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Había salido directamente hacia la empresa que manejaban los hermanos Park en busca de algo que me sirva como evidencia. Antes de que llegará a dicha empresa, noté que dos hombres mayores iban detrás de mi, por lo que decidí desviarme de camino por un pasillo oscuro que había entre el medio de dos edificio. 

Me escondí detrás de un bote de basura, y medio asomé mi cabeza de modo que pudiera ver que estaban planeando, porque justamente se habían escondido allí también. 

— Eres? —preguntó el desconocido a su acompañante. 

— Dante Hilton para tí. —lo miro de manera fulminante. 

— Soy Luca, Luca Smith. —lo miro de la misma manera. 

Ambos estrecharon las manos como seña de presentación y saludó, mientras yo miraba a solo un metro de distancia. Saque un antifaz que tenía en mi bolso y me lo puse, sabía que en cualquier momento me iban a descubrir. 

— Solamente nos aliamos por el mismo objetivo, los hijos del presidente. —dijo con una sonrisa macabra. 

— Exactamente y de eso te venía a hablar. Hoy en la noche habrá una fiesta en la casa blanca por los nuevas inversiones que harán está semanas, el plan es este. —explicó Dante con detalle. 

 Estaban planeando envenenar a ambos con ayuda de una anciana, que Dante mencionó que seria su madre la que lo haría, ya que durante años trabajos con científicos. El plan se basaría que ellos se encontrarían en la zona principal de la casa blanca, donde está el escenario y donde está la sala de baile distrayendo a ambos jóvenes, mientras ella será la que se encargaría de verter  el  veneno en las copas de champan y allí es donde entraría yo evitándolo. 

Pateare trasero de anciana, genial. 

Lo mejor de todo es que había grabado a los dos hablando sobre el tema, para poder tener mas evidencia. Y también que la fiesta seria libre, que era la clave de su plan. 

— Alguien no está observando. —mencionó Dante haciendo que yo saliera de mi escondite aplaudiendo. 

— Buen show Dante y Lucas, no? —cuestioné todavía aplaudiendo y al culminar puse una de mis manos en mi cadera. 

 — Joder, ahora nos tendremos que deshacer de otra. —maldijo Lucas en voz altas. 

— Tranquilo, será rápido. —dije para ponerme en posición de pelea. 

Ambos comenzaron una vil pelea conmigo, en donde yo era más rápido y donde ellos caían a cada momento. Tuve que noquearlos de manera dulce y los dejé nuevamente en el suelo, durmiendo, como unos bebés tan horribles.  

Ya tenía la suficiente prueba con la grabación y aparte lo que sacaré en la base de datos por sus nombres, ahí si podré ver sus intenciones con ello. Llegué a mi casa directamente hacia la computadora ingresando los datos y nombres de ambos, tenían varios registros, además de un mapa con unos códigos extraños. 

Introduje los códigos en los datos y me abrió una carpeta con varios planes diferentes, tenía planeado a ser algo más de lo que habían dicho. El nombre de la señora apareció como Elva Santos, más extraños. 

 » Acusados de robó en el 2016. 

 » Acusados por secuestro en el 2018. 

 » Acusados por acoso e invasión de privacidad hacia una empresaria en el 2020.

 » Acusados por estafa y tráfico de drogas en el 2021. 

 » Acusados por tráfico de armas en el 2024. 

 — Mierda, todas son por falta de pruebas. —maldecí en voz baja. 

Saque fotos y copias de lo que estaba en la base de datos, inclusive los planes que tenía. Los introduje en un sobre que había hecho, donde estaban nombres y las suficientes pruebas que hundirían a esos hombres, incluyendo a la madre, para podérselos entregar a los hijos del presidente al culminar mi plan. 

En eso busque el contacto de Jisoo la secretaria de mi padre y la llamé. 

— Jisoo, por favor, prepara una moto para las 9:00pm frente a la casa blanca, que en a esa hora realizaré mi plan. —ella me dijo que si y de una vez colgué. 

Es hora de volverse una mujer elegante. 

Vi la hora y el reloj marcaba las siete de la noche, tenía dos horas de sobra para arreglarme, porque sería un plan rápido. Pero me metí a dar una ducha que constó nada más quince minutos y luego salí con la toalla enrollando mi cuerpo. 

Opté por un esmoquin negro con corbata larga, me miré nuevamente al espejo y así me quedé, me maquille un poco si sobrecargar las cosas, y peine mi larga melena. Tomé el sobre, mi antifaz y salí de casa hacia la casa blanca, donde juraba que no pidieran identificación solamente nombre.

Llegué al lugar luego de unos treinta minutos en carretera, me baje del auto con toda la actitud haciendo que las personas se percatarán de mi presencia. Era obvio, el antifaz no lo necesitaría por ahora. 

— Nombre señorita? —preguntó el vigilante. 

— Ame Mill. —dije firmemente. 

Me anotó y me hizo seña de que pasará. 

Al entrar pude notar que habían un millón de personas alrededor y la mesa de las copas al fondo de la izquierda. Pude divisar a Dante, a Lucas y a la mamá de Dante cerca de esa zona, no lo pensé y de un momento a otro ya mi antifaz estaba puesto, mientras Dante y Lucas se dirigían al fondo a la derecha, donde estaban los hermanos Park. 

Yo con gran rapidez caminé entre toda la gente hasta donde estaba la señora, que ya estaba por verter el veneno en las copas que contenían lazos, haciendo saber que eran las que iban a utilizar los hijos del presidente. 

Tomé fuertemente la muñeca de la señora evitando que eso pasará. 

— QUE MIERDA CREES QUE HACES? —pregunté con enojó. 

— Eso no te incumbe. —me respondió de manera grosera tapando el frasco del veneno. 

Y cuando vi mi oportunidad la aproveché. 

Me agache y la patee justamente en las plantillas del pie haciendo que cayera y que la botella saliera rodando hacia la multitud quien se alejo de una vez al ver el comportamiento sospechoso que había tenido allí. 

Rápidamente me deslice por el suelo alcanzando la botella, me levanté y corrí hacia el escenario y le arranque el micrófono al presentador. 

— Dante Hilton y Lucas Smith, aquellos miserables que quisieron envenenar a los hijos del presidentes con ayuda de la mamá de Dante. —confesé con una sonrisa retorcida entre medio.

La atención de los presentes se posaron al sitió donde se encontraban ellos, haciendo saber que eran ellos los culpables. 

— Tengo pruebas, muchas pruebas —saque el sobre y con micrófono en mano me acerque a Jay, entrándoselo junto al frasco— allí está todo, y la señora está por allá. —señalé con una sonrisa burlona al ver que había salido corriendo, mientras volví a subir al escenario. 

— Atrápenlos. —gritó Jay de manera dominante, mientras los guardias se dispersaban por todo el lugar, ya que habían salido de allí. 

— Mi trabajo aquí, está terminado. —anuncié y le entregué el micrófono al presentador. 

Me tiré del escenario y rodé por el suelo para luego estabilizarme y salí corriendo hacia la moto que se encontraba al frente de la entrada. Ambos hermanos salieron corriendo tras de mí también y cuando estaba apunto de ponerme el casco me hablaron. 

— ¿QUIÉN ERES? —gritaron ambos como preguntaron. 

Me quite el antifaz y lo guarde en el bolsillo del pantalón y los miré. 

— El amor de sus vidas. —respondí con una sonrisa y me puse el casco para arrancar en la moto. 

Y allí observaba a los dos chicos  a los lejos mientras aceleraba.

Sin dudar, lo mejor que me ha pasado en la vida.

Endless Choice | Enhypen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora