25- Jẹ ki a gba lati ṣiṣẹ! (Pt.1)

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"Se puede morir dos veces si se vive sin vivir.

Gracias por enseñarme a darle una razón a mis latidos"

Había sido una tarde bastante intensa sentimentalmente, y Jungkook creyó que podría dormir por diez años seguidos, cuando su cuerpo tocó el colchón

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Había sido una tarde bastante intensa sentimentalmente, y Jungkook creyó que podría dormir por diez años seguidos, cuando su cuerpo tocó el colchón. Sin embargo, se obligó a mantenerse despierto por dos razones.

La primera: Tenía mucho que hacer para que Taehyung amaneciera con el mejor regalo del universo, y él realmente deseaba que así fuera; encontraba, ahora, el amor en todos esos pequeños detalles, que, en letras invisibles, se animan a escribir:
"Hice esto porque pensé en ti, y porque te presté mucha atención cuando me lo contaste"

Y vaya que Jungkook pensaba en el castañito.

La segunda razón: Taehyung, otra vez.

El niño se encontraba recostado a su lado, pasando sus finos deditos por las rayas de la camisa del pelinegro; se veía tan malditamente precioso, que el cantante comprendió que ni siquiera necesitaba dormir para viajar a otro mundo;

Cuando estaba con el castaño,
podía soñar despierto.

A pesar de ello, estaba ciertamente enojado.
¡Necesitaba que el niño cerrara sus ojitos de una vez por todas, para poder preparar su regalo!

¿Cómo podía ser eso posible?
¡El campesino siempre dormía como morsa, y ahora que necesitaba que entrara en estado de inconsciencia, el muy imbécil no lo hacía, y además, se tomaba el atrevimiento de verse jodidamente adorable, allí, simplemente existiendo!

Se quejó mentalmente por varios minutos, mientras veía al chico jugar con los patrones de su vestimenta.

Jungkook pensó seriamente en dormirlo de un palazo en la cabeza, pero descartó aquella idea rápidamente;
Quería que el mocoso viajara al país de los sueños, no al país de los muertos.

No podía correr el riesgo de asesinarlo sin querer...
¡Y mucho menos un día antes de su cumpleaños!

¡Qué difícil!

"Oh, Koo. No tengo mucho sueño..."
Murmuró Taehyung inocentemente, y Jungkook lo miró perplejo.

¡Lo que faltaba!
¡Ah! ¡Qué alguien le trajera esa pala!

"Ya duérmete"
Se quejó, haciendo reír al menor.

"Me gustaba más el Jungkook que me hacía mimitos, ¿Sabes?"
Chilló risueño, acurrucándose cerquita del chico con el fin de robarle un poco de su calorcito corporal. Hacía frío, y sus piernitas se sentían cálidas, enredadas entre las de su compañero.

"Lo siento..."
Jungkook se disculpó con un divertido tono de voz, mientras llevaba su mano a la cabecita del menor y comenzaba a acariciarlo.
"Si te hago mimitos, ¿Te dormirás pronto?"

Taehyung pareció pensarlo por unos segundos, y luego asintió repetidas veces, acomodándose prácticamente arriba del pelinegro, reposando su rostro en el pecho del chico para sentir los tranquilos latidos de su corazón; le gustaba oírlos.
De hecho, había descubierto lo mucho que le relajaba escuchar esa dulce melodía que sonaba para él; era una linda canción de cuna que le llegaba a los oídos y le transmitía muchísima paz.

Entonces el tiempo volvía a detenerse, y los sonidos del reloj se convertían en suaves golpeteos producidos en el pecho del pelinegro.

Qué bonita sensación,
Le recordaba lo genial que se sentía vivir.

El mayor pasaba una de sus manos por la nuca del castañito, logrando arrebatarle unos lindos suspiros que demostraban lo placentera que le parecía dicha acción, mientras el menor simplemente se dedicaba a olvidar por completo, el concepto de espacio personal.

Jungkook comenzó a tararear una canción lenta, con el objetivo de que el pequeño por fin pudiera dormirse. Los minutos pasaron despacito, y el cantante se dedicó a repasar todo aquello que había vivido aquel día, y quizás, los anteriores.

Entró con cuidado al tren de sus pensamientos, y permitió que este lo llevara a un dulce recorrido, donde él, simplemente se dedicó a disfrutar del paisaje.

La primera parada, fue en ese magnífico baile bajo la lluvia.
¡Había ayudado al niño a superar uno de sus miedos!

Se emocionó muchísimo al pensar en ello.
Así como Taehyung había cambiado oscuridad por luz, y cigarrillos por flores, él le había enseñado a bailar sobre sus temores.

Comprendió que muchas veces, los miedos, además de ser un pequeño freno, también funcionan como un suave empujoncito, que permite que todas las personas, utilicen los medios necesarios para superar la situación, y volar alto; así como lo hacen los pajaritos cuando intentan extender sus alas por primera vez.

Uno no puede aprender a levantarse sin caer, y no puede caer sin animarse a caminar.

Los pequeños pasitos, luego se convierten en grandes cosas.

Entonces, una idea magnífica se cruzó por su cabeza, porque entendió, que si deseaba decir un lindo y sincero Te amo, primero, debía dar un pequeño pasito.

Porque quizás, no podía expresarlo con su voz, pero sí a través de sus acciones.

Y realmente moría por decirle al castañito
lo mucho que lo adoraba.

Jungkook, intentando ser lo más precavido posible, salió de la cama, en busca de aquello que necesitaba para ejecutar su deseo. Abrió el primer cajón de la mesita de luz, encontrando allí, papeles de colores. Con una sonrisa brillante, tomó un plumón entre sus manos, y comenzó a escribir.

Porque además de ser feliz, Taehyung le había enseñado a ser poeta con su amor.

Cuidadosamente, aquel plumón decoró una de las cuántas hojas, antes de levantarla frente a la tenue luz que el castañito dejaba encendida por temor a la oscuridad.

Y con sus ojos iluminados,

leyó...

Jẹ ki a gba lati ṣiṣẹ - "¡Manos a la obra!" (Parte 1; Introducción)

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Jẹ ki a gba lati ṣiṣẹ - "¡Manos a la obra!" (Parte 1; Introducción)

Ya era hora de volver a la trama 🤡

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