Capítulo 36

21.1K 1K 304
                                    

-No me toques.-advertí.

Ambos rieron, y sus miradas de superioridad de instensificaron.
¿Por qué estaba pansando esto? ¿Qué estaba haciendo yo allí?

La confusión con la que desperté hace 5 minutos no había desaparecido.

Sabía que ellos me habían traido, recordaba haberlos visto antes de que todo se pusiera oscuro, pero luego había un gran espacio en blanco, eso terminaba aquí.
En una habitación de paredes cremas, suelos sucios, y ventanas cubiertas con polvorientas cortinas.

-Veamos si continuas siendo así de amable luego de unos minutos.- dijo el más alto.

Por la apariencia de ambos pude decir que eran hermanos: la misma estructura robusta, cabello oscuro, largo y desordenado. Ambos tenían la misma asquerosa sonrisa.

El alto se acercó a mí, ambos me miraban como si fuera un extraño animal del zoologico, y se detuvo cuando yo retrocedí.

Soltó una pequeña risita.

-No te hare daño.

Oh, seguro.

-¿Qué hago acá?

El alto le hizo una seña al bajo, y este le sonrió. Metió una de sus manos a sus bolsillos.
Mi corazón se detuvo.
Oh no.

Pero mi pulso volvió a casi su normalidad cuando solo sacó un delgada soga.
No era un arma.

Caminó hasta mí, retrocedí y choqué con la pared.
Tiró de mí y me giró, juntó mis dos manos y las ató con la soga.

Sabía, gracias a mi padre, que cuando esto pasaba lo peor era perder el control.
Volverse loca y dejar que el miedo se apodere era un camino fácil a lo peor, y no darles problemas iba a hacer que ellos no me vean como un fuerte oponente, lo cual no les daba la necesidad de lanzarse sobre mí al instante.
Decidí jugar con la segunda.

Terminó de atar mis manos y con un tosco tirón me hizo quedar nuevamente frente a ellos.

-Solo para asegurarnos de que no saldrás corriendo.

-¿Porqué no ataron mis piernas entonces?

¿Qué van a hacerme? Y ¿Por qué?
No encontraba respuesta para ninguna apesar de que mi cerebro sugería muchas cosas.

-Ella es inteligente, hermano.- dijo el alto. Sonrió. Estaba cansandome de esa fea expresión.-Supongo que tú ya sabías de nosotros. Tuviste mucho cuidado durante los últimos días pero por alguna razón hoy estuviste disponible y bastante facil.

No los interrumpí.

-Y creímos que sería más dificil.- continuó el 2do.- Imaginamos que tendríamos que dormirte más de una vez, pero resultó que solo fue necesaria una.

Toqué mis brazos.

-¿Qué me inyectaron?- ahora entendía porqué sentía un pequeño escozor en cierto punto de mi piel.

-Nada peligroso, solo te mantuvo inconsciente por unas horas.

Oh gracias.

-¿Qué hora es?- volví a interrumpir.

Uno de ellos rió.

-No te preocupes, tenemos tiempo de sobra.

Volví a quedarme callada.

-Y luego solo tuvimos que colocarte dentro del auto y conducir hasta que llegaramos a este hermoso lugar.

La manera en la que contaba todo solo me molestaba más. Era como si contara una anecdota divertida de la que debía presumir.
Esto no era divertido.
No lo era.

YELLOW (Ross Lynch) (Hot)Where stories live. Discover now