Casi soy yo de nuevo (Ella casi es tú) - [Supercorp]

Capítulo 12

—Lo siento —dijo Sam, con una voz suave, desganada, llena de compasión y tristeza

ㅤ⠀ㅤ—Lo siento —se burló Lena, una sonrisa amarga curvando sus labios mientras no se atrevía a mirar a la mujer que amaba.

ㅤ⠀ㅤYa era bastante duro de por sí. Ya era bastante duro estar allí, escuchando las palabras y dándose cuenta de que no había nada que pudiera hacer. Sintiéndose impotente, Lena recurrió a la ira, avivando las brasas que ardían en su pecho mientras se decidía a enfurecerse para enmascarar su dolor. Según su retorcida lógica, si se permitía estar enfadada con Sam, le dolería menos. Era una mentira descarada, pero una mentira bienvenida. La verdad era demasiado dolorosa para ella como para enfrentarla.

ㅤ⠀ㅤ—Lena...

ㅤ⠀ㅤ—Te amo.

ㅤ⠀ㅤ—Sé que es así, y lo siento —dijo Sam, su voz un suave suspiro, lleno de su propio dolor—. Sabes que nunca quise hacerte daño. Pero no puedo evitarlo.

ㅤ⠀ㅤLa garganta se cerró, Lena sacudió la cabeza, su cuerpo tenso y tembloroso mientras dejaba escapar una respiración estremecedora. Sintió que se asfixiaba, sintió que su pecho se contraía mientras su estómago se retorcía incómodo. Un dolor como nunca antes había sentido se clavó dolorosamente en su pecho, y hubo un ardor desconocido detrás de sus ojos que la sobresaltó. Lena no había llorado desde que era una niña, desde que su padre había muerto, y sin embargo las ganas de hacerlo estaban a punto de aparecer.

ㅤ⠀ㅤ—Pero podrías haberlo hecho —espetó Lena, con las manos cerradas en un puño—. No tenías que hacerlo... ¡Podría haber sido yo! Podrías haberme elegido a mí y yo...

ㅤ⠀ㅤ—Lena, sabes que yo nunca... quiero decir... te quiero, de verdad. Pero tú y yo...

ㅤ⠀ㅤCon los dientes apretados por la ira, fijó sus ojos en las paredes grises, en la lúgubre vista que había fuera de la ventana, en cualquier lugar menos en la mujer que le estaba rompiendo el corazón una vez más, y tampoco por última vez.

ㅤ⠀ㅤ—Toma.

ㅤ⠀ㅤY miró, volviéndose bruscamente a mirar la tranquila orden en la voz de Sam, sus ojos se posaron en la esbelta y bronceada mano que le tendía. Adelantándose casi instintivamente, Lena miró el tatuaje de golondrina entintado oscuramente contra su piel y se tragó el nudo en la garganta cuando los finos dedos se desplegaron para revelar una fina bobina de oro.

ㅤ⠀ㅤSu mano ya estaba extendida y trató de retirarla, pero no antes de que Sam consiguiera atrapar su muñeca con la otra mano, inclinando suavemente el collar de oro hacia su palma, con el pajarito de oro colgando de la cadena. Era dolorosamente familiar. Lena lo había visto colgar del cuello de Sam todos los días desde que la conoció. El hecho de que se lo regalaran entonces sólo podía significar una cosa. Era una despedida.

ㅤ⠀ㅤ—No lo quiero —objetó Lena.

ㅤ⠀ㅤUnos dedos fríos cerraron la mano de Lena sobre él, ocultándolo a la vista, y Sam le dedicó una sonrisa llorosa.

ㅤ⠀ㅤ—Por favor. Sé que crees que estoy siendo cruel, pero quiero que lo tengas. Sabes lo mucho que siempre has significado para mí. Sólo... siento que tenga que ser así.

ㅤ⠀ㅤ—No hay ninguna diferencia. Tú la elegiste.

ㅤ⠀ㅤHabía una acusación en la voz de Lena mientras hablaba, las palabras eran duras mientras su voz temblaba de dolor y rabia. Le dio la espalda a Sam y se dirigió a la puerta, ignorando el sonido de su nombre siendo llamado tras ella. Sin embargo, nadie vino tras ella, y la puerta se cerró con un golpe un momento después mientras ella metía el puño en el bolsillo de su abrigo.