Capítulo 11

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—Anda, levante y vamos —insistió Adrien —tengo planeado algo para cuando salgamos del instituto

—No voy a fiestas —murmure de mala gana —además no quiero ir

—Volvemos a la maldita insistencia —susurro mientras blanqueaba sus ojos —ya has faltado por dos semanas y no eh venido para nada, así que levántate de ahí y ve a el cuarto de baño ahora

—Solo sera por hoy —me envolví en mi sabana e hice un mohín —quedate aquí conmigo… después de todo me has contado una bonita pero triste historia, debo hacer algo para que te sientas bien

Lo vi enarcar su ceja y darme una mirada juzgadora, vale, no debí chantajearle con eso, fue mi error… pero es que no me apetece salir de mi habitación y mucho menos convivir con más gente, no es sano para mi ansiedad social

—No me uses de escusa Lana… yo estoy bien

—Vale lo siento… pero enserio no quiero hacerlo, no me apetece ir

—¡Ahg! Desde hace tres meses me exasperas, te quiero pero no puedes seguir así, pareces un zombie, ya ni color tienes en los labios

—¿y qué haces mirando mis labios? No pienso besarte

—Lloraré toda la noche —ironizo —vale llevarte al instituto es perder mi tiempo…

—¡Enhorabuena! por fin lo aceptas

Me observo un instante en silencio y una sonrisa maliciosa se dibujo en sus labios, entrecerró sus ojos y se tumbo al lado mío mirándome con malicia

Oh, oh peligro, repito ¡PELIGRO!

—¿Qué?

—Te tengo un trato —enarco su ceja

—¿Qué tipo de trato pervertido?

Blanqueo sus ojos de nuevo —ya quisieres que se fuera ese tipo de trato, pero no tendrás tanta suerte para ello

—¿Entonces cuál es el tal trato?

—Déjame llevarte a un lugar —blanqueo sus ojos por milésima vez en la mañana al ver mi rostro comprimido en una mueca de duda —deja de ser tan tonta, no pienso hacerte nada malo, jamás lo haría eres como mi hermanita

Oh, el también piensa lo mismo de nosotras. Que triste, a este paso moriremos vírgenes

—Hay un lugar que me tranquiliza, el trato es que si a ti también te relaja, volverás a clases… si no lo hace, no vuelvo a venir en las mañanas… ¿trato?

Lo mire dubitativa por unos instante, era un buen trato y para nada difícil de ganar, pues ya no había ni un solo lugar que me gustara, odiaba todo, hasta mis cosas favoritas las empecé a odiar, así que asentí y estreche su mano y el sonrió victorioso

—Vale, entonces no iremos al instituto —dijo y luego se tumbo a mi lado de nuevo, cubriéndose con mi edredón que estaba calentito —así que podemos hacernos los flojos un ratito más

—Solo tenemos un problema

—¿Cuál? —susurro con sus ojos cerrados

—Mamá y papá —dije mientras observaba al techo —se van a cabrear

—No lo harán —aseguro —sabía que esto podría pasar, así que antes hable con ellos se los propuse y lo han aprobado… cualquier cosa con tal de ver a su pequeño ángel salir de su habitación 

La habitación se sumió en un silencio relajante en donde solo se escuchaban nuestras respiraciones, por un momento se me antojo estar así con Aidan, pero no sería posible, así que respire profundo cerré los ojos y me sumí en una oscuridad. Poco después—de hecho, una hora después—abrí los ojos y Adrien ya no estaba tumbado a mi lado, me incorpore y observe a mi alrededor y luego escuche correr el agua del lavabo, un minuto después salió Adrien del cuatro de baño y al verme sentada sonrió ampliamente.

Un beso bajo la luna© [✔]Where stories live. Discover now