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El ruido de la música sonando desde afuera de la habitación hizo que me despertara, abrí los ojos lentamente, todo estaba a oscuras en el cuarto que Rash me otorgó.

Abrí la puerta y al cabo de un minuto estaba en la fuerte de ruido, que era nada más y nada menos que Rasha cantando. No se le daba muy bien, pero al menos lo intentaba y eso me hizo sonreír.

La saludé con la mano y tomé asiento en una de las mesas vacías.

-Hey, ¿cómo has dormido Fran?-Mateo se había acomodado a mi lado de un momento a otro con una taza de café para cada uno.

-Perfectamente, aunque tenía tanto sueño que no se ni cómo llegué a la cama.

-K está preguntando por ti, supimos que te fuiste en motocicleta, pero no en la suya.-Teo le dio un sorbo a su café.

-Me trajo un amigo, Kaden parecía muy ocupado entonces preferí no molestarlo.

-¡Celos!-Exclamó Seka que aparentemente había escuchado todo desde atrás mío. Llevaba una bandeja con comida para alguna mesa pero prefirió pararse a escuchar el chisme que hacer su trabajo.

-¡No estoy celosa!.

-Mentirosa-soltó intentando camuflar la palabra con una tos. Luego se alejó de nosotros mientras reía.

Maldito cabeza de fósforo.

-si me permites opinar...-habló Teo

Asentí para que continuara hablando.

-Creo que si estás un poco celosa...

-No puedes opinar.

Mateo soltó una risa y tomó lo último de café que le quedaba.

(...)

Todos en el inframundo estaban tranquilos, comiendo, hablando entre ellos o tocando algún tipo de instrumento, por un momento me sentí plena, ellos me habían brindado la paz que tanto buscaba y yo debía agradecerles eso, así que decidí que traería un regalo.

Salí del lugar sin que nadie me notara rumbo a mi casa, debía tomar algo de dinero para comprarles algo.

El camino a mi antiguo hogar me tomó al menos una hora de viaje, entre el autobús y las calles que tuve que caminar para llegar, finalmente lo logré.

Si mis cálculos estaban en lo correcto, mi madre había salido a correr, mi padre trabajaba y mi hermano estaría borracho en algún bar de mala muerte, con suerte no habría nadie en casa y esto sería un robo limpio.

Al llegar, la puerta escaneó mi ojo y finalmente me dejó entrar, tomé la llave de respaldo que había debajo de la casa del perro y abrí la puerta, todo estaba apagado, no parecía haber nadie, así que rápidamente subí a mi habitación, tomé una mochila y luego me dirigí al cuarto de mis padres, abrí la caja en donde se guardaba el dinero y extraje 200 dólares.

Luego, volví a mi cuarto y tomé un poco de ropa, mi laptop y ya cuando estaba por largarme del lugar, vi sobre la mesa de luz, una pulsera que solía usar todo el tiempo, mi pulsera de la suerte, hilos entrelazados de color negro y rojo que formaban un bello accesorio. Lo tomé y me lo guardé en el bolsillo para finalmente salir de la casa.

Recorrí las tiendas de arriba a abajo pero no encontré nada que me gustara, hasta que llegué a una pequeña tiendita que bordaba camisetas y entré sin pensarlo. La chica que atendía me dio varios modelos de estampas pero al final terminé eligiendo una propia, tomé 6 camisetas negras, básicas y pedí que estamparan  el cráneo de un lobo y una frase en inglés. El producto final me encantó, se veía tétrica pero bonita, tal como mis amigos.

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⏰ Last updated: Apr 25 ⏰

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El show de los fenómenosWhere stories live. Discover now