Quien diría que un "capricho" me hizo llegar tan lejos... literalmente.
Gracias a mi capricho ahora cuido a un grupo de pandilleros.
Gracias a un señor que no entendió mi sarcasmo ahora estoy del otro lado del mundo cuidando a un grupo de niños jug...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
──¿Harper? ¿Estas bien? No se te altero la presión otra vez ¿verdad?──Shinichiro todo alterado entro a mi cuarto y yo estaba en ropa interior frente al espejo.
Bueno, mi ropa interior consiste en un top deportivo y pues las vendas que aún no me quitaba. Y un bóxer. Por qué es más cómodo y... am a fucking tomboy.
──Shinichiro... ¿estoy gorda?── estaba todo sonrojado, pero mira, el wey no se volteo, no se salio, no se dio la vuelta. Se que quedó viendo como torombolo.──¡Shin!
──Tu eres hermosa, no digas eso.── se acercó ya serio. Digamos que ya teníamos cierto grado de confianza.
──¡Ya se que soy hermosa!── le pegué en el abdomen, por que Kazutora me contó que todo el pleito ese era por un golpe en la cabeza a Shin y casi no la cuenta. Estuvo en el reformatorio por intento de robo.── yo nomas te pregunte si estoy gorda. ¡Osea! Gorda o no yo estoy bien mami, soy una diosa, ya quisieras tu que mi linaje estuviera en tus descendientes.
──Mi abuelo si quiere que estés en la familia, no importa si te quedas con Emma o te tiene que adoptar.── se sentó en el borde de la cama y se quedó pensativo.── Pero bueno, si eres una belleza ¿solo eso ocupabas?
Me puse una playera que se había dejado el otro día junto con unos Shorts y mis tenis. Además de mi cartera y las llaves tanto del auto como de la casa.
Salimos del edificio buscando donde había aparcado el auto y rezando por que el bruto de Baji en su pendeja no lo haya incendiado.
──¿Donde vamos?── que bonita amistad, el wey no sabía ni a donde íbamos pero ahí estaba, siguiendo me sin pensar.── son las 11:34 Harper.
──Vamos a un super 24/7. Vamos a banquetear.── Seguimos el camino al super que ya tenía conocimiento vendían papitas de las chidas.── si tienes suerte me pongo cariñosa.
Un casi inaudible《si》 se escucho de él mientras apretaba el puño y cerraba los ojos.
Pero bueno, llegamos y compramos lo requerido, ya había ingerido el alcohol suficiente de toda la semana, aún estando bajo medicación. Al rato yo toda tiesa. Pero bue, ¿premio o castigo?
Eniweis.
Los gastos los dividimos mitad y mitad.
Salimos y manejamos ahora unas calles antes del edificio donde vivía. Nos bajamos y nos sentamos en la banqueta, no sin antes revisar que no tenga hormigas por que pican.
Abrimos cada uno sus papitas y comimos.
──Shin, ¿tu crees que deba quedarme?── Me miro sin entender. Me ofreció una papita y yo no soy quien para ignorar ese gesto, sobre todo si me esta dando de comer en la boca. Evidentemente tragué antes de hablar.──quiero decir, realmente no tengo a nadie esperando por mi en México y pues acá de cierta manera si. Pero, no se... siento una inquietud, supongo que es mi ansiedad pero, me siento inquieta, no estoy cómoda.