Capítulo 37

18K 952 304
                                    

Sus ojos me recorrieron de pies a cabeza.

-Nos volvemos a encontrar, nena.

Frío.
Un frío extraño me recorrió la espalda.

Sabía que Chuck no perdería el tiempo.
La última vez no me hizo nada, en realidad no me pudo hacer nada.

Ahora mismo necesitaba al "Rubio".
¿Dónde estaba el rubio?
Pero por alguna razón me sentía tranquila al saber que no estaba acá. Sí, sabía que esto iba a ser horrible, pero sí él no estaba acá significaba que estaba a salvo.
O eso era lo que quería creer y al mismo tiempo era todo lo que quería tener en mente.
Me tenían a mí y a ellos no.
Y eso estaba bien para mí.

Chuck avanzó hasta quedar a escazos centímetros de mí.

-Casi no te reconocí.- mentí.- ¿Qué haces acá?

Sonrió.

-Tal como te recordaba.- contestó.- No sabes cuando cerrar la boca, nena.

El más alto de sus compañeros también se acercó a mí.

-Asumo que ya conoces a Chuck.

Fruncí los hombros.

-Nos encontramos una mañana.

Los tres sonrieron.

-Lo sabemos.- respondió Owen.

Y entonces me dí cuenta.

Los tres tenían el mismo aspecto.
Los tres tenían la misma siniestra sonrisa.
Oh Dios.
Oh Dios.

Tres segundos después y con la voz casi cortandose pregunté:

-¿No despertaste en mi casa por accidente, verdad?

Chuck asintió.

-Eres lista.- dijo con una sonrisita.- Seguí a Ross hasta el bar en el que estaba y lo ví hablar con esa chica... ¿Cúal era su nombre?...

-Jordan.- respondí.

-Jordan, claro.- dijo sin darle importancia.- Entonces de inmediato supe que debía meterme entre sus piernas y aprovechar que el rubio la llevaría a casa. Durante la noche tuve el tiempo suficiente como para conocer cada rincón de tu perfecta casa, estudíar cada pasadizo, cada salida, cada ventana, todo lo que hiciera falta para no fallar esta vez.

Él y el alto se dieron un golpe en la espalda.

Entonces eso había sido.
Chuck había planeado venir esa noche.
Todo habia sido planeado.
Todo había estado malditamente planeado.

No podía evitar dejar tener escalofríos cada 10 segundos.
Todo esto me daba mucho miedo, tal vez más miedo del que quería admitir

-Y no fallamos.- continuó Chuck, luego ambos clavaron su mirada en mí esperando que diga algo.

Tenía que lucir tranquila.
No debería llorar.
Respiré varias veces antes de responder.

-¿Debería aplaudirlos?

Mi respuesta los divirtió.

-Realmente no sabes cuando cerrar la boca, nena.

En movimientos rápidos y precisos tuvo sus manos en mi rostro, examinando mi piel, cada centímetro de ella.
Su aliento llegaba hasta mí y hacía que el cabello que me caía por los costados se sacudiera.
Su respiración era superficial.

-Creo que nosotros tenemos algo que terminar.

Por lo más que quise convecerme de que nada pasaría, sabía que pasaría.
Mi cuerpo hubiera empezado a temblar pero el mismo miedo no me permitía mover nada.

YELLOW (Ross Lynch) (Hot)Where stories live. Discover now