Después de haber escuchado a Mónica y haberle contado mi historia con Inma tuve la necesidad de abrazarla. Nos sacamos un gran peso de encima y que haya tenido la confianza para contármelo era muy buena señal. Estaba a punto de besarla, lo pensé, tuve muchas ganas pero otra vez aparecieron los miedos. <<No la cagues Vane>> me dije a mi misma. Quizás la que está confundida soy yo y ella solo quiere ser mi amiga. Propuse ir a dormir, mañana trabaja y ya es demasiado tarde. Aceptó y me siguió hasta mi habitación.
-Te presto un pijama así duermes más cómoda- le dije mientras buscaba en mi armario.
-Si, cualquier cosa va a estar bien- dijo ella de pie al lado de la cama.
-Toma- le entregué una camiseta y unos pantalones cortos.
-Gracias Vane- dijo con una gran sonrisa.
Salí para que pudiera cambiarse de ropa mientras yo me ponía mi pijama en el baño. Me cepillé los dientes y volví. Estaba doblando sus pantalones y había dejado toda su ropa encima de un pequeño sofá que hay en mi habitación.
-Te queda mejor que a mí- dije provocando una risa por parte de ambas.
-Si, creo que deberías regalármelo- bromeó ella girando sobre sí misma para mostrame como le quedaba mi pijama.
- Duerme aquí, estarás mas cómoda.- dije levantando las sábanas para que pudiera acostarse.
-¿Y tú?- preguntó.
-Dormiré en la habitación de al lado, cualquier cosa que necesites me avisas- respondí mientras me dirigía hacia la puerta.
-Espera Vane. No me molesta dormir juntas. Si quieres quédate aquí, al final es tu cama- dijo con una sonrisa mientras se metía en ella.
-No quiero molestar- dije yo rogando que insistiera para que me quedara.
-Vane- me llamó, ya estaba saliendo de la habitación. -Quédate- dijo esta vez acomodándose en el lado derecho de la cama. Me dejó lugar para que me acostara y antes de hacerlo apagué las luces.
-Buenas noches, Mónica- dije una vez acostada.
-Hasta mañana Martín- susurró ella.
Estaba de espaldas a mí y la única luz que había era un pequeño destello que entraba por la ventana. No podía dormir, me giré para quedar de espaldas a ella, se movió y rozó mi pie con el suyo. No se molestó en sacarlo, quedo pegado al mío y sentí un escalofrío recorrer toda mi espalda. <<Tengo a Mónica Carrillo en mi cama>> pensé con una sonrisa al rememorar todo lo que pasó en el día. Creí que ya estaba dormida hasta que:
-Vane- susurró Mónica.
-Dime-
-Al final no me has cantado- dijo poniendo voz de niña y comenzamos a reír suavemente.
-Vamos a tener que vernos otro día para eso, los vecinos van a matarme si saco la guitarra ahora- dije girándome, ella me imitó y quedamos de frente.
-Está bien, otro día- asintió ella. Sus ojitos brillaban en la oscuridad.
-¿No tienes sueño?- le pregunté.
-No puedo dormir, tengo un poco de frío- me respondió juntando sus dos manos debajo de su cara.
-Vas a estar muy cansada mañana- le dije susurrando. Estaba tan tierna que no me contuve, con mi mano izquierda la arropé bien y luego comencé a acariciar su pelo. Cerró sus ojos y después de un rato sentí como respiraba suavemente, estaba dormida. Sonreí, no sé que hizo conmigo pero me vuelve loco el corazón.
Narra Mónica:
Desperté con la luz del sol que entraba por la ventana. Me giré y ahí estaba. <<Hasta dormida es bella>> pensé al mirarla. Me quedé hipnotizada y sin darme cuenta comencé a sonreír. Anoche la pasé increíble y Vanesa fue muy atenta en todo momento.
Miré mi móvil y vi que ya es hora de irme. Me levanté muy despacio para no despertarla, nos dormimos tarde y probablemente quiera seguir durmiendo un rato más. Me vestí y dejé su pijama encima de la cama. Me acerqué a su lado, acomodé su flequillo y le di un suave beso en la frente. Antes de salir le dejé una nota arriba de su móvil.
"Me fui temprano y no quise despertarte. Gracias por todo, la pasé muy bien. Me debes mi concierto privado Martín"
Antes de ir a Antena3 pasé por casa a ducharme rápido y a buscar mi coche. Me encontré a Patri al llegar a la redacción.
-¿Tienes algo que contarme?- me preguntó muy seria luego de saludarnos.
-Tengo mucho que contarte- le dije abriendo exageradamente los ojos.
Entramos en mi oficina y le conté mi día con Vanesa. Patri se puso muy contenta por mí, dijo que hace mucho no me ve así de feliz y que me deje llevar por lo que siento. Comenzó el informativo y como de costumbre dejé mi móvil al lado de mis apuntes. En un momento se encendió la pantalla, aproveché una de las publicidades para leer el mensaje. Era un mensaje de Vanesa, me envió una foto y sin pensarlo mas lo abrí.
Vanesa: Hace unas horas estabas dormida en mi cama, enciendo la tele y ahí estas ¿En qué momento te fuiste, Carrillo? ¿Haces magia?
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Comencé a reír como una tonta enamorada. Me hizo gracia que le haya sacado una foto a la tele. <<Magia>> pensé al leer otra vez el mensaje. Magia es lo que vivimos ayer, que sin ser nada me hizo sentir todo. Le respondí rápido ya que en unos minutos estaríamos en directo y no podría contestarle.
Mónica: Me fui mientras dormías, parecías un bebé. Si no te molesta te robo la foto y la publico en instagram. ❤️
Vanesa: Toda tuya, la foto. Y por cierto, yo también la pasé muy bien. No me olvido de tu concierto. Cuando quieras😉
Me hizo sonrojar pero rápidamente tuve que volver a acomodarme. No llegué a contestarle porque otra vez estábamos en directo. Lo que quedó del informativo lo pasé un poco nerviosa, saber que ella está del otro lado viéndome no ayuda mucho.
Al finalizar, fui a mi camerino a cambiarme de ropa. Aproveché para publicar en instagram la foto que me había enviado Vane y para responderle ese último mensaje que por el informativo había dejado en visto.
Mónica: Yo tampoco me olvido del concierto, tú lo prometiste y las promesas se cumplen.
Terminé de vestirme y fui a almorzar con mis compañeros. Durante la tarde todo estuvo en orden, trabajé en la redacción y terminé algunos asuntos pendientes. Presenté el informativo de la noche y finalmente volví a casa. Estaba demasiado cansada y sólo me apetecía dormir. Me pareció raro no tener respuesta por parte de Vanesa, durante toda la tarde estuve pendiente al móvil por si me escribía pero nada, quizás no tuvo tiempo de responderme y tampoco voy a insistir.
