Enchanted | Benedict Bridgerton |

Oliver's adventure

Había cosas que no se podían negar dentro de la familia Queen, por ejemplo que Lily era caprichosa, Taylor tenía la paciencia de un chihuahua, a Harry le gustaba deslindarse de los problemas y Felicity era muy entrometida, pero nada de eso se decía en voz alta, sin embargo había algo innegable en la familia Queen que nadie se molestaba en ocultar, Oliver era un gato muy escurridizo.

Ya se había colado varias veces en la oficina de Harry y había desordenado los papeles, también se había colado en la sala a la hora del té para acompañar a Felicity, había intentado entrar en la habitación de Lily un par de veces pero siempre terminaba siendo perseguido por Beethoven y en los últimos días había aprendido a salirse por el balcón para dar un paseo por el jardín, no era algo nuevo ni algo que algún miembro de la familia le diera mucha importancia, al final del día, Oliver siempre regresaba a la habitación de Taylor.

Aunque aquella noche después de cenar, Taylor subió a su habitación y encontró el plato de Oliver intacto, le pareció bastante raro, pero no se preocupó mucho, seguramente seguía paseando por el jardín, así que dejó la puerta entreabierta por si regresaba cuando ella estuviera dormida.

A la mañana siguiente que despertó encontró que su puerta seguía en la misma posición que la noche anterior, a pesar de eso intentó dejarlo pasar, Oliver era un gato pequeño, seguramente estaba escondido por ahí en algún lugar de la cocina o en la habitación de Lucy; bajó a desayunar buscando con la mirada a su gato, pero no había señales de él por ningún lado, se sentó frente a Lily como siempre y saludó a su familia.

—Buenos días.

—¿Cómo dormiste, cielo? — preguntó su padre.

—Bien... ¿Alguien ha visto a Oliver?

—Oh sí, anoche dejó un lindo regalo en mi escritorio. — dijo Harry.

—¿Qué cosa? — preguntó Lily.

—Un ratón.

—¿Vivo o muerto?

—Decapitado.

Lily hizo una expresión de asco que le sacó una pequeña sonrisa a su padre, pero Taylor estaba tratando de deducir en qué clase de sitio se había metido Oliver.

—Taylor, controla a tu bestia. — dijo Lily sacándola del trance.

—Los gatos son cazadores por naturaleza, no puedo controlar eso.

—Al menos ese gato va a mantener la casa libre de plagas. — dijo su abuela.

—¿Pero a qué costo? — se quejó Harry.

—No lloriquees, ya no eres un niño Harry Queen.

El desayuno siguió como si nada después de eso, pero una extraña sensación comenzaba a formarse dentro de Taylor. Una vez que terminó y sus lecciones de etiqueta con su abuela terminaron, Taylor subió a su habitación con la esperanza de ver a Oliver, pero su plato de comida seguía lleno.

—Lucy ¿Has visto a Oliver? — preguntó más preocupada.

—No, señorita.

—¿Y cuándo fue la última vez que lo viste?

—Anoche, estaba cazando un ratón entre los rosales.

—Gracias. — dijo saliendo de la habitación.

Taylor llevaba toda la tarde buscando a Oliver por la casa, aquel gato escurridizo no había sido visto por ningún miembro de la familia desde la noche anterior y Taylor comenzaba a creer que Beethoven se lo había comido. Su familia la miraba sin decir nada, pero fue Lily la primera en unirse a la búsqueda, comenzó por su habitación, debajo de su cama y dentro de su tina, pero no había rastros de él, de cualquier manera era casi imposible que se metiera en su habitación, pues a penas ponía una pata adentro, Beethoven le ladraba y lo perseguía por todos lados.