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Narrador omnisciente 

Habían pasado aproximadamente tres hora de la conversación que nuestra protagonista había tenido con su padre, ahora ella se encontraba organizando y preparando como se debía de hacer la decoración. No le gustaban las cosas muy extravagantes, aunque su padre había escogido un lugar amplio, justamente donde los siete chicos descubrieron la existencia de la chica, el teatro.

Sería esa noche que todo descubrirían que el señor Miller tiene una hija, su único tesoro.

Ella admitió estar un poco nerviosa, ya que llevaba escondiéndose desde hace veintitrés años, nadie, absolutamente nadie aparte de los trabajadores confiables de la empresa de su padre sabia de su existencia u al menos su paradero. 

— estas preparada para esta noche? —preguntó su mejor amiga acomodando un poco su saco. 

Si, ese mismo día seria su revelación por la noche. El reloj ya marcaba las cinco de la tarde, por ende su mejor amiga tendría que estar temprano en el teatro para verificar que todo estaba perfecto y en su lugar, por otro lado Amely saldría de su apartamento cuando el reloj marcará las ocho y media, ya que el evento comenzaba a las nueve y punto, treinta minutos de ida en moto hacia el lugar, llegaría justo a tiempo.

— un poco nerviosa, la verdad, sabes que a pesar de que no sufro de pánico escénico, si tengo un poco de miedo al como reaccioné las personas. —respondió apenada bajando un poco la mirada.

— ellos estarán ahí Ame, es mejor que estés preparada mentalmente para lo que pueda surgir, estas consciente verdad? —amely asintió lentamente soltando un gran suspiro.

— si, lo sé, ellos son los que estarán en primera o segunda fila según mi padre. —dijo soltando una risa nerviosa.

— tranquila, todo saldrá bien. —se acercó ella colocando sus manos en sus hombros acariciándolos logrando tranquilizarla un poco.

— confiaré en ti. —rió un poco.

— está bien, como digas —dijo entre risas— bueno, me tengo que ir, recuerda a las nueve en el teatro —la apunto para luego salir del departamento.

Luego que la mayor paso por esa puerta la protagonista corrió a su habitación para escoger lo que usaría mas tarde. Tenía varias opciones en mente, pero no quería usar algo con mucho brillo, como vestido, por ende optó un traje negro, esta vez no usaría corbata, solamente el traje.

— podré andar en la motocicleta con tacones? —se cuestionó a si misma en voz alta mirando los antes mencionados.

Son unos tacones negros punta fina.

— creo que sí. —recogió los tacones y el traje para dirigirse al baño. 

Luego de quince minutos la chica salió de bañarse ya con el traje y los tacones puesto, se dirigió a su tocador para comenzar a maquillarse, algo simple y casual, para muchas lo mismo de siempre: Primer, base, corrector, sombras cálidas y un toque de brillo, para luego cerrar el look con un delineado, rubor y labial.

— perfecta. —se halagó a si misma mientras terminaba de aplicar el labial con una sonrisa ladina.

Para las personas que siempre rodearon a Amely siempre supieron que su autoestima con nada se bajaba, ni con un malo comentario, ella la mayoría de veces era audaz y muy ignorante cuando se tratan de personas que no les interesan. 

— el toque final. —agarró el perfume y se lo colocó en su cuello y en la palma de su mano para regarla un poco por sus dos manos. 

Su cabello iba suelto, nada nuevo, solamente peinado hacia atrás. 

Miro toda la habitación divisando el casco de su motocicleta agarrándolo de inmediato, para luego agarrar las llaves que estaban guindadas en el pasillo de la entrada del apartamento. Salió del apartamento en dirección al estacionamiento.

Observó su reloj de mano, ya marcaba las ocho y media, se subió a su motocicleta y se puso en marcha, sin antes colocarse el casco. 

La noche estaba muy tranquila, el viento era fuerte, algo que ocasionaba mucho frío, no había muchas personas en las calles, solamente vagabundos o quizás ladrones, la chica iba a toda velocidad, debido a lo que antes mencioné. No habían ni policías.

Treinta minutos pasaron de manera rápida y la chica se encontraba parada en la entrada del teatro, hasta que escucho la voz de su padre a través del micrófono.

— tengo una hija, es mi único tesoro, no la había querido presentar, hasta que acaba su misión mas arriesgada, y como ya las cumplió, quiero presentar a Amely Miller, mi hija. —señaló la puerta principal para que todos mirarán.

Sin esperar un poco más, Amely pasó la puerta, haciendo que todos la mirarán comenzando a murmura de inmediatamente entre ellos. Su actitud segura y confiada no hizo que detuviera su andar, era como una modelo haciendo su trabajo, a excepción de que ella solamente tenia soberbia, demasiada soberbia, pero no era mala, le gustaba ser así.

Muchos estaban conmovidos por su belleza, como otras mirando con envidia.

Por la mente de los chicos resonaba la misma pregunta:

— ella es....?

Endless Choice | Enhypen.Where stories live. Discover now