El reconocido cantante, Jeon Jungkook, harto de la fama y la farándula, sólo desea escapar por un momento.
A causa de un error por parte de su GPS, terminará en un pequeño pueblo olvidado, donde logrará encontrar la respuesta a varias incógnitas, de...
"He dado vuelta el reloj de arena una vez más, Porque estoy cansado de huir. Porque en esta nueva cuenta regresiva, yo controlaré el tiempo. Y porque..."
"Los cambios sólo ocurren cuando nos enfrentamos a todo lo que estamos acostumbrados a hacer"
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Jungkook corrió hasta que sus piernas no aguantaron más y luego de unos minutos se detuvo de forma repentina, jadeando para recuperar el oxígeno.
¡La emoción le recorría cada pequeño rincón de su organismo, y por sus venas viajaba un sentimiento que le hacía palpitar el corazón de manera desbocada! ¡Estaba tan cerquita de Taehyungie!
Baekhyun detuvo el carro a un lado del cantante, abriendo la puerta con una sonrisa dibujada en su rostro; él también estaba feliz de devolver al viajero a su hogar verdadero.
"Sube, Kook. Necesito decirte un par de cosas..." Le habló con tranquilidad, esperando pacientemente por el muchacho mientras jugaba con la segunda paleta de manzana que se había llevado a la boca desde que rescató al joven enamorado.
El pelinegro lo observó por unos segundos, tratando de comprender lo que estaba por suceder; Baekhyun había estacionado el auto justo a un lado de la carretera, por lo que supuso que estaban a punto de tener una seria conversación. Despacio, se acomodó en el asiento de acompañante, y el contrario le acercó una paleta para que comiera con él.
"¿Cómo has estado?" Fue lo primero que preguntó. Le había permitido a Jungkook liberar todas las angustias al correr por los pastizales, y lo había dejado saborear la idea de libertad por un tiempo porque era consciente de que el pobre cantante había pasado por días horribles, pero la realidad era que aún estaban a mitad de camino, y debían discutir la situación actual en que se encontraban.
"Mi estómago duele como los mil demonios" Fue lo primero que confesó el contrario, dejando ir una suave risita mientras movía la paleta de manzana dentro de su boca, jugando con su lengua.
"Entiendo. Los nervios y la angustia provocan eso..."
"No, Baek. No duele por la angustia" Jungkook murmuró tras un suspiro cargado de gracia, que ocultaba detrás una gran tristeza. Despacito y dudoso, arrastró sus temblorosas manos hasta los bordes de su suéter, deslizándolo suavemente hacia arriba.
Cuando la tela rozó su torso, no pudo evitar soltar un jadeo a causa de las feas sensaciones que le provocaron sus acciones. Su cuerpo tiritó al mirarse a sí mismo, y su compañero dejó ir un suspiro ahogado.
Por unos segundos, se sintió como Pandora, destapando aquella caja repleta de dolor, maldad y enfermedad. La única diferencia era que, en lugar de una caja, él había destapado su estómago, y este, en esos mismos momentos, era el actual portador de la oscuridad del mundo.
