Capítulo 15 •Amigos•

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Luego de unos quince minutos de camino, me encuentro fuera del Mocca Café, esperando por Allan. No respondió a mi mensaje, pero al llegar aquí lo vi ocupado, aunque logró verme y me hizo una seña para que lo esperara.

—Alessia, por favor, entra y siéntate. —me dice una chica cuyo rostro se me hace familiar. —Allan ya casi acaba su turno.

—Hola. —saludo cordialmente tratando de recordar de donde la conozco. —Vale, gracias.

La sigo hasta el interior del lugar para luego tomar asiento en una de las mesas centrales.

—¿Quieres comer o tomar algo? La casa invita. —ofrece.

—Un vaso de agua estaría bien, por favor. —observo el nombre en su uniforme y tras varios flashbacks logró recordarla. —Y muchas gracias, Valeria.

Claro, de lo ebria que iba el día en que la conocí se me era casi imposible recordarla. Gracias al nombre y a sus rasgos inconfundibles pude darme cuenta de que se trataba de la hermana de Allan.

«Nuestra futura cuñada... ¿O esa será Zahara?»

Definitivamente no, en mis nuevos planes no está ser la cuñada ni la novia de nadie en esta ciudad.

Mientras espero, me entretengo viendo cómo Allan corre de un lado a otro, con las órdenes y los platillos de los comensales, el negocio está repleto y se ve muy ocupado, seguramente terminará cansado ¿Estaré siendo inoportuna?

—Aquí tienes el agua. —dice Valeria colocando el vaso frente a mí. —Si necesitas algo más, estaré atenta. —sonríe y se va.

Le doy un par de sorbos a mi bebida mientras juego con una servilleta enredándola entre mis dedos y tarareo la canción que reproducen las bocinas del lugar, es One Kiss de Dua Lipa.

Trato de ordenar mis ideas y pensar que le diré a Allan, está claro que no seré completamente sincera con él, pero si debo darle una explicación, ya que no fui muy empática al momento de alejarme sin avisarle.

Frente a mí cruza a paso rápido un chico pelirrojo de algunos catorce años, lo sigo con la mirada y visualizo cómo se detiene frente a Allan, se saludan con un abrazo y seguido de eso Allan se quita el delantal por encima de su cabeza, para entregárselo al chico, junto a ello también le entrega una pequeña libreta y un bolígrafo y según lo que veo procede a explicarle algo mientras le señala unas mesas.

Camina hacia mí acomodando disimuladamente su ropa y su cabello, se le ve algo nervioso.

—Hola Ale, no sabes lo feliz que me hace verte de nuevo. —dice mientras se sienta en una silla a mi izquierda. —Mi turno aún no ha terminado, pero no podría hacerte esperar demasiado, así que le pedí a mi primo que me cubriera.

—Hola Allan, a mí también me alegra verte. —le dedico una leve sonrisa. —Necesito explicarte el motivo de mi repentina lejanía y espero que puedas entenderme y disculparme. —le digo con sinceridad.

Posa su mano sobre la mía y me sonríe ampliamente.

—No tengo nada que perdonarte, no debes sentirte obligada a darme una explicación o aclararme las cosas, pero si eso te hace sentir mejor, pues adelante. —me observa con interés.

—Verás... —le doy un trago largo a mi agua. —Decidí alejarme un poco estos días porque sinceramente estaba comenzando a sentirme algo extraña. —remojo mis labios.

—¿Qué quieres decir con "extraña"? —inquiere.

—Pues... Estaba comenzando a sentir cosas por ti que van más allá de una amistad. —confieso.

En alguna calle de VeneciaWhere stories live. Discover now