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Type está cerca de cumplir tres meses de recuperación y su vida aparentemente va mejorando.

Con todo el esfuerzo y entusiasmo que pone durante sus sesiones de terapia ha logrado caminar casi con normalidad sin necesidad de utilizar todo el tiempo las agarraderas del primer piso; aunque todavía siente que se cansa con demasiada facilidad, algo que no debería sucederle en comparación a la condición física que recordaba tener.

El problema más reciente que tuvo que enfrentar fue acostumbrarse a sentir el peso del cuerpo de Tharn en la otra mitad del colchón después de atreverse a dejarlo dormir junto a él. Aunque al principio se sentía muy nervioso por su presencia, con el paso de los días se fue acostumbrando; además, él había cumplido su palabra de no cruzar la línea y eso lo hacía sentirse más tranquilo.

Por su parte, Tharn mantiene la promesa de seguir al pie de la letra las indicaciones de la doctora. Hasta ahora ha hecho lo posible para que Type no se pierda ni una sola sesión de terapia o cita de control y la mayoría de las veces ha tenido la posibilidad de acompañarlo.

La familia de Tharn se había ofrecido para ayudarlo a llevar a Type al hospital, después de todo el primer mes fue especialmente difícil porque tenían demasiadas citas programadas, así que querían apoyarlo; sin embargo, el castaño se negó, prefería hacer un lío con su horario antes que dejarlo moreno solo, aun así, algunas veces cuando le resultaba imposible ajustar su agenda no le quedó más opción que dejarlo en manos de su madre.

Con el tiempo la cantidad de veces que el moreno tenía que asistir al hospital fue disminuyendo así que la vida de Tharn empezó a tener un poco más de calma.

Ese día tenía cita para uno de sus chequeos, así que fueron al hospital con la misma esperanza de recibir mejores noticias.

— Todo está bien con los resultados de los exámenes, no hay nada de qué preocuparse.

Escuchar esto fue un alivio para ambos, hasta ahora no habían tenido ningún problema, sin contar su pérdida de memoria, aun así, no dejaban de sentirse preocupados de que algo pudiera salir mal, sobre todo Tharn.

— Debo felicitarlos, la condición del paciente ha mejorado notablemente gracias a su esfuerzo y dedicación, espero que no bajen el ritmo hasta que esté completamente recuperado.

— ¿Qué hay de mi memoria?

Aunque al principio era el castaño quien no dejaba de preguntar, esta vez fue el paciente quien tuvo la iniciativa de cuestionar cuándo regresarían sus recuerdos.

— Sobre eso, considerando que ya han pasado casi tres meses, creo que deberían hacerse a la idea de que tal vez jamás regrese.

La respuesta que recibió fue desalentadora.

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En el viaje de regresó a casa, Tharn pudo notar que su pareja mantenía una expresión de preocupación, pero no sabía exactamente qué decirle, ni siquiera estaba seguro de que quisiera compartir con él sus pensamientos.

Para su sorpresa, fue el moreno quien rompió con el silencio antes de que él se atreviera a iniciar una conversación.

— ¿Qué pasa si no recupero mis recuerdos?

— ¿Qué? ¿Te preocupa no poder recordar nuestra historia? —intentó bromear para mejorar su estado de ánimo—. Está bien, yo puedo recordar por los dos.

— ¿De verdad crees que eso es lo que me importa? —respondió molesto—. Maldito bastardo, estoy hablando en serio.

— Tranquilo, todo estará bien.

— ¿Cómo mierda podría estar bien? Soy un adulto de veintinueve años con la mentalidad de un crío de dieciocho, ni siquiera puedo recordar las cosas básicas de la carrera que se supone que estudié, ¿cómo demonios voy a conseguir empleo?

Destinado a amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora