Casi soy yo de nuevo (Ella casi es tú) - [Supercorp]

Capítulo 15

—¿Qué pasa? —preguntó Lena, con un tono ansioso mientras la preocupación parpadeaba en sus ojos.

ㅤ⠀ㅤ—¿Por qué piensas que pasa algo? —preguntó Sam con nerviosismo, dedicando a Lena una sonrisa tensa mientras paseaban, una al lado de la otra.

ㅤ⠀ㅤEra otoño, las hojas muertas pasaban volando, los árboles se pintaban de rojo y naranja, y el aire de Metrópolis tenía un toque amargamente frío, que hablaba del frío que estaba por llegar. Caminaban por el Central Park de Metrópolis, con las manos metidas en los bolsillos y las bufandas enrolladas al cuello, disfrutando del aire fresco que les sonrojaba las mejillas.

ㅤ⠀ㅤCaminaban por un amplio puente que cruzaba un lago de color gris acerado, con los ojos de Sam fijos en la joven que iba en bicicleta un poco más adelante. El viento ondulaba en la superficie del agua y los patos chapoteaban en los bajos, escondidos entre los juncos, mientras pequeños peces plateados pasaban rápidamente.

ㅤ⠀ㅤ—Porque —dijo Lena lentamente, mordiéndose suavemente el labio inferior mientras trataba de encontrar las palabras—, apenas me has dicho una palabra en todo el día.

ㅤ⠀ㅤAlcanzando su brazo, Lena tiró de Sam hasta una suave parada, girándola para que la mirara. Con las mejillas ligeramente sonrosadas, Lena dejó escapar una risa temblorosa, encontrándose tímida mientras se colocaba un mechón de pelo detrás de la oreja.

ㅤ⠀ㅤ—Si es por lo de la otra noche...

ㅤ⠀ㅤSam exhaló suavemente, con una mirada preocupada en sus ojos de color avellana mientras miraba el agua, antes de volverse para comprobar cómo estaba su hija.

ㅤ⠀ㅤ—¡Ruby! No te vayas muy lejos.

ㅤ⠀ㅤ—¿Sam?

ㅤ⠀ㅤCon una pequeña sonrisa, Sam extendió la mano y dio un suave apretón al brazo de Lena.

ㅤ⠀ㅤ—No te preocupes. Olvida que ha pasado.

El resto de la semana pasó rápidamente, con pilas de gruesos tablones de rica madera de cedro y suficientes herramientas para equipar un taller de carpintería entregados en la casa de campo, y Lena finalmente comenzó a tratar de reparar su barco. Atrincherada en el cobertizo para botes, con unas cuantas lámparas de propano iluminando el lugar, Lena se las arregló para quitar el revestimiento metálico agrietado y oxidado de la proa del barco, una lluvia de escamas de hierro oxidado que caía en cascada al suelo mientras la madera podrida se astillaba bajo la palanca y el pesado martillo que hacía sonar el metal como una campana apagada.

ㅤ⠀ㅤEra un trabajo agotador y el progreso era lento, pero al final se quedó con un esqueleto casi desnudo de un casco, cuya estructura seguía siendo bastante robusta y sólida, aunque la madera estaba húmeda y se estaba pudriendo en pequeños parches. A Lena no le preocupaba demasiado; sólo necesitaba el barco el tiempo suficiente para llegar a París. No importaba si después se desmoronaba.

ㅤ⠀ㅤEmpezó a taladrar los pesados tablones de madera en su sitio, doblándolos lentamente hasta que se curvaron cerca de la proa y la popa y recorrieron el resto de la barca. Tardó más de una hora en encontrar una sola fila de tablones, el olor a serrín se mezclaba con el olor a humedad de la sierra de mano que había utilizado para recortar los extremos de los tablones. Los días siguientes, hasta el domingo, estuvieron llenos de paseos contemplativos, clima caluroso, horas encerradas en el lúgubre cobertizo para botes, y luego más horas encerradas en su dormitorio, arreglando las antigüedades de Kara.