Abrí la boca y suspiré cuando lo sentí descender por mi cuerpo.
Pasó por mis pechos, por mi abdomen, besó cerca a mi ombligo, y se detuvo allí.
Me miró a los ojos sonriendo.
Yo los cerré porque sabía lo que iba a pasar, y yo nunca podía soportarlo.
Besó mi monte de venus y luego me abrió más las piernas.
Su lengua me recorrió por todas partes para tan solo mojarme más.
Pasé las manos deseperadamente por el suelo buscando algo que sostener.
Habiamos mojado todo el suelo, y me dí cuenta de que el agua seguía callendo en la ducha.
-Ross.- lo llamé.
Levantó los ojos hacia mí.
Me mordí el labio.
Su mirada sexy era...
-La ducha...- dije.
Sacó los labios de mí y me miró confundido.
-El agua sigue corriendo.- aclaré.
Ross me miró divertido.
-Lo sé.- respondió. Estaba segura que vió confusión en mi mirada y que por eso continuó.- ________, si ________(1) está despierto será mejor que escuche al agua caer.
Solté algo que sonó entre risa y suspiro.
-Bien pensado.- dije.
Sonrió.
-¿Puedo?- su sonrisa me indicó lo que se refería.
Asentí sonriendo.
****
Terminé de secarme el cabello y de limpiar el húmedo desastre que habiamos dejado en la ducha.
Estaba de buen humor de pronto.
Ross estaba recostado en la cama usando sus típicos boxers.
Tenía el cabello mojado y la piel reluciente.
Sus ojos estaban clavados en la TV.
Fuí hasta la cocina porque tenía una inexplicable sed.
Y volví luego de haber comido lo que quedaba de una manzana que había sobre la mesa.
Hacia algo de frio.
Ligeramente.
Cogí la ropa de dormir que usaba cuando la temperatura era esta.
-¿Ed y los chicos no están esperandote?
Me tapé la boca.
Y no pude hacer más que mirar a Ross a los ojos.
Rayos.
Lo había olvidado.
-Santo infierno.- dije.
-¿Santo infierno?- Ross rió.
Miré por la ventana en busca de algo...no estaba segura de que...pero busqué algo.
-Ha pasado una hora.- dijo Ross.
Cogí el movil que estaba junto a él y tal como lo había dicho él.
Estaba retrasada por una hora.
Ed y los demás seguramente ya se habían ido.
-Esta vez, esto es tu culpa.- dije sentandome junto a él.
Ross me sonrió.
Estaba cansado.
Lo podía ver en sus ojos.
-¿Porque no los llamas y les preguntas si aún pueden esperarte?
Me alcanzó de nuevo el teléfono y el se metió bajo las sábanas.
-Yo voy a dormir un poco.- dijo antes de cerrar los ojos.
Tomé el teléfono y busqué el número de Ed.
Le diría que me había retrasado.
Maldije.
La ducha se había llevado todo el maquillaje que traia puesto.
Y tendría que maquillarme denuevo, arreglar mi cabello y ...
Gruñí.
Tendría que hacerlo todo denuevo.
Llamé a Ed pensando decirle: "Me hize tarde, ¿Podrían esperarme otros 30 minutos?"
Contestó luego de 5 segundos.
-¿________?- dijo tranquilo.
-Ed, me hize tarde.- empezé. Miré a Ross que estaba casi dormido.
Tan tranquilo.
Tan relajado.
Tan vulnerable.
Tan hermoso.
-Si lo notamos.- dijo riendo.- Vinimos con varios amigos que quisieron acompañarnos.
Me mordí el labio.
-Hay 20 personas allí contigo ¿verdad?
Conocí a Ed demasiado como para saber que era lo que él típicamente hacia.
-Talvez.- respondió.
Puse los ojos en blanco.
Si iba debía saber que tenía que enfrentarme a otra fiesta.
Porque eso sería.
No iba a ser una tranquila conversación con Ed, Carter y Cameron.
Y mi cuerpo no estaba listo para otra fiesta tan pronto.
-Resulta que no estoy lista.- dije.- En realidad estoy horrible.
Ed rió del otro lado.
-Lo dudo, pero entiendo que estés cansada.
Suspiré.
-No soy la chica que está acostumbrada a las fiestas.
-Tambien notamos eso.- volvió a reir.-¿Entonces?
Miré a Ross dormir.
Tenía solo unas pocas con él antes de que se vuelva a ir.
Sobé su cabeza con mis dedos.
No iba a desperdiciarla.
-No podré estár lista.- dije.- Estoy realemente hecha un desastre.
No mencioné a Ross porque ellos recientemente había tenido una "pequeña" discución.
Así que creí indicado omitirlo.
-Está bien.- respondió Ed.- Les diré a todos que me encargaste beber por tí.
Reí.
-Hazme el honor.- dije.
-Claro que lo haré.
Ed se despidió de mí y luego cortó.
Puse el teléfono en modo avión para que nadie pueda molestarnos, y lo lanzé en algun lado de la mesita.
Me metí bajo las sábanas y me acerqué a Ross.
Lo rodeé con mis brazos sientiendo su fría piel contra la mia.
Pasé los brazos por los de él y lo abracé hasta que mis ojos empezaron a cerrarse.
Me moví aferrandome más a él.
Y lentamente me quedé dormida con los brazos alrededor de Ross.
