Capítulo 14 •Perfectamente imperfecto•

77 41 42
                                    

—Ponle pausa, iré a buscar algo para comer. —dice Zahara.

Luego del incidente con el tonto de su hermano, nos vinimos a su habitación a ver una película.

Mi amiga se levanta de la cama y sale de la habitación. La curiosidad me carcome, así que al igual que ella, también me levanto y comienzo a recorrer el espacio, observando detalladamente.

Es una habitación muy bonita y muchísimo más amplia que la mía, las paredes son de un tono lila, muy lindo, decoradas con fotografías, dibujos y afiches. Me detengo cuando una foto llama mi atención, sin vergüenza alguna la tomo entre mis manos para apreciarla mejor, en ella se observa un pequeño niño con una bebé en brazos, en la parte trasera tiene una dedicatoria: "Zaid junto a su pequeña princesa Zari"

Devuelvo la foto a su lugar cuando escucho mi celular sonar, regreso a la cama donde lo dejé y la pantalla se ilumina con el nombre de Allan, me está llamando.

La puerta se abre dejándome ver a Zahara con un plato de palomitas y dos vasos de refresco a punto de caerse.

—No estaría mal si me ayudaras con esto. —dice, a lo que yo respondo con una carcajada.

—Me está llamando Allan. —comento, mientras le ayudo con las palomitas.

—¿Y cuál es el problema?

—Que no sé que decirle, seguramente querrá una explicación. —digo mientras nos sentamos en la cama.

—Debes dársela. —dice mi amiga.

—Ah, si, lo siento Allan, me he desaparecido porque el chico que me trae loca resultó ser el hermano de mi amiga y ahora estoy confundida entre si me gustas tú o me gusta él. —tomo un puñado de palomitas. —¿Esa te parece una buena explicación? —pregunto con la boca llena.

—Podrías decirle que enfermaste y estuviste en el hospital.

—Uy no, Dios me cuide.

—Pues entonces dile que yo estaba enferma y tú estuviste cuidándome. —propone.

—Mm, no suena mal.

La pantalla de mi celular se vuelve a iluminar, esta vez es un mensaje.

Allan: "Alessia, no quiero molestarte, pero estoy algo preocupado. Solo quiero saber si estás bien".

—No seas mala, respóndele. —dice Zahara.

—Lo haré luego, reanuda la película. —le pido.

***

Una hora después ya había terminado, me duele el abdomen de tanto que nos reímos, pues la película era una comedia.

—¿Te quedarás a cenar? —me ofrece mi amiga.

—No creo, ya debería irme, mañana tengo clases. —explico.

—Eso no tiene nada que ver, puedes quedarte a cenar y luego te vas. —dice. —El mismo tiempo que te vas a tomar cenando aquí, te lo tomarás cenando en tu casa, así que cuando tengas una mejor excusa te la aceptaré. —sonríe.

«Que niña tan astuta y manipuladora»

—Bien, me quedaré a cenar. —digo girando mis ojos. —¿Cocínanos juntas?

—¿Cocinar? —me mira confusa. —No, amor, la señora Mery es la única que cocina en esta casa.

—Entiendo, privilegios de la gente millonaria. —rio.

—Que tontería. —suelta una carcajada.

—Oye Zahara. —la miro. —Me alegra mucho verte mejor. —sonrío.

En alguna calle de VeneciaWhere stories live. Discover now