El reconocido cantante, Jeon Jungkook, harto de la fama y la farándula, sólo desea escapar por un momento.
A causa de un error por parte de su GPS, terminará en un pequeño pueblo olvidado, donde logrará encontrar la respuesta a varias incógnitas, de...
Señoras y señores, ha llegado el momento de mostrarles mi capítulo favorito. ^^.
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"Mi corazón está cantando bajo la lluvia, y canta para ti. Qué sensación maravillosa me provoca estar a tu lado... Después de mucho tiempo, vuelvo a sonreír"
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Jungkook despertó con una alegría inmensa recorriendo cada rincón de su ser; podía sentir que pequeñas chispas de emoción se calaban por sus venas y lo impulsaran a sonreír como si todo el universo fuera un lugar hermoso.
Y quizás era hermoso porque en ese mismo lugar, en alguna parte, existía un lindo Taehyung, brillando y siendo tan lindo, como si aquella fuese su misión en la vida.
Corrió hasta la habitación del chico y se tiró al suelo al ver que Bobby lo había visto entrar y comenzó a moverle la colita; a pesar de ser un animal bastante viejo, saltó en dirección al cantante, quien permitió que lo llenara de cariño y ladrara emocionado.
Entonces se preguntó: ¿Dónde había quedado ese cantante arrogante que llegó al campo aquella vez?
¿Cuántos días habían pasado desde el primer momento en el que saboreó la libertad?
No lo sabía con exactitud, y sin embargo, pensó que el simple hecho de existir en un mismo espacio temporal que Taehyung, era una razón más para celebrar la vida.
El pobre castañito despertó a causa de los ruidos que provocaban los dos intrusos que se habían colado en su habitación, y cuando pudo abrir sus ojitos, notó que Jungkook reía mientras acariciaba a su mascota, que le lamía las mejillas.
No sabía la razón por la cual el chico estaba tan contento ese día, pero no podía importarle menos, porque estaba feliz y aquello simplemente bastaba para que él también lo fuera.
El pelinegro se levantó sonriente para tomar el sombrerito de Taehyung, que se encontraba colgado en un pequeño y viejo perchero para colocárselo.
"¡Arriba campesino! ¡Está lloviendo a cántaros y el día está más horrible que tu perro!" Habló emocionado, parándose frente al espejo, sintiéndose un súper modelo.
