Capítulo 7

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Tarde, habíamos llegado tarde, el vuelo a Europa ya había salido, me sentía muy mal, maldije mentalmente al trafico que se formo en la carretera de venida hacía el aeropuerto ¿por qué siempre pasaban ese tipo de cosas?

Mamá me abrazó con mucha fuerza, y con ese abrazo no pude más, me derrumbe en sus brazos, creo que eran muchas emociones acumuladas: la falta de atención de mi padre, la discusión con Jack—si así se le podía llamar—mi amistad dañada con Aidan y ahora estaba rumbo a otro continente y quien sabe por cuanto tiempo.

Te dije que era mala idea venir, ahora estamos de la patada ¿y si nos tiramos del primer puente que veamos? Sufriríamos menos

Camine sin nada de ánimos hacia el estacionamiento donde se encontraba el auto de mamá, al subirme al coche, las lágrimas siguieron saliendo, mamá me miraba por el retrovisor y me daba una sonrisa afable, sonrisa que no pude devolverle ¿cómo se suponía que iba a reír luego de alejarme de él? No podía, lo intentaba, pero esa sonrisa se convertía en una mueca de tristeza, todo en mi gritaba tristeza. Al llegar a casa, sentí un silencio mucho más grande, sin papá y ahora sin Aidan.

—Cariño —habló mamá con un tono suave —serviré la cene, hice lasaña, tú favorita

—Gracias mamá —camine hacía las escaleras, sin un solo asomo de ánimo en mis palabras —pero no tengo hambre… iré a dormir

—Amor deberías comer

—Mami —susurré —no tengo apetito, solo quiero dormir... buenas noches 

Me dispuse a caminar hacia mi cuarto, sin ganas de cenar, ni de vivir, me sentía extraña, me sentía sola aún cuando estaba con mamá y a parte de Jack, me quedaban más amigos... si

Pero ellos no son Aidan, chica

—Ahora no —susurré —deberías ser considerada conmigo, después de todo eres mi conciencia

Venga ya, no te enojes conmigo 

—Cállate

Como ordenes mi capitán, conciencia fuera.

Entre a mi habitación y cerré la puerta, no quería que mamá entrará, no quería verla, no ahora, no cuando estaba más vulnerable que nunca.

Camine hacía la ventana y recordé todas las veces que Aidan y yo nos juntábamos a ver la luna recostados en el marco de la misma, entonces más lágrimas salieron, más emociones, más dolor… necesitaba escucharlo decirme que todo estaría bien, pero claro que no pasaría, porque ahora estaba rumbo a Europa, rumbo a una nueva vida y quien sabe por cuanto tiempo.

—Te necesito —susurre mientras me resbalaba hacía el suelo —te quiero

Mi mente era un desastre, no quería aceptar que nuestra amistad se estaba quebrando aún cuando dijimos que no lo haría, si lo hacía, y ahora se había ido, repetía eso una y mil veces en mi mente la palabra: “se marcho”

Nuestra promesa de niños se había roto, el me dejo, no fue su culpa y mucho menos su decisión, pero se fue, nos separamos.

Llego un punto que luchaba con mis ojos, por no cerrarlos ya que llevaba horas ahí en el suelo, abrazando mis rodillas, llorando y recordando nuestra infancia, cuando todo era más sencillo, cuando no me había enamorado de mi mejor amigo, pero el cansancio me gano, me quede dormida, abrazándome en el suelo.

***


Sentí la caricia de una mano grande sobre mi cabello, parpadee consecutivamente para aclarar mis pensamientos, entonces me di cuenta que estaba en mi cama, con la misma ropa de ayer, y con la gran diferencia que estaba abrazada al torso de un hombre muy grande, me levante exaltada, pero luego reconocí ese cabello rubio y aquel aroma masculino, estaba abrazada al torso de mi…padre.

Un beso bajo la luna© [✔]Where stories live. Discover now