El reconocido cantante, Jeon Jungkook, harto de la fama y la farándula, sólo desea escapar por un momento.
A causa de un error por parte de su GPS, terminará en un pequeño pueblo olvidado, donde logrará encontrar la respuesta a varias incógnitas, de...
"Las personas jamás morirán, si guardamos una parte de ellos en algún rincón de nuestros corazones.
Porque no sabemos lo que pasa después de la muerte, pero tenemos toda una vida para hacer del mundo un lugar mejor"
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Beatriz.
Nadie sabía su apellido, y muy pocos conocían su nombre verdadero, pues ella, siempre había sido la amable y bella "Betty" para todo pueblerino que se cruzara con este ángel disfrazado de mujer.
Su enorme empatía por el resto, la hizo bastante popular en aquel hogareño campito.
Pero no todo había sido felicidad y alegría, Claro que no.
Llevaba en su cuerpo las cicatrices del esfuerzo, la perseverancia y el amor; muchas de ellas no se encontraban grabadas de forma literal, y aun así, habitaban en algún rincón de su corazón.
Su familia había sido muy pobre, y las adversidades de la vida la embarcaron en una peregrinación indefinida, en busca de un lugar en el cual subsistir con lo justo y necesario.
Llegó al pueblo cuando apenas dos pequeñas casitas estaban siendo construidas, y mientras su familia pensaba que la mejor idea era seguir en busca de un territorio que pudiera proporcionarles una mayor cantidad de víveres, Betty se quedó parada frente a un lugar que cambiaría los caminos de su destino por completo...
Lo supo por los colores del cielo siendo reflejados levemente en la superficie, y el suave oleaje acariciando la orilla;
Un enorme lago que se extendía justo a unos cuantos metros de las casas sin terminar, con esos aires de grandeza que denotaban un enorme poder detrás de todo ese cuerpo líquido.
Su rostro se iluminó al notar su reflejo en el agua cristalina, y cuando su corazón se sintió realmente cálido ante dicha imagen, supo que iba a quedarse en ese pueblo toda la vida.
Su familia era pobre de dinero, pero no de corazón, y cuando el brillo en los ojos de la -en ese entonces- jovencita pareció alumbrarlos por completo, decidieron que se quedarían allí.
Porque quizás no era un pueblito lujoso y digno de envidiar, pero ellos tenían todo lo necesario para convertirlo en un lugar mágico;
Amor.
La calidad de su amor con respecto a la vida y los sueños por cumplir era tan inmensa, que con mucho esfuerzo, se pusieron a trabajar; para convertir su casa en un hogar, y ese lago, en una fuente de deseos y respuestas a todos los misterios del universo.
Con pequeños empleos y años de dedicación, consiguieron construir su linda y acogedora casita, creada a base de sudor, y mucho cariño. Las paredes eran extremadamente finas, y a Betty aquello le encantaba, porque cada vez que alguien reía, estas retumbaban suavemente y distribuían las carcajadas por todas las habitaciones, como si fuese una obligación el hecho de compartir la felicidad que se transmitían el uno al otro; tal así como lo pensaba su padre.
