Capítulo 40 [Final]

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Viéndome al espejo me di cuenta que perder la memoria fue la cosa más curiosa, deprimente e irritante, pero también aprendí a tomarlo como una nueva experiencia para conocer a estas personitas que ahora me rodean y a ese maravilloso ser que ahora nos observa desde lo más alto del mundo, Adrien se volvió nuestra estrella, aquella que cada noche sin falta sale junto a la luna, hoy hace seis años que perdí la memoria, pero gane amigos.

Y justo hoy, también viéndome al espejo mientras veía aquel vestido blanco en el maniquí pronto a usarse en menos una hora, me di cuenta que la mayoría de mis? experiencias, tristes, felices, graciosas han sido junto a las mejores personas del mundo.

—Por dios te eh estado buscando por todo el maldito hotel —habló Bella, que estaba agitada mientras entraba a la habitación, hoy todos estábamos estresados —¿qué haces ahí de pie? anda ponte el vestido, debemos salir hacia el altar en menos de una hora

—Descuida —le Sonreí intentando calmar sus nervios, lo cual no tenía sentido, pues yo estaba aún peor —todo saldrá bien, solo faltan los vestidos, estamos casi listas

—¿Cómo estas tan tranquila?

—Bella —lleve mis manos a sus mejillas, ¿quien diría que resultaríamos siendo tan unidas? —no lo estoy, pero si nos ponemos de esta forma haremos un desastre, respira... y vístete

—De acuerdo, solo espero que el novio no salga huyendo

—¿Crees que lo hará? Dios casi se desmaya de la emoción cuando escucho aquel si, no huira ahora, lo sé... o al menos eso espero, vamos, termina de arreglarte hay una boda allá abajo y la novia sigue aquí, y si te soy sincera ya quiero estar ahí en ese altar

Bella asintió mucho más tranquila, nos ayudamos mutuamente a cambiarnos, el vestido de novia y el de dama de honor, se veía sencillo, pero batallamos horrores, de hecho me asombraba que aún siguiéramos con nuestros peinados intactos.

Los minutos empezaron a pasar, y mi pecho ya quería explotar, los nervios me comían viva y Bella solo trataba de calmarme, al terminar de darme ánimos vimos que nos habíamos retrasado por diez minutos, así que salimos de la habitación y nos dirigimos al gran salón donde sería la boda, los nervios se avivaban aún más conforme nos acercábamos, al llegar al salón, nos dimos cuenta que el novio y el padrino ya estaban ahí, Matt y Aidan estaban en el altar, era el novio y el padrino más hermosos del universo, dios quería babear por los dos y por un momento me sentí triste, porque daría lo que fuera para que Adrien estuviera este día tan especial a mi lado, pero no lo estaba, quería creer que al menos me observaba desde el cielo y sonreía conmigo, o al menos ya sabía que así era, que el si podía verme desde dónde fuera que estuviese.

—Estamos a solo unos pasos del novio, miralo como te mira, eres su todo

—Estoy emocionada, lo miro y me enamoró aún más

—Lo sé, pase por eso... también me enamoraba cada vez que lo veía y aún sucede

Al estar frente a frente del novio que lloraba de la emoción y de aquel padrino, los cuatro nos observábamos, éramos el mejor cuarteto que pudo existir en todo el jodido planeta. El guapo padrino rompió el silencio.

—Espero que la hagas feliz, que hagas todo lo que yo no supe hacer —le dijo Aidan a Matt —te llevas a una hermosa chica que hoy será tú esposa, fue la mejor compañía que tube por algunos años... Matt yo no supe valorarla como ella lo merece, yo no di ni la mitad de lo que tú has dado por ella

—Hice la mejor elección al elegirte como padrino y al elegirla a ella para ser mi esposa, la amo... os juro que será la mujer más feliz a mi lado

—Ella merece ser amada, tal como tú lo haces yo nunca le di ni un tercio de lo que tú le has dado, cuídala mucho... espero que seas feliz preciosa, me alegra que hallas encontrado en Matt el amor verdadero

Un beso bajo la luna© [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora