-Si te acercas solo un poco más verás como el suelo se llena de sangre....
Ambos se habían movido rápido.
El arma apuntaba hacia nosotros...
Ross la sostenía pero aún así tenía miedo.
Sus ojos no me miraban, parecía que toda su atención se limitaba a cualquier movimiento que hiciera Chuck, eso estaba bien.
Ross se detuvo aún alerta.
Chuck rió haciendo que todo mi cuerpo vuelva a sacudirse.
-¿Cómo?- preguntó riendo.-¿Cómo supiste donde estaba?
Ross ladeó la cabeza.
-Hay cámaras en el interior de mi casa...
Ross continuó hablando pero yo dejé de oir.
¿Había cámaras?
¿Y yo no lo supe?
¿Cuándo pasó todo esto?
Toda esta situación se había estado desarroyando frente a mí pero al mismo tiempo fuí incapaz de notarla.
¿Cómo había sido eso posible?
Algo pasó por mi mente.
Era estúpido, lo sabía, pero...
Probablemente Ross ya estaba al tanto de lo que había pasado entre Ed y yo...
¿Eso me tranquilizaba?
No, aunque fue mucho mejor que tenga que contarselo personalmente.
Me sentiría tranquila y aliviada si nadie me estuviera amenazando con cortarme la garganta entera.
-Claro, cámaras.- dijo Chuck y entonces dejó escapar un gruñido. Tiró de mi cabello haciendo que quede más expuesta.- Siempre tiene que haber algo que arruine todo nuestro maldito plan.
Contuve mis gritos pero no mis lágrimas.
Me lastimaba pero al mismo tiempo no me atrevía a hacer nada. Tenía que elegir el menor de dos dolores.
-Suéltala.- reclamó Ross.
-Shhh...creo que él que va a poner órdenes soy yo.- susurró contra mi oido.- ¿No lo crees, nena?
Tiró de mi cabello una vez más y no pude ahogar mi grito.
-Deja el arma en el suelo o esto se va a poner feo.
Oh mierda.
Miré a Ross.
Esperaba que algo en él me dijera que todo iba a estár bien, pero no era así.
Él apenas me miraba.
-Déjala en el suelo.- volvió a decir Chuck, aún tiraba de mi cabello.
-Ni lo sueñes.- le respondió.
-De acuerdo.
Él agarró mi cabello desde la base y lanzó mi cabeza hacia atrás. Apenas pude respirar cuando puso sus labios sobre los míos.
Una de sus manos recorrió todo mi cuerpo. Tocándome, tirándo de mi piel...
Fueron 2 segundos.
Dos desagradables segundos.
Oí como Ross maldecía.
Volvió a dejarme en mi lugar.
-¿Ya la dejaras en el suelo? Porque puedo continuar con esto.
Parpadeé varias veces para quitar las lágrimas de mis ojos, aquellas que me nublaban parcialmente la vista, y para cuando los abrí Ross ya había dejado el arma en el suelo y se ponía de pie de nuevo.
Mis ojos se abrieron hasta no poder más.
-¿Qué estás hacien...?
Chuck me tapó la boca y termine de decir la oración contra sus dedos.
Ahora no teníamos nada.
-Pon las manos en alto.- continuó Chuck. Ross lo hizo. Oh mierda. Chuck avanzó conmigo en sus brazos.
Y en un movimiento rápido me lanzó contra la pared con mucha fuerza. Él corrió hasta llegar al arma y Ross se avalanzó sobre mí.
-¡Dios, ________! ¿Estás...?
-No creo que sea momento para eso.- lo interrumpí.
Él desató la soga que ataba mis manos.
