𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆𝐒 𝐎𝐅 𝐋𝐎𝐕𝐄 -𝐒𝐭𝐞𝐯𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐢𝐧𝐠𝐭𝐨𝐧

𝐅𝐑𝐈𝐄𝐍𝐃𝐒𝐇𝐈𝐏?

Valerie tocó dos veces el timbre esperando a que le abrieran. Unió sus manos por detrás, la puerta se abrió dejando ver a una hermosa mujer de cabello rojo.

—Buenas tardes...

—Buenas tardes, señorita— sonríe agradable—. Mi nombre es Valerie Henderson,  ¿De casualidad se encuentra Billy?

La mujer me devuelve la sonrisa.

—Si, ahora le hablo— responde—. ¿Gustas pasar mientas esperas?

—Muchas gracias, es muy amable—Val entra cerrando la puerta detrás de ella.

Señala un sillón osea que se siente mientras espera. Sube por las escaleras. Valerie se cruza de piernas antes de que unos pasos apresurados bajarán.

—¡Valerie!—Max se salto el último escalón reconociendo esa cabellera rubia.

—¡Max!— la rubia sonríe volteando a verla—. ¿Cómo estás? ¿Dormiste bien?

—Mejor... Y si, dormí bien, ¿Y tú?

—De maravilla, de hecho después iré a casa de Will para ayudar a la señora Byers a limpiar, ¿Crees que te den permiso de ir?

—¡Mamá!— la niña salió corriendo tan pronto como pudo.

Fue entonces que Billy apareció por la escaleras.

—Hola, perdido— saluda alegremente.

—Valerie Henderson— camina con cautela—. ¿Vienes a enterrarme otro tenedor?

—Eres muy gracioso, Hargrove— ella se levanta sacando las llaves de su auto—. Cómo lo prometí, aquí tienes las llaves de tu auto, incluso lo lave.

Billy tenía una expresión muy tensa. La rubia extendió las llave con su mano izquierda. Fue entonces que el Hargrove se dió cuenta de que sus nudillos estaban rojos.

—Supongo que cumples tu palabra— arrebata las llaves cruzando sus brazos.

—Oh vamos, ¿Estás enojado?

Billy hizo una mueca.

—¿Cómo podría enojarme con alguien tan brillante como tú?— bufa.

Valerie río.

—¿Estás enojado porque no puedes estar enojado conmigo?— se burla—. Eres un tierno.

—¡Val! ¡Si me dejó!— Maxine volvió con sus tenis puestos.

—¿En serio? Me alegro, entonces vámonos— sonríe la rubia antes de volver a prestarle atención a Billy—. Gracias por lo del carro, aunque básicamente te lo robe, pero gracias, nos vemos luego.

—No llegues tarde, Maxine— recalca su madre.

—Se la traeré antes de que se ponga el sol, no se preocupe— Valerie pone sus manos sobre los hombros de Max—. Yo la cuidare bien, de hecho a veces soy niñera de un grupo de niños.

—Muchas gracias, por favor cuídense mucho.

Valerie asintió antes de salir de la casa junto a la pequeña pelirroja. Cuando estaban por salir de los terrenos de la casa Billy salió apresurado.

—Val... ¿Necesitas que las lleve?

Max se giró para ver a su hermanastro de una muy mala manera.

—No, gracias— se niega—. Aún tengo que pasar por los demás niños, otro día será.

Valerie agita su mano como despedida, mientras le guiñaba el ojo antes de seguir a su camino con Max a su lado.

(...)