el azabache y lo abrazó sin decir algo — Gracias por hacer lo que yo no pude — incluso le dió un pequeño beso en la mejilla — Me despides de Naruto y espero que tus bebés y tú estén bien — vió a la pequeña y también la abrazó, quizá fue ella quien correspondió.

— Te cuidas mamá de Boruto — le sonrió la pequeñita antes de ir a abrazar la pierna de Sasuke — Mi mami lo va a cuidar mucho por ti.

— Eso me alegra mucho Sarada — le dió otro broche a la niña — Ahora si ya me tengo que ir, con permiso — con lentitud salió de la casa, abrazando el juguete que le entregó Boruto.

Entrando al auto, vio la casa una vez más, no se esperó encontrar con que ahí estuvieran para despedirla, alzo una mano como despedida antes de irse.

— ¡Te cuidas mucho ttebasa! — grito Boruto agitando su mano, volteó a ver a Sasuke con los ojos llorosos.

— ¿Que ocurre? — preguntó agachándose frente a él.

— Es que si la voy a extrañar mucho — se recargo contra el pecho del azabache, frotando su rostro en él.

— Y ella a ti — acarició su cabeza — Vamos adentro niños — con algo de esfuerzo se levantó para cerrar la puerta.

Aunque hayan pasado días desde la psrtidade Hinata, veía a Boruto algo desanimado, así que Sasuke se acercó a él, a paso lento.

— Haz estado muy quieto estos días — murmuró sentandose a su lado, lo necesitaba, estar embarazado de gemelos era agotador para el Uchiha.

— Sasuke... Extraño a Hinata — murmuró bajito meneando los pies en el sofá.

— Es normal que la extrañes, quizá un día puedas ir a verla — lo jaló hacia él abrazándolo.

— Me agrada pero es cierto lo que dijo cuando se iba a ir, tú eres mi mamá — lo abrazo con fuerza.

— ¿Cuánto tardaste en darte cuenta?— con una sonrisa apenas visible, ganando una risa bastante sonora del rubiecito.

— No mucho — pego su cabeza al vientre del azabache — Ojalá que vuelvas a estar flaco cuando nazcan — murmuró picando levemente.

— Claro que lo voy a estar niño — tomó su mejilla — Espero que tu padre y Sarada lleguen pronto con la comida.

— Ya se tardaron mucho — se sentó en el sofá deslizándose hasta quedar recostado.

— Apuesto a qué fueron a comprar otra cosa — aún no terminaba de pensar cuando la puerta se abrió y feo ver a Naruto y Sarada.

— Hola mundo tteba hemos llegado con la comida — alzó las bolsas que traía en la mano.

— Al fin, moría de hambre — el azabache se levantó y fue por las bolsas —Vayan a lavarse las manos — murmuró caminando hacia la cocina.

Cuando los tres desaparecieron, Sasuke saco la comida de la bolsa.

— Naruto no te pases... — murmuró para si, mirando cuatro cajitas de ramen, cuando los vio sentados en la mesa, miro a su esposo e hija con un ic en el ojo.

— De todas las comidas que existen en el mundo ¿Trajeron ramen? — puso ambas manos sobre su cintura, o eso parecía.

— Pedí que el tuyo tuviera pedacitos de tomate — señaló el rubio.

— Está bien — no dijo más y se sentó a comer.

Cosa que los sorprendió porque esperaban un regaño, al parecer Sasuke si estaba que se moría de hambre.

El amor llegó a papáWhere stories live. Discover now