2. Cumpleaños [parte 2]

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La música resonaba en toda la habitación pintada de agraciados tonos rosados pasteles

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La música resonaba en toda la habitación pintada de agraciados tonos rosados pasteles. Los globos estaban pegados al techo y las paredes, dándole aquel toque de toda fiesta. Todo era de un bonito color rosado. 

No me gustaba tanto el rosado. Prefería el verde.

El bullicio animado de la gente me hacia sonreír levemente, pero no dejaba de pensar en aquella abrumadora mañana. De igual manera me lo merecía. No debí portarme de esa manera con mis padres.

Trate de sacarme eso de la cabeza. Me estaba matando el dolor de las zonas lastimadas como para preocuparme también de eso mentalmente. Tenia que estar prestando atención a mi fiesta y a cualquier chico que se me acerque tratarlo como el mejor de todos.

Bueno, esos son los consejos de mi madre.

Suspire, manteniéndome inmóvil en mi lugar. Cualquier movimiento brusco, abriría las heridas que tenia mi cuerpo y si mis padres observaban que manche el vestido blanco de sangre, seria aun peor de aterrador.

Aparte dolería mas de lo que ya duele.

Un grupo de chicas, vestidas con hermosos vestidos iguales pero de distintos tonos de colores, se acercaron cuchicheando entre ellas. Al observarme hicieron una mueca al mismo tiempo como si estuvieran sincronizadas y después, fingieron una sonrisa que ni ellas mismas eran capaces de creer.

Una de ellas se me acerco con una sonrisa mucho mas retorcida, que ni siquiera yo conocía. Todas las personas presentes eran amistades de mis padres, los únicos invitados a los cuales reconocía eran algunos familiares que no veía desde mi quinto cumpleaños. 

—Así que tu eres Emma— Comento con la misma sonrisa la pelirroja.

La chica ante mi era un poco mas alta que yo, tenia el cabello rizado en un bonito color rojo como el fuego, su rostro estaba bombardeado de infinitas pecas y sus ojos oscuros resaltaban con un brillo marrón ante la luz.

La misma joven se me acerco aun mas hasta quedar enredada en sus brazos.

—Nunca me imagine que la hija del Delegado Jones sea como... tu.— susurro en mi oído. Trague en grueso y le devolví el abrazo, quien me apretó aun mas en el agarre y las heridas me retorcieron en una mueca de dolor —Aun no me lo creo que tengas el apellido Jones ¡Espero conocernos en un futuro! y volvernos... buenas amigas. 

Se separo del abrazo, dándome un pequeño empujón hacia atrás porque no era capaz de reaccionar por el ardor que me causo aquel abrazo. Sin embargo, me reserve el alarido y le sonreí amablemente para que entrara al salón principal donde estaba la fiesta.

Al terminar de recibir a todos los invitados en la puerta principal me limite a ir al salón a observar la fiesta y tal vez divertirme en mi fiesta de cumpleaños. Pero claramente hoy no seria ese día, todo el mundo se encontraba animada en sus conversaciones y al verme entrar al salón inmediatamente sus miradas cayeron en mi.

HAIZEWhere stories live. Discover now