|°2°|

7.8K 413 791
                                    

Su respiración empezó a volverse agitada conforme pasaron los segundos y su mente iba poniéndose totalmente en blanco.

Sus brazos seguían siendo retenidos por el contrario en la pared y sus labios se movían con torpeza al querer probar de más, no sabía ni siquiera porque trataba de seguirlo, pero sentía que era una necesidad. Inconscientemente le estaba gustando, y fue mejor aún cuándo Yuichirou dejó de retener sus brazos para dirigir sus manos a su cintura e ir pegándole más contra él.

Muichirou estaba ansioso, dejó que su cabeza se moviera ligeramente a un lado y puso sus manos en el pecho contrario al no saber que más hacer. Su cuerpo se sentía seguro y protegido, por primera vez en todos los momentos que estuvieron juntos..., aquél beso empezaba a transmitirle demasiadas cosas, y hubiera querido recibir eso desde hace tiempo. Su boca continuó moviéndose con agilidad y tras unos segundos el oxígeno empezó hacerles falta, así que lentamente se separaron y fueron observándose el uno al otro mientras trataban de regular sus respiraciones.

Ambos.

Ambos estaban insatisfechos.

—Por qué... —Susurró el menor cerca a los labios ajenos tratando de recuperar el aire aún. Su vista estaba algo borrosa al tener lágrimas acumuladas en sí, pero pudo ver cómo su hermano sonreía para él. Quería tratar de calmarse, realmente necesitaba recibir otro beso, pero sin tener que pedirlo el mayor lo tomó de su cintura para alzarlo contra la pared y volvió a unir sus labios sin aviso. Ambas bocas otra vez empezaron a moverse a buen ritmo dejando que cada uno probara lo que quiera, y Yuichirou fue dando movimientos con su cuerpo los cuales hicieron gemir levemente al menor. Muichirou aferró sus brazos a su cuello con fuerza y fue dando caricias en sus cabellos. Nunca antes se había sentido así, su cuerpo no había recibido un beso y mucho menos atención. En ese momento se olvidó de todo, de quién era o de lo que estaba haciendo, y sólo fue relajándose al sentir lo placentera que era todo eso, más aún cuando empezaba a ser invadido por su lengua la cuál empezaba a transmitirle más calor.

No iba a soportarlo por mucho, necesitaba de más, quería y debía, pero en medio de ello ambos escucharon un fuerte sonido fuera de la casa.

Yuichirou se separó del menor con lentitud observando atentamente sus ojos y lo bajó de sus brazos con cuidado.

—¿Qué fue es-

—Shh... —Lo calló poniendo su dedo índice en su boca —Yo iré a ver, tú quedate aquí ¿Bien? —Le susurró tomando sus mejillas y juntó sus frentes para tranquilizarlo —Me encargaré de que no pase nada.

—Bien...

Ya habían tenido robos antes, algunos ladrones entraban a su casa sin permiso y Yuichirou se encargaba de terminar con ello rápidamente, pero esa vez no era un persona exactamente.

Muichirou se quedó en la habitación un poco asustado por lo que pasaría, más no pudo evitar dejar de pensar en lo que había ocurrido.

«¿Mi hermano me besó?» «¿A mí?»

No lograba entender porqué, pero ya le preguntaría luego. Después de todo no era algo tan malo ¿No?

—¡VETE DE AQUÍ!

Aquel grito lo hizo asustar.

—¡Muichirou vete de aquí ya!

No entendió porque le estaba pidiendo eso, pero pensando que el ladrón estaba haciéndole daño o le ganaba en fuerza salió de la habitación para ayudarlo. Grande fue su sorpresa al ver a un demonio encima de su hermano, tratando de morderlo si no fuera porque el hacha estaba de por medio.

—¿Q-qué es eso? —Preguntó el menor empezando a temblar —Yuichirou que pasa, que es eso, por qué-...

—¡Escúchame! Por favor... —Interrumpió con miedo y mirándolo directamente a los ojos. Sabía que si no gritaba no le haría caso, y también quería tratar de calmarlo para que no se desesperara. No quería que su última vez charlando sea de mala forma, no quería nada de eso, pero era su destino y lamentablemente debía aceptarlo. —Yo moriré aquí, no podrás derrotarlo y yo tampoco, así qué por favor... por favor vete y no vuelvas. Prometo estar contigo siempre, cuándo te vuelvas fuerte apareceré contigo.

«¿Esa es mi expresión?» (+18)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant