Capitulo 16

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Omnisciente.

-¿Mami bien?.- cuestionó su hijo.

-Si mi amor, mamá está bien... ¿Tienes hambre?.- Acaricio su cabello con cuidado.

El Niño de tres años asintió, con una sonrisa en su rostro, apuntando las frutas arriba del mesón de la cocina, Camila de inmediato fue al lugar dándole una naranja a su hijo que felizmente se la comía en esos momentos.

Y era difícil no pensar en todo lo que había pasado con Lauren hace unos minutos, desde que la mujer salió por la puerta de su casa todas las imágenes llegaban a su mente, sin poder evitarlo y sin creer que Lauren la había buscado. Sabía que ella había dado la orden a su familia por los compromisos que habían pactado en el pasado cuando terminaron su relación, pero al mismo tiempo sentía ese dolor inmenso de saber que Lauren creyó que quizás ella podía haber tomado esa decisión.

Sabía que su amor seguía vigente a pesar de los años, que ninguna de las dos había dejado de sentir lo que sentían por la otra, al verse ochos años después detenidas con sus propios sueños, y sobre todo porque ninguna había podido concretar con alguien más todo lo que alguna vez quisieron juntas.

Entendía que haberle ocultado a Lauren sobre Matteo no fue la gran decisión, o la mejor, pero cuando la vio por primera vez sentada afuera de su oficina. Sabía que no podía arriesgarse a que su hijo se encariñara con alguien que quizás luego solo se iría de sus vidas, porque conocía a Lauren demasiado bien para saber que iba a querer involucrarse, y si para ella en el pasado fue difícil separarse de la mujer, no quería que su hijo firmara lazos con ella, tenía que velar más por él que por sus propios anhelos.

Pero al mismo tiempo, al ver los ojos de Lauren, la sorpresa y la frustración de la mujer, le dolía, le dolía saber que sus sueños juntas no fueron así en un principio, y no había nada que reprocharse, pero ver el dolor de su ex al decirle que no debía haber pasado por eso sola porque sabía que Lauren la hubiera acompañado en todo, y haberla hecho sentir tan bien cuando las cosas se ponían difíciles, una parte de ella se rompía, a decir verdad gran parte, porque hubiera deseado tener a Lauren con ella.

Lo deseo muchas veces durante su embarazo, pero sabía que no podía limitar a su ex a volver a ella, y de nuevo volvía al momento que la volvió a ver después de ocho años. Con un cargo que siempre soñó, llena de prestigio, de renombre, con una vida que cualquier mujer a sus treinta tres años desearía. Lauren era muy joven aún y había logrado cosas que quizás nadie podía lograr teniendo una familia detrás, porque sabía que Lauren se centró netamente en lo laboral todos esos años, eso lo entendía desde que la fue viendo a través de la semana.

¿No debió ocultarle Matteo? Tal vez, tal vez debió ser sincera desde un principio y contarle todo lo que había sucedido, pero no planeo nada de lo que fue pasando entre ellas. Solo quería proteger a Matteo, proteger a Lauren y también protegerse a ella misma para nadie saliera lastimado al final del día.

Sabía que a Lauren le debe estar doliendo, por la frustración, por haberse perdido eso, pero también sabía que la mujer lo iba a entender, más cuando ha pasado tanto tiempo entre ellas, y no podían vivir esperándose, o creyendo que la otra iba a estar para siempre ahí. A pesar de que las cosas hayan sido completamente diferente a lo que alguna vez creyeron, la realidad era que no podían devolver el tiempo, y no tenían nada más que hacer.

Ella tenía un hijo por sus propios medios a través de un tratamiento clínico, y Lauren tenía su propia vida en la capital. Sus mundos seguían siendo completamente diferentes, pero al mismo tiempo la necesitaba en su vida, como hace un par de días cuando tuvieron aquella noche apasionada.

Solo deseaba que Lauren no mal interpretara las cosas, y que su mente lograra analizar todo desde un punto de vista realista, no llevándose por sus propios impulsos.

El pasar del tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora