Bridgerton's tea

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La luz comenzaba a filtrarse a través de las cortinas, pero eso no fue lo que despertó a Taylor, sino el estruendo que hicieron las puertas de la habitación chocando contra la pared cuando Lily entró sin permiso con la revista de Lady Whistledown entre las manos.

Caminó furiosa hasta la cama de Taylor y le lanzó un cojín de uno de los sillones que se encontraban en la habitación. Taylor se cubrió el rostro por instinto mientras intentaba despertar.

—¿Qué te pasa? — preguntó Taylor tallándose los ojos.

—¿Por qué Whistledown escribe sobre ti y no sobre mí? — dijo enojada.

—¿De qué hablas?

Lily le lanzó la revista a la cama mientras Taylor se sentaba recargando su cuerpo en la cabecera, una vez que sus ojos se ajustaron a la luz comenzó a leer la revista.

—Lily no puedes enojarte por esto, sólo fue un baile.

—Pues Lady Whistledown piensa que te están cortejando.

—Lady Whistledown sólo escribe lo que ve, además múltiples veces te ha mencionado y ha dicho palabras muy agradables.

Lily la miró de mala gana, se acercó a Taylor y le arrebató la revista, debido al movimiento, una de las hojas cortó el dedo de Taylor.

—¡Lily, me cortaste! — reclamó tomando su dedo con dolor.

—No me importa.

—¿En serio estás enojada? Deberías molestarte con quien escribe la revista, no conmigo.

—¡Es mi temporada!

—¿Y no puedo bailar sólo por eso? No seas ridícula.

—¿Por qué dejas que Benedict Bridgerton te corteje?

—No me está cortejando, sólo bailamos y vete de mi habitación, no quiero seguir discutiendo contigo. — dijo levantándose de la cama.

—Eres la peor hermana del mundo.

Todos los movimientos de Taylor pararon secamente, una presión apareció en su pecho y amenazaba con dejarla sin aire, sin duda alguna era dolor, sus ojos lo reflejaron al instante y Lily lo notó, reparó en su error tan pronto lo cometió, pues aquellas palabras habían herido a su hermana de una forma que sabía que nunca podría reparar, trató de disculparse pero sólo salían frases incompletas entre tartamudeos, Taylor caminó hasta la puerta de la habitación y se paró junto a ella sin mirar a su hermana.

—Largo. — dijo mirando al pasillo.

—Taylor... — respondió en voz baja.

—Fuera de mi habitación, Lily. No te quiero ver aquí. — dijo entre dientes. — Y no vuelvas a entrar sin mi autorización.

Lily no se atrevió a reclamar, asintió suavemente y caminó fuera de la habitación evitando la mirada de su hermana, estaba lo suficientemente apenada para mirar si quiera en su dirección.

Una vez que Lily se fue, Taylor cerró ambas puertas con un suspiro de derrota, si tan sólo pudiera regresar el tiempo cuando ella y Lily eran unidas, Taylor anhelaba aquellos días, cuando su familia estaba completa y unida, extrañaba las tardes en Gales cabalgando junto a Simon y leyendo al lado de Lily, verlos bailar mientras ella cantaba y tocaba, extrañaba a su madre, ella sabía como detener sus peleas, como unirlas otra vez, recordarles que se amaban a pesar de todo, extrañaba tantas cosas que Taylor no entendía como lograba vivir el día a día.

Una lágrima se deslizó por su mejilla, luego otra y otra y otra hasta que Taylor se cansó de contenerlas y las dejó caer en silencio mientras su cuerpo poco a poco se deslizaba por la pared hasta llegar al suelo. Permaneció así una hora más hasta que pudo detener su llanto y se levantó del suelo, jaló la cuerda que llamaba a las sirvientas y caminó al baño para lavarse la cara tratando de quitar el tono rojizo que habían adquirido sus mejillas y lo hinchado de los ojos.

Enchanted | Benedict Bridgerton |Where stories live. Discover now