CAPITULO 9

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Aisha se encontraba en medio de un amplio jardín, a simple vista sabía que estaba en un laberinto por los grandes arbustos perfectamente podados decorados con hermosas rosas rojas simulando los muros del sendero, camino por un rato en busca de una salida hasta escuchar no muy lejos el canto de personas, guiándose por la melodía pudo ver una entrada, ''tal vez me puedan ayudar a encontrar una salida'' pensó ella y al asomarse por la entrada para ver de quienes se trataban sus ojos parecían que se le saldrían.

- ellos son... - susurro con asombro Aisha por la vista que tenía.

Lo que veía eran a los mismísimos soldados-cartas de la reina roja y como bien los recordaba cantando mientras pintaban los rosales blancos a rojo puesto se habían equivocado y al temer perder su cabeza los pintaban antes de que la reina se diera cuenta y parece que había en el momento justo.

- dente prisa y pinten las rosas de rojo.

- rápido, antes que las flores se marchiten.

- ¡deprisa! ¡tenemos que pintarlas todas de rojo!

Cruzada de brazos empezó a hablar en voz alta - si mi memoria no me falla, Alicia tiene que aparecer justo... - de su costado, la silueta se alguien salió, que al mirarla pudo reconocer perfectamente esos risos dorados, que con un hilo de voz de asombro dijo – ahora...

- ¿pero porque señor del tres las pintan de carmín? – pregunto Alicia siguiendo con el canto de los soldados-carta.

- ¿eh? – dijeron a la vez los soldados-cartas, mirándose entre sí continuo el dos de tréboles'' ¿Por qué? '' bueno, la verdad es, cometimos un error y por accidente plantamos rosas blancas.

- ¡la reina ama el rojo, si blancas ve, nos cortara la cabeza! – continuo el As de tréboles para con la brocha simular que cortan el cuello.

- ¿de verdad? – pregunto con sorpresa Alicia mientras que Aisha se abrazaba a sí misma aun en su lugar.

- así es y para podernos salvar... - cantaron en coro los 3 soldados-cartas para ahora pasar a otro rosal - ¡las vamos a barnizar!

Aisha al escuchar la última estrofa de la canción de los soldados-cartas, sus ojos empezaron a ser pesados hasta ver como su entorno se oscurecía hasta caer en el sueño profundo.







TOC, TOC

El sonido de una puerta siendo tocada resonó por todas las habitaciones de Onboro, haciendo que Aisha despertara de su sueño.

Aun sin abrir los ojos estiro los brazos junto con sus pequeñas alas para espantar los residuos de sueño, ya abriendo los ojos fijos su vista a las ventanas bloqueadas por los tablones de madera, fijando su vista en los huecos que daban algo de vista, noto que aún era de noche y eso la extraño, sin demora se levantó de la cama para dirigirse hacia la puerta.

- ¿alguien está llamando a la puerta? ¿a esta hora? – dijo a lo bajo Aisha aun extrañada por quien podría ser aquella persona.

- munyaaa... oye, Aisha – dijo un somnoliento Grimm que al ya no sentir el calor del cuerpo de la chica se despertó, estirándose al igual que un gato continuo Grimm – parece que tenemos un visitante nocturno.

- o un intruso Grimm... - susurro para sí misma, sabía bien que estaba en otro mundo, pero eso no quitaba el hecho del peligro que podría haber, podría ser alguien gastando una broma o en casos extremos alguien que quiere hacerles daños, con lo último solo hizo que se fuera por aquellas tijeras que utilizo, ya en mano pensó - ''más vale prevenir que lamentar''.

TOC, TOC

- ¿Qué? ¿serán esos fantasmas otra vez? – pregunto Grimm mientras levitaba descuidadamente hacia la chica, por precaución Aisha lo tomo en brazos mientras salían de la habitación – no saben cuándo rendirse.

𝐒𝐀𝐋𝐕𝐀𝐍𝐎𝐒 𝐓𝐖𝐈𝐒𝐓𝐄𝐃 𝐖𝐎𝐍𝐃𝐄𝐑𝐋𝐀𝐍𝐃 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora