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[Leer el capítulo con la música para mejor experiencia]

Mi cara se encontraba en todos los medios de comunicación, buscaban mi nombre en cualquier parte, pero ni una pista de ello. Sabia que en algún momento iba a pasar, por eso me dispuse desde hace un largo periodo de tiempo a bloquear mi base de datos para que nada fuera encontrado, así solamente dejándome en incógnita. 

― Y como harás ahora ❝superestrella❞? ―me preguntó mi mejor amiga, quien se servía una taza de café y alzaba ambas de sus cejas esperando alguna respuesta. 

― Mantenerme en silencio para poder cumplir las misiones ―contesté neutralmente viendo mi celular― sabes que no puedo arriesgarme demasiado, Ryujin.   

Recibí una pequeña mirada de parte de ella que me exclamaba a gritos diciendo ❝tienes que dejar de esconderte ❞.

― En algún momento se descubría mi nombre, no crees? ―le cuestioné parándome del sillón en dirección a ella.

― Cuál es tu próxima misión? ―preguntó intentado evadir el tema, sabia que lo haría, porque sabe que tengo razón. 

― Nishimura Riki, un chico de mi edad, que esta vulnerable al ser estafado por unir su empresa con una empresa del noreste, que la han demandado por varios fraudes y se encargaron de esconderlos demasiado bien, me costo bastante desbloquearlos. ―respondí de manera sutil abriendo la nevera para tomar la botellita de leche de plátano. 

― Tienes 23 años y sigues tomando leche de plátano. ―se burlo mientras me veía beber. 

― Cállate. ―murmuré entre dientes.

Caminé hacia mi habitación, dejándola totalmente sola en la cocina, ella mencionaba mi nombre y simplemente la ignoré. Tenía que acabar con las pruebas de una vez por todas y meterlas en un sobre antes de que descubrieran que estaba involucrada, por lo tanto era mi deber acabarlo. 

Tome entres mis manos las evidencias y fui leyéndolas una por una, el tiempo al cuales le estuve dedicado a esas simples notas eran la definición de un nuevo comienzo sin guerras para el joven Riki, solamente era yo quien podía salvarlos. 

Observé mi reloj, estaba marcando las cuatro y punto, en una hora sería la gran junta que tendría el chico con sus inversionistas de mierda. Abrí el closet, tome mi esmoquin negro mientras me dirigía al baño a tomar una larga ducha y cambiarme. 

Luego de treinta minutos salí del baño, ya vestida, solamente faltaba maquillaje. Me acerque al tocador para hacerme un maquillaje sencillo, que me hiciera lucir natural, peine de manera suave mi cabello dejándolo suelto y brillante, me coloque los lentes para finalizar el proceso. 

Caminé suavemente hacia la mesita de noche para tomar la carpeta con los papeles y la vil evidencia para salir de la habitación, encontrándome con Ryujin echada en el sillón. 

― Ya me iré regreso más tarde por si sigues aquí todavía ―avisé mientras acomodaba mi corbata. 

― Como entrarás? ―preguntó para sacarse de dudas. 

Señalé el pequeño carnet que estaba colgando en mi cuello en respuesta a su pregunta. 

― Su padre se lo entregó a mi papá el mismo día de la cita, con un nombre falso, solo faltaba colocar la foto e imprimirlo de nuevo. ―mencioné mirándola a los ojos. 

― Espero ganes otra vez. ―me deseo suerte mirando el gran televisor. 

❝Siempre ganó❞ ―dibuje una sonrisa ladina para salir por la puerta principal. 

Los tacones resonaban por todo el pasillo principal del edificio, mientras las miradas sentían, podía decir que me veía como una persona intelectual por los lentes, a pesar de que solamente los usaba para algunas ocasiones. 

Miré hacia los lados mientras atentamente escuchaba cada palabra que de las bocas ajenas salía, el sonido del elevador cacto mi atención, de reojos pude mirarlo por debajo de mi hombre, dejando ver la figura de un muchacho, hasta que pude reconocerlo. 

― Kim sunoo? ―murmuré con el ceño fruncido mostrando confusión. 

Él me miro, se había percatado de mi presencia, de manera sigilosa me acomode los lentes y me reincorporé para seguir caminando haciendo que los tacones sonaran más fuerte al chocar con el suelo.  

― Para donde vas señorita? ―preguntó a mis espaldas con una voz ronca, haciendo que cada mínimo pelo de mi cuerpo se erizará. 

― Creo que no tenemos asuntos que atender, señor Kim. ―mencioné dándome la vuelta quedando frente a frente.

― Tienes la suficiente atención de mi parte desde que te observé en aquel teatro y creo que no te molesta eso, o si? ―me cuestionó mientras escucho atentamente la pequeña risa nasal que solté, pero era cierto, no me molestaba. 

― Para nada ―sonreí de lado― es algo que se obtiene por intelectual y por saber atraer al público, es mención de todo lo existente. 

Me miro de manera retenida alzando una ceja, una sonrisa incrédula se dibujo en sus labios, para luego cambiarla a un gesto neutro, pasando su lengua por su labio inferior en forma de burla, poco a poco fue bajando a mis pechos y de inmediato tome el carnet que colgaba en mi cuello y tape el nombre, a pesar de que era falso, tenía que prevenir. 

― Para quien trabajas, señorita? ―preguntó de manera directa y sin rodeos. 

― No trabajo para nadie ―respondí dándome la vuelta dando solamente tres pasos hacia delante― crees que en realidad tengo amigos, o alguien con quien trabajar? ―sonreí burlonamente. 

Le di una última mirada con una sonrisa burlona, para terminar de hablar. 

― Estás muy equivocado cariño. ―fue lo último que dije para seguir caminando.

Salí del edificio y comencé a dirigirme a la empresa del sureste que era la de la familia Nishimura con mucha prisa, rogando y suplicando que todo saliera bien, que nada saliera de mis manos y límites, que poco a poco se iría acabando. 

Por fin, luego de unos minutos habia pisado la entrada de la agencia, pase encontrándome con la secretaria que con tan solo enseñar mi pase me dejo pasar y me dirigió a la sala de juntas, que había empezados desde hace más de una hora, casi estaba por terminar. Lo que pude lograr escuchar fue un

 ❝Solo firma aquí y seremos socios ahora en adelante.❞

Endless Choice | Enhypen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora