Sant Jordi

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Narra Mónica:

Después de un largo viaje en ave, finalmente llegué a Barcelona. Ésta tarde es la firma de libros y los encargados del evento reservaron un hotel para los invitados.
Entré a la recepción y me encontré a varios compañeros. Con algunos hacia tiempo que no me reunía, así que después de muchos saludos y abrazos, subí a mi habitación.
Durante esta aventura, pasaría la noche en el 5to piso. Puse música en el móvil y me metí en la ducha. Luego de un rato, terminé de prepararme. Estoy un poco nerviosa, encontrarme con los lectores y saber cuáles son sus críticas me da bastante curiosidad y me atrevo a decir que también miedo. <<Quizás vea a Vanesa, como escritora, habrá tenido que venir>> pensé e inconscientemente volví a mirarme en el espejo. Me arreglé el pelo, me acomodé la camisa y me puse un poco de perfume antes de salir.

Narra Vanesa:

-¿Estás segura de que ésta me queda mejor?- Le pregunté a Ana por tercera vez.

-Si, Vane. Seguro la Carrillo te ve con esa camisa y deja de ser hetero- Me respondió burlándose.

-Listilla, no tengo ninguna intención con la Carrillo- Le respondi achicando los ojos mientras la veía reírse a través del espejo.

-Ahora de verdad Vane, te doy 5 minutos, ni uno más o llegarás tarde.- Y salió de mi habitación. Cuando llegamos al hotel esta mañana, nos ofrecieron habitaciones distintas, la de Ana en el 5to piso y la mía en el 4to. Al final no estamos lejos y sólo será una noche, así que no pusimos ninguna queja.

Ahora sí, bajé a la entrada del hotel para ir por Ana o me mataría de verdad. Caminamos juntas por las calles de Barcelona, es un lindo día y a pocas cuadras de la feria ya se puede apreciar el olor a rosas.
Nos dirigimos a mi lugar, dónde voy a estar firmando las próximas 4 horas.
Me senté al rededor de muchas copias de mi libro y ya había una larga fila de gente esperando por su firma.

Me contaron historias, algunos me pidieron fotos, muchos abrazos y buenos comentarios. Ya está anocheciendo y no tuve tiempo para saludar a mis compañeros, ni siquiera para descansar un rato. Estaba feliz por esta experiencia que sin dudas recordaría siempre.
Comencé a recoger mis cosas, me puse de pie y de lejos la vi. Estaba a unos metros, todavía quedaban algunas personas esperando frente a su mesa. No podía dejar de mirarla, cómo le sonríe a la gente, sus ojitos brillosos, la risa contagiosa y....

-Vamos, pero a recoger tus ojos que se te quedaron allá- Me sacó de mis pensamientos Ana moviendo la cabeza hacia el stand de Mónica.

-¿Qué dices, tía? Estaba pensando en ir por su libro- Le respondí apurada mientras me ponía mi chaqueta.

-Qué bueno que eres cantante, como actriz no tenías futuro. Disimula algo, amiga.- Me dijo esto último y soltamos una carcajada, tan fuerte que Mónica alzó la vista.

Narra Mónica:

Escuché esa risa, levanté la vista y ahí estaba. <<¿Cómo no me di cuenta que estuvo todo este tiempo tan cerca?>> pensaba mientras la observaba de a ratos, a la vez que terminaba de firmar los últimos libros.
En una de las veces que me giré levemente a la izquierda, cruzamos mirada y qué mirada la suya!! Me sonrió y levantó su mano derecha saludándome. Tenía ganas de pararme y salir corriendo a saludarla como corresponde, pero aún quedaban dos chicas en la fila. Así que le respondí de la misma manera.
Se dió vuelta y comenzó a caminar hacia la salida. <<Supongo que nos veremos otro día>> me dije a mi misma al ver cómo se iba al lado de una mujer.

Terminé de firmar con una sonrisa enorme y muy feliz.

-Ha sido un día increíble, gracias por permitirme venir- Le dije despidiéndome a Patricia, una de las encargadas de organizar el evento.

-Gracias a tí, Mónica. Todos los que pasaron por tu stand se fueron felices.- Y me dió dos besos, también despidiéndose.

Volví al hotel de noche. Estoy muy cansada pero lo que menos quiero es ir a dormir. Tengo que aprovechar estos días, ya que mañana por la noche vuelvo a Madrid y eso supone la vuelta al trabajo, la vuelta a la realidad.
Me subí al ascensor y presioné el número cinco. Mientras ascendía hizo una parada en el piso cuatro, me sorprendí al ver que la mujer que acababa de subirse era la que caminaba con Vanesa hace un rato.

-Hola- Me dijo tímida al pararse a mi lado.

-Hola- Respondí con una sonrisa, también tímida.

El ascensor abrió las puertas y salimos a la misma vez, supongo que debe estar alojada en ésta planta.
Doblamos hacia la derecha y caminamos unos metros a la par, yo frené en la puerta de mi habitación y ella en la de al lado. Nos miramos y antes de entrar nos sonreímos cómplices. <<Parece que tengo de vecina a la novia de Vanesa>> pensé mientras me reía de lo que había sucedido hace un momento.

CUESTIÓN DE PIEL - VANICAWhere stories live. Discover now