Jelou lll.

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Lo sé, yo, jodiendo sus agradables existencias, pero bueh, qué se le puede hacer, el mundo no es justo. ¡Lo que quería decirles es que me gustaría que se pasaran por Parker! Es una novela con Luke (sí, otra más a todas mis torpezas), me encantaría que leyeran, les gustara, votaran y comentaran, la agregaran a su biblioteca, porque puede no ser una maravilla, pero la trama es bonita y es tan común y corriente como esta 7u7.

Yo sé que les gustó, nenas n-n.

Mi sonrisa se esfumó en el momento en que me avisaron de que mi papá me estaba llamando, suspiré y fui con mi móvil a grabar toda la conversación, quizás era la última plática que tendría con él. Mi mochila la tenía lista, me iría a Sydney con mi niñera, lo sé.. Dieciséis años y aún con niñera, pero papá siempre me quiso tener a salvo.

« No llores, no llores, pequeña »

Me repetí una y otra vez, por Dios.. él iba a morir, mi progenitor moriría y yo era tan joven, ni siquiera tenía idea de dónde estaba mamá, jamás la conocí y no tenía ningún hermano, posiblemente, estaría sola, no es que mi niñera no me agradara, sólo es distinto vivir con personas de tu misma sangre a alguien que ha estado la mitad de tu vida contigo. Es raro.

- ¿Parker? -susurró apenas mi padre, tratando de levantar su frágil cabeza- ¿Eres tú?

- Sí, papá, soy yo.. -sollocé agarrando su mano con delicadeza y suavidad- ¿Necesitas algo? ¿Un vaso de agua? ¿Quieres que traiga a la enfermera?

- No, princesa, ven aquí.. -tiró levemente de mi brazo e hizo que me sentara en la orilla de su cama- Supongo que ya sabes qué sucede conmigo y que me queda muy poco tiempo de vida.

- No digas eso, papá, todavía tienes una vida por delante -negué con la cabeza- Podremos salir adelante, tendremos una vida feliz, podrás seguir trabajando con bandas, no te des por vencido ahora, padre.

- Escúchame, Parker.. -pidió con los ojos humedecidos- Jamás te conté de esto, porque quería que tuvieras una infancia feliz y normal, no que vivieras preocupada por mi, ya que te conozco lo suficiente para saber que no podrías haber dormido si te lo hubiera dicho.

- ¿Por qué nos tiene que pasar esto a nosotros, eh? Dime -le supliqué empezando a llorar- Tú eras tan sano, tan cuidadoso con nuestra alimentación y ejercicios, ¿qué te ocurrió? ¿Desde cuándo tienes este problema al corazón?

- Desde siempre, tu abuelo me lo heredó.. -cerré los ojos, cayendo un mar de lágrimas sobre las sábanas de mi padre- Hija, necesito que me hagas un favor demasiado grande y que lo cumplas, que me lo prometas, aunque sea lo último que hagas en tu vida.

- Lo que tú quieras, papá, dímelo y prometo que lo haré -sujeté su mano y la besé con cuidado, no quería verlo sufrir por verme llorar.

- En mi testamento todo es tuyo -susurró- Y dice, además, que deberás encontrar a cuatro chicos famosos, Luke Hemmings, Michael Clifford, Ashton Irwin y Calum Hood, confío plenamente en ellos hace un par de años y tienes que prometérmelo..

- ¿Qué papá? -comenzó a hacer muecas de dolor y se agarró el lugar izquierdo del pecho adolorido- Papá, ¡por favor no me dejes! Dímelo, papá.

- Los.. buscarás y.. y.. te quedarás con ellos -susurró y me miró- Te amo, Parker, ahora sal de aquí.

- ¡No! No lo permitiré, ¡no! -traté de limpiar mis lágrimas y ayudarlo, pero unas enfermeras y enfermeros me sacaron del cuarto- ¡No, déjenme verlo, lo suplico! ¡Déjenme entrar, maldita sea! ¡Papá!

