10. C A S A

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En una mesa con la madera desgastada están:

Una nota.

Un vaso con agua de grifo.

Una bufanda.

No hay nada más.

Haxel se fue.

¿Hacia dónde? No tengo idea.

Hace una hora me encontraba en un estado de inconciencia. De un momento a otro tuve la capacidad de ver mejor, de moverme, de escuchar y de sentir. Me pude levantar del piso.

El pañuelo naranja que sostengo entre las manos me dio la respuesta: Haxel lo traía enrollado en el cuello (como una bufanda). Se lo había quitado unos minutos después de haberme desconectado el cable del internet.

El trapo traía un olor fuerte a frutas cítricas, fue eso lo que me hizo debilitarme.

Mientras yo estaba inconsciente no hizo nada más que observarme y luego hacer sus mismas cosas de siempre.

Volví a caer inconsciente después y cuando desperté estaba tal y como me había dormido: vestida. Haxel se encargó de vestirme de nuevo justo antes de irse.

Y tal cual me lo propuse: Sali corriendo del ciber, en cuanto regresé a un estado más estable. Era de noche, vi que -el chico alto, de melena azabache, y de lentes- ya había avanzado tres cuadras.

Los faros lo alumbraban. Estos eran mi guía para no perderlo de vista (en la oscuridad de la noche) mientras lo perseguía.

Mi plan era: seguirlo hasta su casa, y entrar después de él. Algo que me diera la respuesta a todo debía haber adentro.

Pero la cosa no salió tan bien como lo esperaba. Por más rápido que hubiese corrido, por muy pronto que entrara a la casa, por muy fácil que diera con su paradero, jamás alcanzaría a Haxel.

Pude dar con la casa a la que entró, pero cuando atravesé la puerta (y lo busqué en cada rincón) ya no estaba.

La pregunta: ¿Por qué tener lista ya una nota subliminal, un vaso con agua de su grifo, y la mencionada bufanda que me obsequio aquel día, y con la misma que me vendó los ojos para besarme?

La respuesta: sabía que lo estaba siguiendo, es más, sabía -antes que yo- que yo haría esto, y precisamente este día. Así que ya estaba preparado.

Y con solo la nota que me ha dejado puedo entenderlo todo.

Cuando me pregunten por Haxel, las personas a las que les he hablado de él, y a las personas a las que le hablaré, diré que cada cabeza es un mundo, pero la cabeza de Haxel es un universo.

La cabeza de Haxel es un universo lleno de cosas que sobrepasan lo habitual, lo que conoces como normal o común.

Haxel tiene una psicología fascinante.

Haxel tiene una filosofía muy por encima del nivel de filosofía de una persona promedio como yo.

Haxel es como ese grado extra (adherido a la circunferencia de 360 grados), ese grado que hace que lo habitual se convierta en algo no habitual, en algo enigmático e interesante.

"¿Qué esperabas? Soy solo una chica promedio confundida, no estoy a tu nivel, no tengo tu filosofía", recuerdo que le dije en el ciber.

Recuerdo también que me respondió: "No estas preparada"

La pregunta: ¿Por qué se fue?

La respuesta: yo misma la había dado.

Soy solo una chica promedio, confundida, no estoy a su nivel de filosofía.

Y Haxel me contribuyó diciendo que por esa razón yo no estaba preparada.

Lo único que faltó fue decir que ese era el motivo por el que debía partir.

La respuesta a la necesidad que tengo de que no investigues sobre mí ya te la he dicho. La pregunta sobre el motivo de mi partida tu misma te la has respondido. Me voy, pero no para siempre, estoy en tu memoria por toda una eternidad.

Eso decía la nota.

Lo que debo hacer con el vaso que almacena el agua no es algo nuevo, y de acuerdo a la bufanda: nunca entenderé qué simboliza.

Quizás son nuestros recuerdos juntos plasmados en algo físico. Es un gesto lindo, pero no era necesario. Por que de mi mente -ni Haxel, ni nuestros recuerdos juntos- se irán jamás.





Fin del primer ciclo.

H a x e l  ©  [Versión censurada de 361 Grados Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora