𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆𝐒 𝐎𝐅 𝐋𝐎𝐕𝐄 -𝐒𝐭𝐞𝐯𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐢𝐧𝐠𝐭𝐨𝐧

𝐋𝐄𝐀𝐕𝐄 𝐇𝐄𝐑

Once se aferra a Valerie con fuerza mientras seguía llorando de dolor. La rubia miro a los demás, eso no era normal. Para nada, trato de calmarla haciendo que respirara profundo.

Los demás estaban perplejos sin saber exactamente qué hacer.

—Jonathan— llama Valerie—. Ve por un cuchillo de esa tienda de comida, usa el fuego de la estufa para calentarlo, toma unos guantes y vuelve aquí.

—Si— el acata la orden levantándose de inmediato para correr al lugar señalado por parte de la Henderson.

—Once— golpeó con suavidad sus mejillas—. Te vamos a mover, ¿Si?—Ella asintió entre quejidos, Mike que estaba a su lado—. Con cuidado, ¿Si?

La niña seguía aferrada al brazo de Valerie, así que con la ayuda de los demás pudo acomodar a Once en las piernas de Mike despacio para que no le dolería tanto.

—¿Saben? No es tan grave—habla Robin—. A Beth Wildfire en un partido de fútbol se le salió un hueso por la rodilla, 15 centímetros, una locura.

—Robin— interviene Harrington.

—¿Que?

—Eso no ayuda— asegura la rubia.

—Perdón—se disculpa.

Jonathan vuelve rápidamente arrodillándose frente a la chica.

—Está bien, Ce, esto te va a doler una barbaridad, ¿Bien?

—Bien...

—Tienes su estar quieta— vuelve a pedir el Byers mientras se colocaba los guantes—. Muerde esto.

Les pasa una cuchara de madera. Valerie la tomo para ponerselo con cuidado en su boca. Once siguió aferrándose al brazo de la chica así que solo atino mientras ponía su otra mano sobre la de Once.

Jonathan estaba titubeando de hacerlo, mirando a todos.

—Hazlo— pide Mike.

Valerie aparto la mirada de la herida de Once para concentrarse únicamente en ella. Por supuesto estaba bastante adolorida

Se relajo un momento antes de que Jonathan tuviera que meter su mano dentro de la herida para sacar esa cosa, tenía miedo de lastimar a su la niña, por lo que entre su nerviosismo y esas ganas de querer ayudarla.

—¡Jonathan!— grita Nancy.

—¡Cállate!— ordena el nervioso.

Movía sus dedos dentro de la herida sin tener éxito.

—¡Mierda!— maldice el Byers.

—¡No! ¡Para!—Once se quita el cucharón de madera de la boca

—¡Dijo que pares!— vocifera Valerie, la niña entre sollozos trato de reincorporarse.

—Lo haré yo— la ayudo a sentarse—. Lo haré yo.

La niña soltó el brazo de Valerie, así que la rubia solo atino a abrazarla mientras el estiraba su mano para enfocar sus poderes.

Gruñó con fuerza a cada movimiento del gusano dentro de la herida al tratar de sacarlo. Con su esfuerzo la ventana detrás de ellos termino por explotar. Valerie trato de cubrir a la niña de los vidrios rotos.

Una vez ese maldito gusano salió, Once seguía gritando por todo el poder y sobreesfuerzo. Lo aventó tan lejos de ella como pudo. El gusano estaba por escapar cuando una bota lo piso.

Hopper, la señora Byers y otro señor con una barba estaban ahí.

(...)

Y Valerie creía que había tenido un mal día. Los demás lo superaban con creces. Se quedó en silencio sentada en la jardinera tratando de analizar todas las situaciones en su mente.