Mi niñera me agarró de los hombros y alcancé a ver que le inyectaban algo a mi padre en el cuello, él se estaba muriendo, ¡se estaba muriendo, maldición! Y yo ahí parada, sin hacer nada. Golpeé la puerta millones de veces, tratando de que me abrieran de una vez, pero no recibía respuesta alguna, es como si todo el mundo se hubiera esfumado de un minuto para otro. Salí corriendo hasta mi cuarto, donde me eché en mi cama a llorar.

- ¡Parker, tranquila, él estará bien! -gritaba Susanne, la niñera, tratando de calmarme.

Entonces decidí hacer un escándalo, aventé las cosas de mi escritorio en las paredes, rayé con un labial en la pared, escribiendo «He died» en todas partes. Las almohadas y peluches de mi cama aterrizaron en diferentes lados del cuarto y mis joyas y ropa, desparramadas por el suelo como si no hubiera sido difícil conseguirlas.

- ¡Parker Boone, detente ahora!

- ¡No hasta que me dejen verlo, maldición!

Me senté en una de las esquina del dormitorio y tapé mi cara con las manos, iba a necesitar diez psicólogos después de ello, mi papá se estaba muriendo. Fui a su oficina, ahí habían materiales de trabajo, papeleo y debajo del cojín de su sillón estaba escondido algo parecido a una carta. La abrí sin permiso y con letras grandes y negras decía «Testamento» de Dylan Boone. Salté y cubrí mi boca con una mano, mientras que con la otra sujetaba el testamento de mi padre.

« Todo mi extraordinario caudal es para mi pequeña hija de dieciséis años, Parker Boone. Mis libros sobre historia son para mis amigos de la escuela, como Josh Raymond y Bryan Woods. Mi equipo musical es para los cuatro afortunados chicos de 5 Seconds of Summer, y con toda la seguridad del mundo, también a ellos, les encargo a mi inocente princesa. Atte, Dylan. »

Ahora tendría otros niñeros, bravo. Sin mi padre todo sería un desastre.

Escuché la puerta sonar y me apoyé en el escritorio con la cabeza baja, alguien puso su mano delicadamente sobre mi brazo y suspiré, no sabía si mi papá estaba bien o ya tendría que despedirme, ni siquiera había alcanzado a hacerlo decentemente.

- Señorita Boone, es mejor que lo vea con sus propios ojos.. -eso me dejaba más que claro la respuesta- Arregle algún bolso, que después usted, Susanne y yo saldremos.

- ¿Fuera del país?

- ¿Acaso su padre no le dijo que viajaríamos a Sydney?

- Oh, lo siento, se me había olvidado.. -suspiré y con la mochila en el hombro bajé hacia el cuarto de mi padre.

Ahí se encontraba, inmóvil, helado, tan quieto como una roca. Me acerqué hasta allí, sujetándole su mano, la cual escondía una foto mía, con un chico rubio mucho más alto que yo. Fruncí el ceño, pero en aquel momento no le tomé mucha importancia y seguí a mi niñera y al conductor hasta el coche, para dirigirnos al aeropuerto y de ahí a Sydney, aunque no sabía exactamente dónde.

- Tranquila, princesa, todo estará bien -en serio quería creerlo, pero todo era tan infeliz en ese entonces- Escucha, Park, nos quedaremos en uno de los hoteles más lujosos de esta ciudad, aunque creo que tu papá te encargó una gran misión.

- Creo que mencionó algo así..-hice una mueca y saqué el testamento de mi bolsillo- Tengo miedo, Susanne, nunca había estado sin mi padre y ahora que ya no está.. es una pesadilla, ni siquiera ha pasado un día.

- Nadie olvida la muerte de un ser querido y cercano, aunque pasen mil años -me aseguró sonriendo de lado- Lo digo por experiencia propia, Parker, yo tenía un hijo y murió cuando yo llegué a tu casa, aún no puedo olvidar eso y estoy segura que nunca lo haré.

Pude comprender sólo en aquella circunstancia, que pasara lo que pasara, tampoco lo olvidaría, era mi padre y la familia no se elige y aunque se pudiera, yo no lo hubiera cambiado por nada del mundo.

Así que debía cumplir mi promesa, como se lo dije.

Debía encontrar a esos famosos y misteriosos chicos.

(n/a): Aquel fue el primer capítulo hace como dos meses, se los agradecería muchísimo. Gracias<3


Censurados [[hemmings]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora