Capítulo 13

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Abajo viene la gota de lluvia, le sigue la burbuja;

En la cima de la casa, una por una

Reúne la sinagoga de las golondrinas

- Theophile Gautier. La vida, una burbuja. Una vista de pájaro de la misma.



A la mañana siguiente, Lena se despertó con el suave sonido de la lluvia que caía sobre el tejado de tejas, algo amortiguado por la hiedra, y con la débil luz del sol que iluminaba la habitación mientras ella parpadeaba sin comprender. Una franja de cielo gris se veía a través de un hueco en las cortinas y gimió al darse cuenta de dónde estaba y de la serie de acontecimientos de la noche anterior que la habían llevado a ese punto.

ㅤ⠀ㅤSe levantó y miró a su alrededor, respirando el viejo olor a madera y barniz mientras las motas de polvo se movían en espiral por el aire, atrapadas en un estrecho rayo de luz. Su cuerpo se sentía pesado, y la idea de seguir durmiendo era tentadora, pero Lena se encontró alerta. Demasiado despierta. Se pasó una mano por el pelo despeinado, bostezó lo suficiente como para hacer crujir su mandíbula y se clavó el talón de la palma de la mano en la cuenca del ojo mientras se frotaba los últimos vestigios de sueño.

ㅤ⠀ㅤVolvió a caer sobre las almohadas y miró las oscuras vigas que se extendían a lo largo de la habitación. Las gallinas cacareaban en el exterior, con un sonido desolador en el clima húmedo, y Lena se quedó sin fuerzas contra el colchón, cerrando los ojos mientras respiraba lentamente. Se sentía agotada y habría sido feliz escondiéndose allí para siempre, incapaz de encontrar el esfuerzo para despertarse.

ㅤ⠀ㅤY entonces se oyó un suave golpe en la puerta, tan silencioso que no estaba segura de si lo había imaginado o no. Si hubiera estado dormida, ni siquiera lo habría oído. Sentada, con los viejos muelles del colchón gimiendo al moverse, miró hacia la puerta, más allá de la pila de muebles.

ㅤ⠀ㅤ—¿Hola?

ㅤ⠀ㅤ—Oh —llegó la sorpresa amortiguada de Kara tras la puerta cerrada—. Estás despierta.

ㅤ⠀ㅤUna risa silenciosa cayó de los labios de Lena y giró las piernas fuera de la cama, las tablas del suelo frías incluso a través de sus calcetines peludos, y caminó a través de las pilas de muebles hacia la puerta, abriéndola para revelar a la otra mujer. El pelo rubio retirado de la cara, un aire de cansancio a su alrededor como si aún no hubiera tomado su primer café, llevando un fino jersey gris con las mangas remangadas. Eso hacía que sus ojos parecieran más azules.

ㅤ⠀ㅤ—¡Buenos días!

ㅤ⠀ㅤ—Hola.

ㅤ⠀ㅤ—¿Quieres café?

ㅤ⠀ㅤLena ladeó la cabeza, observando cómo Kara sonreía con cautela, como si no estuviera segura de la respuesta de Lena. Mordiéndose el labio suavemente, Lena sonrió débilmente, recordando todas las veces que había estado así. Por supuesto, para ella había sido diferente; había sentido algo por Sam, y había sido joven y torpe al intentar averiguar si Sam sentía lo mismo por ella. Pero Kara sólo estaba siendo amable. Amable e insegura de lo distante y contraria que se sentía Lena esa mañana.

ㅤ⠀ㅤ—Un café sería estupendo.

ㅤ⠀ㅤLa sonrisa que se dibujó brevemente en la cara de Kara hizo que Lena se sintiera extrañamente cálida por dentro, y se encontró confundida por lo mucho que echaba de menos esa sensación. No sabía qué tenía Kara que le traía recuerdos tan fuertes de Sam, sólo que había momentos en los que Lena se sentía bien, y no sabía cómo conciliar eso con las partes de ella que no lo estaban.

Casi soy yo de nuevo (Ella casi es tú) - [Supercorp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora