Capítulo Seis

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Disclaimer: Los Vengadores no nos pertencen, son de Disney y de Marvel.

Se recomienda discreción.

El infierno es superficial. El infierno es una nada que tiene la pretensión y produce la ilusión de que existe.

2004

El cuerpo de Natalia se mostraba incómodo en la pequeña cama, esa noche se había mostrado especialmente intranquila, atormentada por el dolor extraño en la zona baja de su cuerpo. Steve suspiró levantándose para observarla mejor, aún no amanecía, pero podía ver el ceño fruncido del rostro de una dormida Natalia a la perfección.

—¿Estás bien, Natalia?—cuestionó al vacío, pero no obtuvo respuesta.

No tenía idea de qué le ocurría; ese había sido un día relativamente sencillo, no existía una razón para que se mostrase tan adolorida. Le preocupaba, su pecho que hace mucho tiempo no sentía más que vacío, se sentía contraído. Después de todo, para el chico, aquella pelirroja no podía describirse como otra cosa que la parte más pura de su alma.Fue justo cuando la luna empezaba a perderse en el alba, que ella abrió sus ojos, revelando el bosque lleno de vida que escondía. El de permitió observarla, porque siempre le había gustado observarla. Antes que de pudiera reaccionar ella se levantó de golpe, cerrando la puerta de aquel pequeño baño  con fuerza.

—¡Steve!— Aquel gritó desgarrador no lo espantó.

El rubio supo lo que estaba ocurriendo desde antes que ella gritase, era demasiado evidente. Solo podía mirar aquella mancha de sangre en las sabanas con impotencia; no había un retorno detrás de eso.

—¡Steve! — El gritó lo devolvió a la realidad, y corrió para entrar en el baño.

La imagen se le antojó demasiado dolorosa. Natalia estaba perdida, con los ojos cristalizados; ella no lloraría, nunca lo haría. Solo se abrazaba a sí misma, recostada en una esquina de su baño, soportando un dolor que no entendía. Le avergonzaba que el rubio viera la sangre cubriendo su pantalón de pijama. Sin embargo, él avanzó con pasos decididos a ella, no la abandonaría en ese momento.

—Está bien, Natalia. Estarás bien—el chico se dejó caer a su lado, para tomarla en brazos, intentando consolarla con palabras al no entender lo que pasaba—No hay nada malo en ti.

—¿Qué me sucede?—La pelirroja lo observó desconcertada. La sangre no era algo que les fuera desconocido, pero nunca había expulsado aquel líquido de su zona íntima, le avergonzaba que Steve se viera manchado con esa sangre. Pero a él no parecía importarle— Me duele, no quiero soportar esto. No lo entiendo, ¿Qué esta mal en mí?

Steve se sentía fuera de su cuerpo, eso no le correspondía,  no debía ser el quien estuviera ahí; ella tampoco debería tener tal nivel de desconocimiento a esa edad. Natalia merecía más que un chico de su edad para explicarle algo tan importante e íntimo. Natalia merecía una madre que le diera el consuelo y conocimiento que necesitaba; alguien como Sarah Rogers. Merecía mucho más que todo ese lugar, ambos lo merecían.

—Es algo normal en toda mujer—El tuvo que aclarar su garganta para continuar—En algún punto, todos debemos comenzar a crecer. Hace unos meses, no poseía un solo trozo de cabello en mi cuerpo, ¿ Lo recuerdas?

Ella asintió sin entender su punto, pero dejando que el continuara. Nadie les explicaba eso a los chicos del proyecto, nadie les decía nada sobre ellos mismos, dejando que descubrieran o murieran antes de hacerlo.

—Cuando mi voz empezó a cambiar, ese cabello empezó a salir. Es incómodo, pero es parte de crecer—no se atrevió a mencionar que el pecho de Natalia ya no era plano; ahora estaba fruncido en dos delicados picos que despertaban su curiosidad, como todo lo que se relacionaba con ella—En las chicas no sucede así, es un poco más incómodo. Cada cierto tiempo su cuerpo debe sangrar. Eso solo significa que pueden ser madres.

RENEGADES (ASTERIXBADBITCH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora