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Narradora:

La chica se encontraba tirada en su cama de largo a largo, con las manos y piernas extendidas, su mirada se encontraba en el techo, seguía pensando en lo que podía hacer la salir de las misiones a toda cosas. Hoy tenía que cumplir con una, seguía al quien ella le llamaba chico tierno por sus grandes mejillas y su sonrisa tan inusual.

― Kim Sunwoo. ―pronunció la azabache entre suspiros mientras ojeaba el archivo.

El chico era bastante conocido por llevar a mano una de las empresas más conocidas por vender productos del cuidado de la piel. Tenía cierta obsesión por hacerse mascarillas y tener una piel totalmente lisa, brillante y majestuosa; era bueno haciendo negocios y estaba expuesto a hacer asesinado. 

Unos de los viles sospechosos eran su ex socio y su hermano mayor, quien le tuvo un mayor odio y fue consumido por la envidia que le tenía al recibir una herencia por parte de su padre, ya que sus padres eran divorciados.

A la protagonista a simple vista le apareció alguien muy tierno, bastante práctico, simpático y cero problemático. Era todo lo contrario; muy estricto, serio y dedicado, siempre solía aparentar lo contrario, pero era muy amable. 

― Con que tienes una junta dentro de dos horas, eh? ―se dijo a sí misma para luevo voltear a mirar la ventana. 

Ella se acercó de manera rápida a la ventana, asomando su cabeza un poco hacia afuera, logrando ver como estaba el chico caminando por la acera del costado de su edificio. Detrás de él había dos hombres encapuchados, él estaba muy concentrado para darse cuenta de ello.

Sin dudarlo se cambio rápidamente a una ropa más comoda, tomó su mascara y bajo de manera presurada hacia la parte inferior del hotel. Pudo divisar al chico ya al cruzar con su mirada aún fija en el celular y los hombres detrás de él.

Tuvo que tomar un atajo rápido para llegarle al chico de frente.

― Hey! ―gritó la menor ya frente a él. 

El castaño apartó su mirada del celular para mirar al frente y fruncir el ceño mostrando confusión. 

― Ven conmigo. ―lo agarró del brazo dandole pequeños jalones suaves para que la siguiera.

La terquedad del castaño era grande, así que se soltó del agarre de la chica con la menor fuerza posible para no lastimar y ella lo miró.

― Lo siento, pero no te conozco. ―se excusó para comenzar a caminar.

Sin previo aviso la chica ya lo cargaba entre sus brazos cargado como si fuera una princesa, empezando a correr como si de un maratón se tratase. Ahí fue donde el chico notó que lo estaba siguiendo, paró a la chica de manera rápida y se bajo.

― Hacía allá. ―exclamó la azabache con un grito entre medio señalando un atajo, un pasillo estrecho y muy cerrado.

Ambos siguieron hacia allí.

― Solamente querías salvarme? ―le preguntó el castaño a la pelinegra.

Ella asintió tímidamente, trataba de recuperar el aire.

― Gracias, pero no ―iba a seguir hablando, cuando una voz hizo que parará en seco. 

Eran los dos hombres de antes, estaban a solo tres metros de ellos. Uno aplaudía de manera sarcastica y el otro solo se limitaba a observar la situación, el mayor se tensó completamente, mientras la menor se mantenía relajada por saber de defensa personal.

― Ouh, que obra de teatro más linda ―habló de manera sarcastica aun aplaudiendo― pero tú no deberías estar aquí. ―señaló a la chica con el dedo índice de manera amenazante.

― No te pregunté. ―elevó sus hombros restandole importancia, ella se encontraba de brazos cruzados y el castaño lleno de miedo.

― No juegues conmigo niña, no estoy para tus juegos. ―retó el encapuchado con una sonrisa burlona.

― Si tanto piensas que me das miedo, ven y pruebalo. ―desafió la menor manteniendo un semblante frío y firmé, estaba blando en serio.

El chico mientras tanto miraba a la azabache por encima de su hombro, si sabía quien era, solamente se estaba haciendo el interesante para llamar su atención. Sin embargo, ya la habia obtenido desde el primer segundo que sus ojos se cruzaron.

― Por favor una chica como tú solo se puede romper una uña intentado golpearme. ―soltó una risa nasal y su compañero rió.

La azabache bajo sus brazos desatando el nudo que estaba formando entre ellos, sus manos se habían vuelto puños, ya le estaba hartando la situación. El contrario la miro y su sonrisa fue borrada cuando la chica le había soltado el primer golpe.

― Con que ya quieres jugar, eh? ―ironizó el encapuchado limpiando la sangre que había salido de su labio con su muñeca. 

Habían sacado por completo a la chica de sus casillas, con la fuerza que tenía se abalanzó a él y comenzó a golpearlo. Esté le lanzaba golpes, pero ella los esquivaba y recontratacó dandole un golpe en el estomago, dejandolo en el piso, exactamente tosiendo.

― Nota mental, no hacerla enojar. ―se recordó a sí mismo el castaño viendo como el encapuchado se retorcía en el suelo.

El contrario aprovechó el momento y quiso atacar al chico, pero la azabache fue más rápida y lo tomo de la capucha, dandose de cuenta que era el ex socio del mayor. Lo agarró por los hombros, mantuvo una de sus manos en el pecho del contrario, mientras la otra dispuso a golpear su cara tres veces, luego lo volvió a tomar de los hombros dandole una patada en el estomago, haciendo que se deslizará lentamente por la pared.

― Nunca me digan niña. ―bufó la chica, lo primero que pensó el castaño era lo linda que podía verse.

Ella se puso al ras del primer encapuchado que golpeo para bajar su capucha y dar con su rostro, en efecto, era el hermano mayor del chico.

― Taehyung? ―preguntó retóricamente ofendido mirando a su hermano.

― Mierda. ―maldijo en voz alta el mencionado.

― ¿Que mierda te hice para que vengas tú a perseguir de manera tan descarada? ―preguntó el chico a gritos.

― Solamente existir. 

La chica a medida de que ambos hermanos iban manteniendo una charla de odio miraba a ambos, casi desnucandose. Pero, estaba muy interesante a decir verdad, jamás tuvo hermanos, así que ver una pelea entre hermanos estaba muy bien.

― A ver, calmense, que ya tengo hambre y tengo que salvar a esté guapo. ―soltó la chica sin verguenza señalando al castaño quien se encontraba su costado, ella lo miró y pudo notar sus mejillas enrojecidas, se veía muy tierno.

― Callate, nadie te da bola. ―dijo Taehyung como respuesta, para luego quejarse del dolor ya que la chica lo habia golpeado en la costilla.

― Por imbecil.

― Gracias. ―agradeció el castaño con una sonrisa dulce.

― De nada, ahora andando guapo y ten más cuidado. ―le respondió la azabache para quitarse la mascara y sonreírle. 

Había quedado hipnotizado por la gran belleza de la chica desde el primer momento, era totalmente hermosa.

Quisiera que fueras mía. Penso Sunwoo.

Endless Choice | Enhypen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora