Censurados [[hemmings]]

#17: Compras navideñas

Negativo. Había salido negativo. No sabía si sentirme bien o si llorar, porque Luke no estaría tanto a mi lado desde ahora.

— ¡CAMILLE, CORRE! —gritó Calum tomando mi mano y llevándome hasta un lugar del centro comercial— ¡TENEMOS QUE IR A COMPRAR EL REGALO DE MICHAEL, SIN QUE NOS PERSIGA!

Tengo miedo. Nos dividimos, Luke y Ashton, Noah y Jason, Michael y mi mamá (que terminó siendo Mike solo), Jason y Emily y Calum y yo. No pregunten quién escogió los equipos, porque los golpearía hasta mi muerte, e incluso después de eso.

— ¡POR ALLÍ, LA TIENDA DE LOS VIDEOJUEGOS! —exclamé jalándolo hacia el sitio que había apuntado— ¡AHÍ ESTÁ EL MUÑECO DE YOSHI QUE QUERÍA!

— ¡Son cincuenta dólares, Cam! ¡MEJOR SÓLO DALE UN BESO! —saqué la sartén de Emily— ¡NO ME GOLPEES, MALDITA BRUJA DEL INFIERNO!

— Ni siquiera estamos en Halloween y ya me atacas, Hood —rodé los ojos entregándole el muñeco de Yoshi a la cajera— Diablos, mi cartera...

— No me digas nada, que fue tu idea y no gastaré cincuenta dólares en un muñeco que en unos meses estará en la basura —se quejó Cal cruzándose de brazos.

Lo golpeé en la cabeza, ya estaba bueno que parara su berrinche de infante. Nos tocaba el regalo de Noah (que era un colgante con perfume) y el más difícil era el de Mike, ¡¿POR QUÉ TENÍA QUE SER TAN ADICTO A LOS JUEGOS?! Así que como toda una rebelde, tomé la mano del chino, luego saqué el peluche y salí corriendo junto al negro.

— ¡CÓMO DEMONIOS HACES ESO, FOSTER! —gritó corriendo escaleras mecánicas abajo— ¡DISCULPE, DISCULPE, NO ME GOLPEE CON SU TORTUGA SEÑORA!

Uh, ¿quién traía una tortuga como mascota al centro comercial? Era más raro que ver a Luke rogándole a Noah que lo acompañara a la heladería a comprarse un helado de los Pitufos.

¡¿POR QUÉ?! ¡SÓLO ES UN HELADO!

Oh, cierto, había una niña linda ahí.

Mhmm, ¿Luke aún está con Zoella? Esperen, ¿qué va a regalarle a esa... linda, hermosa, preciosa mujer?

— ¡ROBAR A YOSHI FUE LA PEOR IDEA DEL MUNDO, LADRONA! —me gritó Calum al oído— ¡POR QUÉ CORREMOS SI YA NO NOS PERSIGUEN!

Me detuve. Era real, nos habían dejado escapar con el muñeco, aunque... Tal vez jamás nos persiguieron y era yo y mis fantasías estúpidas del GTA V. Toda una macho con mis juegos de masacre y sangre. Ni el rubio se atrevía a jugar eso, era bueno a veces que a Mike le gustaran los juegos, con los demás sólo es FIFA.

— ¡CUIDADO! —no pude reaccionar cuando choqué cabeza con cabeza.

— ¿Camille?

— ¿Caroline? —abrí los ojos de par en par, levantándome y sacudiendo mi ropa— ¿Q-Qué haces acá en Sydney?