Endless Choice | Enhypen.

14

Narrador omnisciente 

Juez: — es todo cierto lo que dice la señorita, señor Kang? —preguntó alzando una ceja.

De inmediato el mencionad comenzó a sudar frío y a mover sus manos enredándolas entre ellas haciendo mas evidente su nerviosismo. Por otra parte nuestra protagonista lo miraba con una sonrisa ladina y acompañada de un Heeseung confundido y encadenado a la silla.

Daniel: — todo es mentira, una mentira muy fuerte señor juez, está niñata solo quiere verme tras las rejas con evidencia falsa, sisi, eso. —aseguró firmemente mientras a la final se le pudo notar temeroso.

— si en verdad todo fuera una mentira, no pudiera sacar esto —alzó una copia que le había hecho al capture de su computador y el bloqueo que tenía su base de datos— si no fueras culpable de todo, no fueran bloqueado tu base de datos durante más de 10 años y medio, solamente para no hacerte cargo de tus asuntos.

El personal por parte de Kang comenzaba a alterarse al igual de los que estaban presentes a su favor, una madre preocupada y un padre decepcionado, ambos adultos sin imaginarse que su hijo acabaría de tal manera con su casi adultez.

Daniel: — Lo puedo explicar... —rompió el silencio que habia inundado el juzgado con nerviosismo.

— no creo que haya nada que explicar, cambiaste los papeles de la empresa que ahora esta en tu dominio y inculpaste a su verdadero dueño de algo que evidentemente no tuvo la culpa, así que es tu deber cobrar por todo lo que haz hecho.

Juez: — se declara a Kang Daniel culpable con más de 5 delitos penales, a 35 años de cárcel. —afirmo para golpear el pequeño circulo de madera a su costado.

Daniel: — NO PUEDEN HACER ESO, LE HARÁN CASO A UNA MOCOSA EN SERIO? LA PAGARÁS MOCOSA, NO SÉ QUIEN SEAS, PERO LA PAGARÁS. —gritó mientras se lo llevaban esposado.

A lo lejos se podía observar a un pelinegro frotando sus muñecas e intentar quitar un poco el dolor que habían ocasionado las esposas, la pelinegra se acerco a pasos lentos al más alto para preguntar si se encontraba bien.

— estás bien? —preguntó un tanto preocupada, pero él la miro de reojos algo serio.

— si, solo que, no sé quien eres. —respondió con sutileza.

— no m permiten decir mi nombre, pero te aseguro que alguien que te ama mucho me envió para evitar esto. —sonrió dulcemente para dirigirse a la puerta de manera rápida saliendo del lugar.

— Oye, quien eres? —susurró viéndola a lo lejos, ya se había ido.

Ya en el apartamento de la chica.

— Ryu, ya llegué. —avisó la chica quitando su saco.

Al adentrarse por completo a la casa, no obtuvo respuesta alguna, algo que le causo confusión, ya que siempre su mejor amiga se encontraba en el apartamento, porque casi nunca tenía nada que hacer. Se quito su saco y lo guindo, dirigiéndose a su cuarto por completo, encontrando a su Ryujin durmiendo tranquilamente.

Solamente se cambio y se colocó algo más cómodo para volver a salir hacia la empresa de su padre, sin dejarle una nota de aviso a la antes mencionada para que no se alterada. Tomó su abrigo y volvió a irse.

— si padre, ya voy llegando, no te preocupes, todo estás bien. —dijo tranquilamente mirando al edificio para luego colgar y cruzar la calle.

Luego de que la chica cruzo la calle se adentro al gran edificio para dirigirse directamente a la oficina de su padre sin previo aviso la recibió con todo gusto con un gran abrazo y un beso en la mejilla, ambos se tenían un gran cariño, amor y aprecio, eran inseparables.

— hija, que bueno que estás aquí, tenía que decirte que mañana será tu presentación como mi hija ante toda Corea del sur. —anunció el mayor con felicidad y entusiasmo, mientras el corazón de la chica latía y sus ojos se llenaban de brillos.

— en serio? —tapo su boca con sus manos sorprendida.

— si, ya los preparativos están listo y también mande a comprar un hermoso vestido para ti, bueno dos, tienes para elegir negro o rojo. —sonrió.

— gracias, gracias, gracias papá. —contestó contenta abalanzando hacia él dando pequeños saltitos.

— nos espera un gran día mañana.

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ALERTA

Esta parte del capítulo tendrá el punto de vista de los dos principales sobrantes

Edición segunda y última parte

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Jungwon

Desde que la vi en aquel teatro no he podido dejar de pensar en ella, sobre todo cuando se presento ese día en mi hogar, su olor me embriago por completo, sus labios y los míos era como un van y ven de emociones, como dos piezas que encajaban completamente entre si, era un sentimiento indescriptible.

Hace días que no te veo y siento que estoy perdiendo la cabeza, estoy mas distraído y recordar con perfección tu bello rostro me está arruinando de una manera inimaginable. Tu manera de ser, de actuar, tu seguridad fue lo que sobre toda las cosas me enredo, sin olvidar tu rostro angelical, eres demasiado buena para ser verdad. 

— señor Jungwon, desde hace días lo veo ido de su alrededor, se encuentra todo bien? —me preguntó mi manager preocupado.

— es posible enamorarte de alguien que solamente haz visto dos veces en tu vida? —le respondí con otra pregunta viendo como fruncía su sueño por confusión.

— si lo es, solo si esa persona causa un impacto en su corazón señor. —sonrió a medias.

— déjame decirte que enamoré.

Heeseung

Tu sonrisa y tu actitud me enredaron desde aquel juicio, me comencé a preguntar como alguien podía tener tal belleza, tal inteligencia y tal audaz para enfrentar ese tipo de cosas a una edad media, cuando quienes tienen mas experiencia son aquellas personas mayores de los 30 años.

Llevé mis manos a mi cabello para moverlo hacia atrás todavía pensando en ti, en que quería saber tu nombre, que quería ser el dueño de tu ser y específicamente de tu corazón, quizás me estaría matando pensando, pero quería llegar a ti.

— hijo, estás bien? —preguntó mi padre sacándome de mis pensamientos.

— si, solo que, me siento intrigado por aquella chica del juicio, solo eso.

— está mas cerca de lo que crees y pronto verás. —dijo para luego irse.

Solamente me dejo mas intrigado de lo normal, me encontraba inquieto, quería saber a toda costa quien era ella, cual significado tendría en mi vida y lo importante, que sería ella para mi. Solo tomé un poco de agua y admiré el cielo esa tarde, preguntándome..

— ¿qué me quiso decir?